Wireless PowerShare es la tecnología de carga inalámbrica inversa de los nuevos Galaxy S10. Con su uso se perdería un 25% de capacidad de batería por hora.
Ayer en la presentación de los nuevos Galaxy S10 una de las funcionalidades más llamativas y bien recibidas fue Wireless PowerShare.
Ese es el nombre de la tecnología de carga inalámbrica inversa habilitado para el estándar Qi que Samsung implementó en sus nuevos flagships.
Gracias a ella podremos cargar sin cables otros móviles, o incluso hasta los nuevos Galaxy Watch Active o los Galaxy Buds.
Sin embargo, cumplir la función de power bank significa sacrificar algo del acumulador de nuestro Galaxy S10 para y hacia otro dispositivo. Por lo tanto, es lógico de suponer que se requiera de un mínimo de capacidad en el teléfono para poder ejecutar la Wireless PowerShare.
Y ahora ya tenemos confirmación y certeza con respecto a ello. El teléfono que sirva como base de carga deberá poseer al menos 30% de batería para poder brindar energía a otros aparatos.
Con que ya tenga un 29% e intentemos sacar provecho de esta cualidad, inmediatamente aparecerá un cartel indicando lo siguiente: «Cargue la batería a al menos al 30% para compartir la energía».
De manera adicional, algo bastante obvio es señalar que cuando utilicemos Wireless PowerShare la pila de nuestro Galaxy S10 se agotará más rápido. Es de esperarse un agotamiento aproximado del 25% de la misma por hora en promedio.