Estas están siendo horas complejas para Google, sin duda. La Unión Europea ha hecho publica su postura sobre las aplicaciones predeterminadas que solicita integrar la gran G a cada teléfono que se distribuye oficialmente con su sistema operativo para móviles, afirmando que cada dispositivo debería venir sin ellas.
Aclaremos un poco el panorama antes de seguir detallando el tema. Google desarrolla Android, un sistema operativo que es gratuito para que cualquier fabricante pueda utilizarlo. Eso sí, el fabricante debe cumplir con ciertas «exigencias», siendo la más importante tener los servicios de Google Play y su paquete básico de aplicaciones preinstaladas, como Gmail o YouTube, por ejemplo.
En este caso en particular, la Unión Europea ha puesto sobre la palestra la verdadera necesidad de tener preinstalada la aplicación de búsqueda de Google y el navegador Chrome, dos de las aplicaciones más importantes para la compañía.
Ante esto, Sundar Pichai, CEO de Google, escribió una publicación en el blog de la empresa:
Hoy, gracias a Android, hay más de 24.000 dispositivos, en cada punto de precios, fabricados por más de 1.300 marcas distintas…
Esta inversión tiene sentido para nosotros porque podemos ofrecer a los fabricantes la opción de precargar nuestras aplicaciones más populares (como Búsqueda, Chrome, Play, Maps y Gmail), algunas de las cuales generan ingresos para nosotros, y todas ellas nos ayudan a asegurar que el teléfono funciona perfectamente una vez que lo sacas de la caja.
Hasta ahora, el modelo de negocios de Android ha significado que no hemos tenido que cobrar a fabricantes por nuestra tecnología, o depender de un controladísimo modelo de distribución.
La decisión de hoy entorpece el modelo de negocios al cual Android apoya, el que ha creado más opciones para todos, no menos. Nosotros vamos a apelar.
Esta situación sin duda dará que hablar en el futuro cercano, aunque inevitablemente tenderá hacia que Google comience a cerrar sus puertas poco a poco. ¿Qué opinan ustedes de esta situación?
