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EE. UU se ofrece a financiar el cable submarino de Chile con Asia y Oceanía

En medio de las tensiones de grandes potencias como EE. UU y China, el cable submarino de Chile con Asia está dentro de los puntos de encuentro entre ambas naciones.

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Semanas atrás, conocimos la decisión del Gobierno de Chile, respecto a la construcción del cable submarino de Chile con Asia. Por medio de la subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), la actual administración se decidía por construir el cable con llegada a Auckland, Nueva Zelanda y Sídney en Australia. Desde el cable se conectaría y redes ya existentes desde esa isla hasta llegar a Japón.

La ruta fue decidida luego del estudio realizado para el consorcio de empresas estadounidenses Telecommunicatios Management Group Inc (TMG) y WFN Strategies LLC. Para dicho trabajo, el gobierno pagó US$2,9 millones que venían de lo entregado por el Banco de Desarrollo de América Latina. Dicho estudio arrojó a Oceanía como la mejor llegada del proyecto.

Se espera que el punto de partida del cable sea en Valparaíso, para llegar a los dos ciudades antes mencionadas. El costo total del proyecto rondaría los US$ 500 millones para los 13.180 kilómetros de trayecto.

El interés de Estados Unidos

Dos años atrás, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, visitó Chile en la previa de la visita del Presidente Sebastián Piñera a China. Desde ahí, según fuentes de DF MÁS, la influencia norteamericana se ha hecho sentir, pero no sólo en nuestro país. Esto, puesto que la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional (FDC) del país norteamericano, ha ofrecido financiar proyectos en Australia, Japón y Nueva Zelanda, según reporta la prensa de esos países.

La FDC fue creada por el actual presidente de EE. UU, Donald Trump, en miras de contrarrestar la influencia de China en el resto del mundo. La institución, busca apoyar financieramente a países emergentes, para lo cual cuenta con un límite de inversión de US$ 60 millones. Lo controvertido es que, aparte de realizar prestamos, puede tomar hasta un 30% de las acciones de los proyecto que financia, mientras se trate de empresas de su país.

Para el proyecto del cable submarino chileno con Asia, la misma entidad propuso inyectar recursos a la iniciativa. «A la fecha hemos recibido muestras de interés de diversas instituciones alrededor del mundo, entre ellas US International Development Finance Corporation, y nos encontramos conversando con todas aquellas con las cuales se ha firmado acuerdo de confidencialidad, exponiéndose las características del proyecto para definir si calificamos para los criterios de financiamiento de dichas instituciones. Como ya está definida la ruta, iniciaremos en conjunto con «Desarrollo País» el proceso de roadshow con los inversionistas, de manera de ir levantando el financiamiento requerido», explicó la subsecretaria de Telecomunicaciones, Pamela Gidi.

Los demás países involucrados

En medio de la escala de tensiones de dos de las mayores potencias del mundo, China y Estados Unidos, el resto de países ha debido comenzar a tomar posiciones. Nueva Zelanda, una parada intermedia, aspira a convertirse en el hub digital de Oceanía, por lo que la llegada del cable significaría un punto para ese desarrollo.

Tras el cambio de punto de llegada, China no ha se referido a la decisión de Chile, la que fue considerada como un «desaire» según medios internacionales como Financial Times o South Morning China Post. Para algunos, la construcción era denominada como «el cable de Huawei», ya que era esa empresa una de las que más empujó el proyecto. Si bien China no ha comentado nada, algunos diplomáticos alertan que el país asiático podría reconsiderar varios aspectos de su relación con nuestro país. Además de advertir los riesgos de «amarre» de Chile con tecnología norteamericana.

Otro de los países involucrados es Japón, nación que ha sido histórica rival de China, además quienes hace poco inauguraron su propio cable submarino con Australia. Cable que serviría como tramo final para el que saldrá desde Valparaíso.

Al comienzo del proyecto se considera como posibles aliados en Latinoamérica a Brasil, Argentina y Ecuador para desplegar el cable. Aunque, la pandemia por Covid-19 y la crisis económica que esta generaría podría bajar a algunos del proyecto. Sin embargo, Brasil aún estaría interesado en participar.

«Cabe mencionar que en el futuro, una vez que se constituya la empresa que será la dueña del cable submarino, se procederá a realizar la pre-venta y venta de la capacidad del mismo. Así, proyectando todo lo anterior se realizaron los casos de negocio para cada ruta, identificando sus respectivos potenciales ingresos y costos y el resultado fue que la ruta a Australia es la más viable financiera y técnicamente, lo que nos llevó a tomar la decisión de seleccionar esa ruta», finalizó Gidi.

Fuente: DF MAS

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