Los Sony LinkBuds cuentan con un diseño abierto muy particular, que ofrece todo lo contrario a la cancelación de ruido activa.
Sony no se ha cansado de ofrecer audífonos de excelente calidad durante los últimos años, con modelos in-ear, como los WF-1000XM4 en el segmento premium y los WF-XB700 en el segmento más económico, buscan abarcar las distintas gamas. Pero nuestros protagonistas de hoy son algo especiales.
Los Sony LinkBuds tienen un diseño como ningún otro auricular que haya probado anteriormente ya que es completamente abierto, lo que le da algunas características que los hacen realmente únicos y especiales para aquellos usuarios que les gusta estar pendientes de lo que ocurre alrededor en todo momento.
¿Quieres todo lo contrario a la cancelación de ruido activa? Quizás los Sony LinkBuds podrían ser para ti.
Lo primero que llama la atención al ver los LinkBuds es su tamaño, tanto el estuche de carga como los propios auriculares son notoriamente más pequeños que los audífonos de entrada sin tapones de los diferentes fabricantes. Lo mejor es que aquí no han hecho sacrificios en los componentes, sino que la principal diferencia está en el diseño de su driver.
Lo que ha hecho Sony es ofrecer un controlador –o driver– de 12 mm con forma de anillo que está conectado al clásico cuerpo de un auricular. Este anillo es el que se inserta “dentro” del oído, y al tener un orificio, nos permite escuchar todo lo que ocurre a nuestro alrededor sin ningún problema.
Es, literalmente, como si no tuviésemos los audífonos puestos e ideal para la gente que no le gustan los audífonos que te “violan” las orejas, como dicen algunos.
Esta experiencia no solo se logra gracias a la forma de anillo, sino que los audífonos también son extremadamente livianos y pequeños, pesando solamente 4.1g. Si los comparamos con los modelos con cancelación de ruido de la empresa, son casi la mitad de pequeños.
Y si son tan livianos, ¿cómo se sujetan a la oreja? Sony incluye 5 tamaños diferentes del sujetador en forma de ala, el cual se puede intercambiar fácilmente ya que el propio hardware cuenta con una hendidura que permite ajustarla. No he tenido ningún problema a la hora de trotar o andar en bicicleta.
Al final, se siente como si un modo de transparencia natural estuviera activo todo el tiempo, y al ser tan livianos, son los audífonos ideales para tenerlos puestos todo el día, sin necesidad de quitarnoslos o interrumpir lo que estamos escuchando para oír a alguien.
Lo más genial es que, por ser tan pequeños, los japoneses han tenido que eliminar los sensores táctiles para la navegación y a cambio de eso, se utilizan sensores de movimientos que pueden reconocer cuando hacemos pulsaciones, incluso si hacemos la pulsación en el trago de la oreja –en la piel–, lo que se ve muy bacán.
La otra parte importante de los audífonos es su estuche de carga, el cual también es más pequeño de lo que estamos acostumbrados. En la parte de atrás tiene un botón de emparejamiento Bluetooth, un puerto USB-C para cargarlo, y en el frontal, un botón para abrir la tapa, que no me gusta para nada porque fácilmente podría usarse un imán.
Igual eso puede tener que ver con los materiales sustentables y reciclados que utiliza Sony en todo el empaquetado, presentación y diseño de los LinkBuds. El acabado mate resulta super agradable al tacto, como si se tratase de un cartón de excelente calidad.
El controlador de 12 mm hace un buen trabajo a la hora de reproducir un sonido claro y con bajos decentes, pero claro, no es mucho lo que podemos pedir debido al anillo en su diseño, que no permite ningún tipo de aislación del sonido ambiental.
Cuando estamos en casa, sin ningún tipo de sonido ambiental o interrupciones, los auriculares se comportan excelente, pero al salir a la calle, el nivel de bajos se reduce y no es tan placentero escuchar música, como sí podría ser con cualquier otro par de audífonos que se inserte dentro del oído para permitir una mayor aislación del ruido y por ende, una mejora en los bajos.
Me sucede lo mismo con los AirPods –u otros audífonos de diseño abierto–, pero con los LinkBuds es aún más notorio en ambientes con mucho ruido. Igual cabe destacar que los bajos igual se sienten, y es un poco impresionante que se sientan con un diseño de este estilo, en el que uno no esperaría nada de nada. A pesar de todo, el sonido está bien equilibrado y de alguna forma, le hacen justicia a la buena reputación que tiene Sony en este apartado.
Obviamente Sony está al tanto de esta situación, y es por eso que han incorporado un control adaptativo del volumen, que dependiendo del sonido ambiental, aumenta o disminuye el volumen de forma inteligente. Es decir, si estamos en el transporte público o en un restaurante, el volumen aumentará automáticamente, mientras que si estamos en casa, se reducirá.
La calidad del micrófono en las llamadas es muy buena, durante las pruebas, los receptores me han podido escuchar sin ningún problema, una función que no ha envejecido muy bien en otros modelos de la empresa. Sony ha incorporado un nuevo algoritmo que mejora la calidad de las llamadas al suprimir los sonidos ambientales y por dar algún ejemplo, los LinkBuds suenan harto mejor en videollamadas que mis WH-1000XM3.
El micrófono también funciona a la perfección a la hora de hablar con Google Assistant, una función que a estas alturas ya es indispensable en cualquier audífonos inalámbrico.
La mala noticia sigue siendo la ausencia de soporte para múltiples dispositivos Bluetooth. Ya estamos en 2022 y la opción está disponible desde el año 2018 para los fabricantes. Simplemente es inaceptable no poder transicionar de manera simple y fluida entre diferentes dispositivos conectados, como el computador, el teléfono y la tablet.
Al ser tan pequeños, obvio que el punto más bajo de los LinkBuds sería la batería y hay que destacar un par de cosas en este sentido.
La duración de la batería es decente, de acuerdo a Sony nos debería dar unas 5 horas y media de uso continuo, una duración que está a la par de audífonos con cancelación de ruido pero por debajo de los modelos que no cuentan con esta tecnología, como es el caso de los LinkBuds. A esas 5.5 horas hay que sumarle las 12 horas de autonomía que entrega el estuche de carga.
¿El problema? Sony publicita los LinkBuds como unos audífonos que están pensados para usarlos durante todo el día y que, en el fondo, pasen desapercibidos en la oreja. Pero bueno, es imposible usarlos durante todo el día porque su batería se agotará en algún momento antes de volver a la cama.
Claro, siendo realistas, es difícil que alguien esté durante todo el día con los audífonos puestos, ya que a pesar de ser super cómodos e incluso poder hacer deportes con ellos –que por cierto, son resistentes al agua y sudor también–, la mayoría de las personas en algún momento los guardará para cargarlos o hacer alguna cosa sin los audífonos.
Lamentablemente no hay soporte para carga inalámbrica, lo que es una lástima si consideramos el precio, y la única forma de cargar la carcasa es a través del puerto USB-C.
Existen distintos tipos de audífonos, algunos son deportivos, otros con cancelación de ruido u otros que van sobre las orejas, pero la cosa es que todos son para públicos distintos y los estos no son ninguna excepción.
Los Sony LinkBuds ofrecen una experiencia que cumple con la propuesta de ser unos audífonos cómodos, con un diseño súper ligero pensado para ser usados durante largos periodos de tiempo sin cansar nuestro oído y con una experiencia de software muy completa.
Yo no tengo ningún problema con los audífonos que se insertan en la oreja –que es otro de los públicos a los que apuntan los LinkBuds– y ciertamente prefiero tener la opción de la cancelación de ruido y el modo transparencia, pero lo cierto es que si te gusta estar con audífonos todo el día y el modo transparencia es lo tuyo, por CLP $159,990 tendrás lo que buscas.