Ven a conocer la transformación del samurái Jin Sakai en Ghost of Tsushima, en esta hermosa aventura de mundo abierto ambientada en el japón feudal.
Después del controversial lanzamiento de The Last of Us Parte II, hay un título exclusivo de PlayStation 4 que ha dado mucho que hablar debido al buen aspecto que ha mostrado en sus distintos trailers y gameplays, así como el llamativo mundo en el que está ambientado. Se trata de Ghost of Tsushima, el último juego exclusivo de PS4 antes del lanzamiento de PS5, que a través de su imponente mundo abierto, narra la invasión de los mongoles a la isla de Tsushima, como el primer paso de este imperio en su intento por conquistar japón en el año 1274.
Está nueva IP está desarrollada por Sucker Punch, un estudio propiedad de PlayStation, que han sido los encargados de traernos grandes IP durante las últimas décadas y que son bien recordadas por los fanáticos de la consola, como lo son la saga Sly Cooper e InFamous. Con esta nuevo juego, la apuesta es mucho más grande, ya que como todo mundo abierto, ofrece un montón de posibilidades más allá de una simple aventura de acción, ofreciendo toques de plataformas, rol y muchísima exploración.
Nosotros ya lo hemos jugado y estamos aquí para contarte si es que Ghost of Tsushima y su protagonista, Jin Sakai, están a la altura de las expectativas que ha generado. Vamos con el review.
Ghost of Tsushima nos narra la historia de Jin Sakai, un samurái que en el inicio del juego ha caído en batalla contra un ejército mongol que supera ampliamente en número a los nipones y que ha visto cómo gran parte de los guerreros de Tsushima sucumben ante el gran imperio de Kothun Khan. El juego transcurre durante el año 1274, en pleno japón feudal y nos cuenta la aventura de Jin para convertirse en el temido Fantasma y todo lo que eso conlleva moralmente para un samurái, que como supongo ya saben, eran guerreros sumamente respetados.
Este inicio, en medio de la guerra, marca el comienzo de la transformación de Jin Sakai en el Fantasma, que por supuesto no te spoileo, pero que hace reflexionar al personaje –y al jugador– sobre temas como el honor, la venganza, la muerte y por sobre todo, la importancia de la familia y los seres queridos. La aventura está muy bien contada, aunque es bien simple, posee un excelente ritmo, incluso si consideramos a los personajes secundarios, que cuentan con guiones y clímax propios, independientes de la aventura de Jin que los integrará a todos.
Tsushima es hermoso, probablemente estamos ante uno de los juegos más vistosos que se han hecho a la fecha y que se ve beneficiado por las amplias zonas de vegetación, praderas, bosques, lagos y montañas que están acompañadas por algunas edificaciones que el hombre, por el siglo XIII, ya había empezado a construir. Este vistoso mundo se logra gracias al trabajo de colores, los diferentes climas que ha integrado Sucker Punch en la aventura y el impresionante manejo de la iluminación que utiliza el juego.
Los diferentes entornos son sumamente atrapantes y en todo momento invitan al jugador a la exploración, a descubrir qué es lo que hay en esos lugares tan lejanos que se ven si es que subimos a una montaña y que además, permiten hacer uso de un sistema de fotografía sumamente completo que me ha hecho «perder» bastante tiempo de juego en sacar fotografías increíbles.
Si bien considero que es el más vistoso, no es el mejor gráficamente, en ese sentido Red Dead Redemption 2 (RDR2) le saca ventaja a nivel de texturas, ya sea en las diferentes construcciones o montañas o en el mismo suelo, que si no fuese por la flora, no se vería tan bien, sobre todo si nos fijamos en detalles como las pisadas al caminar en la nieve, el barro o el agua.
Eso sí, el aspecto de Jin está muy bien logrado, y si consideramos el viento, que además de ser un factor fundamental de la exploración, interactúa muy bien con la vestimenta del personaje y con la naturaleza.
Otro aspecto que en un principio me decepcionó un poco, por el hecho de que mediante los diferentes trailers y gameplays se nos mostró de mucha calidad –que sí que la hay–, es el cinematográfico. Hay momentos impresionantes, de hecho muchos, pero me explico. El juego está contado a través de relatos, y en todos los Relatos de Jin Sakai (misiones principales) y algunos Relatos de Tsushima (misiones secundarias), esta cinematografía sí que existe, luciendo espectacular y con escenas impresionantes que recuerdan mucho a las clásicas películas de samurai.
El problema es que la cinematografía de las escenas deja mucho que desear cuando ocurren usando el motor gráfico del gameplay, con personajes super pocos expresivos o transiciones a las escenas con una pantalla en negro que cortan la epicidad que el juego se merece. En ese sentido, juegos como Death Stranding, Horizon Zero Dawn o RDR2 logran unas transiciones impresionantes y es algo que me hubiese gustado mucho ver en Ghost of Tsushima. Pero bueno, no es nada grave ni que manche la experiencia.
El aspecto cinematográfico va mucho más allá, el juego incorpora un vistoso modo de pantalla llamado Kurosawa –en honor al reconocido cineasta japonés–, que agrega un filtro blanco y negro similar a las clásicas películas de samuráis, que combinado al doblaje en japonés, le dan un aspecto impresionante a la experiencia, que le hace mucha justicia a la cinematografía que quiere lograr el título. Además, el sistema de combate está tan bien logrado, que se siente como si estuviésemos viendo una película de Kurosawa.
En donde más destaca el juego es en su gameplay y desde ya, te adelanto que me ha parecido un tanto fácil de dominar, a pesar de que tendremos que utilizar prácticamente todas las posibilidades que ofrece el DualShock 4, y además, considero que es un mundo fácil de completar, sin tantas posibilidades como pasa en otros mundos abiertos, como The Witcher o RDR2, en el que tenemos detalles como el cuidado y alimentación del caballo, el crecimiento del pelo y barba en nuestro protagonista, el alimentarse o incluso cazar animales y crear armamento. Aquí no hay nada de eso.
En dicho sentido, se parece mucho a Horizon Zero Dawn, un mundo que tiene bastantes similitudes con Tsushima. Para decir verdad, el gameplay siempre va en pos de ofrecer una experiencia completa de lo que es ser un samurái.
El sistema de combate es espectacular, la animaciones están muy bien logradas, la sangre de las peleas le da un aspecto que nos recuerda siempre a las películas de samurai y el uso de unos buenos reflejos es sumamente importante, ya que el combate se basa mucho en evadir y desviar golpes para luego contraatacar, aunque también deberemos hacer mucho uso del arco y el cambio de postura, que nos permitirá enfrentarnos de forma más eficiente ante los diferentes tipos de enemigos, porque habrá espadachines, lanceros, brutos y otros con armadura y escudos.
Estas posturas se desbloquean a lo largo de la historia y permiten desestabilizar a estos enemigos para poder derrotarlos más rápido, lo que fundamental cuando nos estamos enfrentando a grupos numerosos de mongoles.
Sin embargo, no siempre deberemos ir a pelear de forma directa, porque simplemente hay veces en las que los grupos enemigos son tan numerosos que si lo hacemos, seguramente terminaremos derrotados y es por eso que desde el principio de la aventura se nos enseña a actuar con sigilo, aunque para mi gusto, la inteligencia artificial de los enemigos deja un poco que desear y pareciera que los mongoles son sordos y medianamente ciegos. Bueno, eso también facilita esa sensación samurai que tanto me ha gustado.
El combate también tiene otros detalles interesantes, como lo es el nivel de leyenda, que hará que los enemigos se aterren de ti cuando estás combatiendo o los puntos de técnica, que servirán para mejorar las posturas, las armas fantasma, las tácticas evolucionadas y otras técnicas del samurai, un aspecto que le otorga una que otra característica rolera al juego, pudiendo mejorar las técnicas que más nos convengan o que adapten a Jin a nuestro estilo de juego.
Como ya les comentaba, las misiones del juego reciben el nombre de Relatos, y nos encontraremos con tres tipos, los Relatos de Jin, los Relatos de Tsushima y los Relatos Místicos. Una vez que seleccionemos en el mapa alguna de ellas – o cualquier lugar de interés en el mapa–, el juego nos guiará haciendo uso del viento, ya que en pantalla no se nos muestra nada, lo que potencia aún más el aspecto cinematográfico.
Cabe destacar que podemos dejar cualquier misión por hacer y el juego automáticamente guardará el progreso para que puedas ir a buscar alguna otra cosa que te encuentres por el camino y luego retomar la misión desde el mismo punto que la habías dejado.
Más allá de los relatos, el juego cuenta con una serie de santuarios, desafíos, termas y algunas otros lugares que tendremos que explorar a lo largo y ancho de todo el mapa, cuya dificultad es escasa, sobre todo los santuarios que poseen características plataformeras y que no siempre serán fáciles de descubrir, ya que deberemos estar atentos a los acontecimientos que ocurran en los alrededores, como un incendio, una fogata que genere humo, o las aves, que nos guiarán a estos puntos de exploración.
También entran en escena algunos aspectos típicos de la cultura nipona, como los Haikus, una especie de poema que deberemos componer en algunos lugares sumamente atractivos visualmente y que te invitan a reflexionar sobre varios temas, como la guerra, la traición, la derrota, el miedo o la paz.
Un aspecto importante del juego son los diferentes atuendos que puede portar Jin y que son fundamentales para enfrentar las diferentes situaciones que nos plantea el juego. A lo largo de la historia se irán desbloqueando diferentes trajes, cada uno con diferentes características predefinidas que podemos ir mejorando con ayuda de recursos que iremos recolectando. Tendremos trajes para cuando sea necesario utilizar sigilo, cuando necesitemos combatir contra varios enemigos o incluso para cuando tengamos que viajar y encontrar objetos importantes. Lamentablemente, para cambiarnos tendremos que ir al menú de opciones y seleccionar el traje que necesitemos, hubiese sido bastante útil que esta opción estuviera integrada a nivel de gameplay con alguna combinación de botones o incluso aprovechar al caballo, porque el cambio de traje ocurre muy a menudo.
Otra cosa que podemos personalizar es nuestra espada, si bien la espada en todo momento es la misma, al completar los santuarios que se encuentran a lo largo de todo Tsushima conseguiremos Amuletos que otorgarán al personaje de distintas habilidades, que potenciarán distintos aspectos del combate o la exploración y que deberán ser incorporadas en las ranuras que posee la Espada Sakai de Jin. Esto permite potenciar lo que nosotros queramos para distintas situaciones, al igual que los trajes.
Nuestro medio de transporte a lo largo de la aventura será nuestro caballo, el cual estará presente en cualquier momento con tan solo presionar un botón –aunque estemos en la cima de una montaña– y no deberemos tener ningún tipo de cuidado con él, ya que no puede morir. Algo que me ha gustado mucho en otros juegos de mundo abierto es la conexión que se crea entre el protagonista y el caballo, pudiendo alimentarlo y mejorarlo pero en Ghost of Tsushima esto no ocurre, siendo un caballo mucho más similar al presentado en The Witcher 3.
Pero bueno, además del caballo, otro aspecto que no me ha gustado está relacionado con la libertad de acción al momento de explorar, es verdad que podemos ir a donde queramos pero al momento de escalar, solo podremos hacerlo utilizando las zonas que el juego nos ofrece y por otra parte, me hubiese gustado que el personaje interactúe mejor con el entorno, por ejemplo, que si el personaje choca con un árbol se golpee o se caiga del caballo, o si pasa por el agua, la corriente le dificulte el movimiento. En todos esos detalles, el juego deja harto que desear.
Ghost of Tsushima es una obra atractiva en muchos sentidos. No solo estamos ante una historia divertida, sino que estamos ante una oda a la cultura japonesa y a las películas de samurai que tanto hemos disfrutado. Si bien hay algunos detalles que no me han terminado de gustar, a nivel cinematográfico y narrativo es un juego sumamente destacable y que recalca la intención de PlayStation Studios de ofrecer títulos con un fuerte enfoque en lo narrativo e historias que dejen algo en el consumidor, algo que juegos como The Last of Us, Spider-Man, Horizon Zero Dawn, Ratchet & Clank o God of War ya nos han dejado claro.
No me caben dudas que donde más destaca esta aventura de acción a nivel de gameplay es en su sistema de combate, que basado en el desvío y el contraataque, te mantendrá alerta en todo momento y que además, cuenta con unas animaciones extraordinarias que me han hecho recordar porqué nos gusta tanto el japón feudal. Esto no quiere decir que no destaque a nivel de exploración, si bien las santuarios y demás agregados son un poco básicos, siempre es un desafío descubrir todo lo que hay Tsushima y deslumbrarse con los cientos de paisajes que ofrece uno de los juegos más bonitos de la generación.
Ghost of Tsushima es un juego que, de todas maneras, vale la pena jugar y otro título indispensable de esta generación, que cierra el catálogo de PlayStation 4 de excelente forma y que, personalmente, me deja ansioso por ver lo que preparará Sucker Punch en PlayStation 5. Hay margen de mejora.