La Fibra Óptica Plástica ha tomado mucha relevancia como una alternativa al cable tradicional para conectarnos en casa. ¿Qué es y para qué sirve?
Es muy probable que hayamos pensado en ampliar la red de nuestro hogar. Y al buscar entre las distintas alternativas y comparar lo que nos ofrecen, encontramos una que podría llamarnos especialmente la atención, la fibra óptica plástica.
Todo gracias a que en los últimos tiempos se ha mencionado mucho que la fibra óptica es una de las mejores opciones para conectarse a internet. Y si optamos por un operador que la utilice para brindar sus servicios hasta nuestra casa, sabremos que tomamos una buena decisión.
No obstante, la fibra que se encuentra en los postes es demasiado frágil y cara para hacerla entrar por completo hasta el domicilio. Y si tratamos de instalarla, lo más probable es que nos enfrentemos a muchos problemas que impidan un correcto funcionamiento de la misma.
La Fibra Óptica Plástica —o POF— es un medio alámbrico que ha tomado gran relevancia en los últimos años como sustituto del cable par trenzado en determinadas instalaciones. Todo gracias a su delgadez, la inmunidad al ruido y la capacidad de llegar algo más lejos que el ethernet común, entre otras prestaciones.
Aunque tenemos alternativas como Powerline o el mismo cable ethernet para aplicaciones de alta velocidad o cobertura rápidas, uno de los argumentos de compra que muchos toman en cuenta para instalarla en el hogar, es la facilidad teórica de “actualizar” la velocidad manteniendo la misma fibra.
Pero antes de llegar a eso, partamos por el principio:
Como tal, la fibra óptica plástica es un tipo de fibra óptica en sí, aunque con algunas diferencias claves respecto a la que podemos ver en postes, proveniente del ISP.
La diferencia más clara está en su nombre, ya que tiene un núcleo esencialmente plástico —concretamente polimetilmetacrilato—, resultando en un cable flexible y mucho menos delicado que los de fibra de vidrio.
Este material, al ser más resistente a golpes, torceduras y dobleces que la fibra de vidrio, facilita la instalación en entornos hogareños o pequeñas empresas. Todo gracias a su composición general.
Esta flexibilidad permite compartir los ductos usados para el cableado eléctrico, que seguramente se encuentran distribuidos por todo el hogar. Y dada su inmunidad al ruido electromagnético, no presentará problemas como la pérdida de paquetes, porque su mayor ventaja es que el plástico no conduce ni es afectado directamente por la electricidad.
Dicho esto, es posible llevar velocidades Gigabit a cualquier punto del hogar al que la fibra óptica plástica llegue, siempre y cuando tengamos el equipo necesario para hacerla funcionar.
Este equipo consiste normalmente en dos convertidores de medios, cada uno se encontrará en un extremo de las zonas que vamos a comunicar, y obtendremos uno o más puertos ethernet tradicionales (también llamados RJ-45) para extender la red a donde sea necesario.
Esta fibra tiene varias aplicaciones en diferentes ámbitos y poco a poco se vuelve más popular en otros sectores. Pero más allá de eso, su uso está destinado a situaciones donde no es posible instalar cable regular por la distancia a cubrir o por interferencias en el ambiente.
Su mayor utilidad está en las telecomunicaciones, ya que es usada por algunos proveedores de internet y compañías que ofrecen servicios de red, así como en la interconexión de redes internas empresariales. Claro está, su uso no es tan extendido como la fibra óptica tradicional.
En la industria, la encontramos en sistemas de control automatizado, tanto para la comunicación y operación en líneas de ensamble o empaquetado, así como en otros equipos que requieren enviar muchísimos datos con gran rapidez, sin dejar de lado la estabilidad.
También es usada en la medicina, la aeronáutica y el transporte, gracias a la fiabilidad en la transferencia de datos cuando otros aparatos de gran poder están cerca, justamente por esa inmunidad a interferencias.
Otro uso conocido es en la comunicación a largas distancias —al menos respecto al cable UTP—, permitiendo extender la red con velocidades Gigabit hasta 500 metros o más, aunque sólo en condiciones muy específicas.
Debemos mencionar que aún tiene un par de problemas que no se han resuelto del todo, como un menor rendimiento respecto a la fibra de vidrio, porque la composición del núcleo absorbe parte del espectro —como la luz infrarroja— de extremo a extremo.
Además, no toda la fibra óptica puede ser plástica, ya que a diferencia de la fibra de vidrio, ésta es menos confiable en temperaturas extremas, especialmente a las altas.
Esto se debe a que el núcleo plástico cambia parcialmente sus propiedades al tener una temperatura u otra, afectando al paso de la luz, que es esencial para la comunicación.
El fuego —como siempre—, es un enemigo importante del plástico, ya que el polimetilmetacrilato se derrite a partir de 160°C. Pese a que existen recubrimientos ignífugos o retardantes de flama, las altas temperaturas continuarán afectando el rendimiento en general a medida que la temperatura suba.
Por otra parte, tampoco es recomendable en ambientes muy húmedos o corrosivos, o en aquellos que se manejen vapores tóxicos, limitando su uso en determinadas industrias.
No obstante, el precio es el principal problema, ya que la fibra óptica plástica no es cara per sé, sino que pierde puntos por el equipo necesario para hacerla completamente funcional.
Por supuesto, no todo es malo, ya que es posible destacar varias propiedades que la convierten en una opción factible en determinadas aplicaciones. Entre esas características, tenemos:
Como mencionamos antes, la inmunidad al ruido hace a la fibra óptica plástica una alternativa ideal para su introducción a través de los ductos de nuestros hogares, y llevar una red de alta velocidad a todas partes.
Por norma, no está permitido que un cable ethernet se encuentre en el mismo ducto que los cables de corriente eléctrica, debido a posibles interferencias que afectan al flujo de datos en un cable ethernet. Este problema se acentúa si usamos uno de menor calidad o que no tenga un «escudo» para protegerse contra este ruido eléctrico, lo que nos traerá pérdida de paquetes o peores velocidades.
Muchas instalaciones eléctricas viejas estaban pensadas únicamente para la red eléctrica o no cumplen con las normas actuales, por lo que los ductos están repletos de cables, dejando muy poco espacio para añadir más.
Éste es un terreno donde la fibra óptica plástica tiene ventaja, ya que su grosor es de apenas un par de milímetros, y está compuesta por uno o dos filamentos del mismo calibre. No solo es mucho más sencillo introducir un par de «cables», sino que el espacio ocupado por estos será menor al de un par trenzado común.
La posibilidad de cortar y poner un conector a medida sin necesidad de herramientas tan especiales es un hecho, aunque el cable regular le sigue sacando ventaja en este aspecto.
Determinados kits orientados al hogar facilitan aún más el asunto, ya que no es necesario utilizar conectores específicos. Únicamente basta con pelar el filamento e insertarlo en el convertidor de medios.
La velocidad es otra de sus virtudes, porque podemos lograr un enlace Gigabit estable, rápido y funcional a larga distancia.
Todo esto dependerá del kit que estemos utilizando como convertidores de medios, así como la calidad de la fibra y la configuración que tengamos.
La fibra óptica plástica es relativamente barata al compararla con el cable UTP. ya que un rollo de 300 metros puede costar menos que un cable ethernet blindado de calidad, aunque todo dependerá de la aplicación a la que estén destinados cada uno.
Además, al cubrir grandes distancias, no necesitaremos poner switches u otros dispositivos en medio para evitar una atenuación en la señal.
La principal desventaja es la cantidad de alternativas existentes al día de hoy, la fibra óptica en el hogar sigue siendo algo de nicho, y —salvo contadas excepciones— un cable UTP sigue siendo la alternativa líder en el segmento.
No obstante, si la idea es llevar una conexión a internet decente para todos nuestros dispositivos o únicamente conectar todo en el hogar, basta con utilizar Powerline o un sistema WiFi Mesh, instalar cable UTP por fuera de los ductos o realizar pruebas con cables especializados de mejor calidad, como el FTP.
Igualmente, el costo del equipo necesario para funcionar es un problema, ya que se requieren convertidores de medios en cada punto donde se usará la red, para acceder a ella con nuestros dispositivos.
El kit de dos convertidores básicos puede costar hasta 3 veces más que una solución equivalente, como un paquete de adaptadores Powerline y un precio muy cercano a un punto de acceso empresarial.
Muchos paquetes básicos permiten una conexión máxima de 100 Mbps, lo que los hace un poco inútiles si nuestra conexión a internet es mejor y deseamos obtener toda la velocidad en cada punto del hogar.
Si buscamos velocidades más altas, el costo aumenta de forma ligeramente desproporcionada al beneficio, lo que releva a la fibra óptica plástica como una opción inferior dentro del hogar, pese a los beneficios que puede otorgar.
También hay que tener en cuenta que su estatus como producto de nicho hace que sea más difícil adquirir los convertidores, conectores o el «cable» como tal, porque no resulta rentable para muchos vendedores.
Por otro lado, la información que encontramos en línea no es lo suficientemente clara para todos, y muchas veces se requiere de un profesional calificado para su instalación, esto con el fin de evitar accidentes. Principalmente si nuestra idea es pasar los «cables» a través de los ductos de corriente eléctrica.
Considerando la naturaleza plástica del núcleo, no podremos conectar directamente cámaras de seguridad o puntos de acceso capaces de ser alimentados con Power over Ethernet.
De esta forma, tendremos que utilizar forzosamente una fuente de alimentación en cada punto al que lleguemos con fibra, además de un conversor de medios para conectarnos por cable tradicional.
Una vez que hemos visto las ventajas y desventajas, tenemos que decidir si nos funciona o no, ya que todo depende de nuestro entorno y necesidades a cubrir.
Dicho esto, si tenemos que conectar nuestra red hogar y solo tenemos dispositivos que no demandan mucho, tal vez lo mejor será invertir en un router o en un punto de acceso con mayor capacidad, para que pueda con todos los dispositivos a través de WiFi.
Si esto no alcanza o queremos conectar por cable algunas cosas, nuestra otra opción es instalar cable par trenzado por fuera de los ductos, poner canaletas para esconderlo, o fijarlo a la pared con grapas, y emplear un switch pequeño en cada punto por si requerimos más de un puerto a la vez.
Otra solución menos invasiva sería usar la red eléctrica del hogar para expandir la conexión con adaptadores Powerline, de forma que resulte en algo fácil de instalar y configurar.
Por otra parte, algunos dispositivos WiFi Mesh poseen Powerline como una de las tecnologías que ayudan a optimizar la ruta de toda la información que viajará por la red.
A su vez, son fáciles de configurar y nos evitamos una instalación ligeramente invasiva, que implica tener acceso a los ductos del hogar, a costa de un rendimiento menor que el de una red cableada tradicional, o con fibra óptica plástica.
Pasando a algo más específico, puede darse el caso de que el terreno en el que está asentada nuestra casa tenga un gran tamaño (como en el campo) y deseamos conectar los extremos para tener una conexión hasta ese punto, o para utilizar un sistema de vigilancia, alarma o hasta un sistema de domótica.
En ese caso, la fibra es una opción viable, pero solo si la distancia lineal al punto que deseamos cubrir es mayor a los 100 metros, si no, un cable UTP (o FTP para darle algo de inmunidad al ruido) son suficientes.
Todo depende de las necesidades a cubrir y nuestro presupuesto, aunque en la mayoría de los casos bastará con las otras alternativas mencionadas, sin necesidad de un técnico para realizar la instalación.
Por último, es complicado determinar si es una alternativa para todos, ya que las prestaciones son muchas, pero al ser un producto de nicho, es posible que no sea una de las mejores opciones para un usuario común, y lo mejor será buscar por otro lado.
Independientemente de eso, muchos kits hogareños están orientados para ofrecer una instalación muy sencilla, todas las herramientas necesarias. Y por supuesto, garantizando que las velocidades serán algo más estables que al emplear cableado tradicional.
Nuestros agradecimientos a ACTELSER por facilitarnos Fibra óptica plástica para su estudio en la confección de esta columna de información.