Tiempo atrás tuvimos hartas noticias relacionadas al litigio entre Apple y el FBI, en el cual la primera entidad se negaba a descifrar un iPhone 5C perteneciente a un responsable de un tiroteo en San Bernardino. Sin embargo, más adelante, el cuerpo policial admitió que finalmente pudo acceder a los datos del smartphone en cuestión.
Desde allí, una gran disputa y repercusión entre privacidad y espionaje se libró sin cesar.
Ahora bien, no siempre se dan las mismas situaciones. Cada caso es un mundo aparte. Y de eso se trata este post.
Tiempo atrás, los padres de Austin Stephanos, un joven de 14 años, pidieron directamente a la propia Apple el poder infiltrarse a los datos del iPhone de su hijo — el de la foto de portada —, el cual desapareció junto a su amigo Perry Cohen en el mar en un día de pesca por las aguas de Florida.
¿Qué hacer ante estos casos? Esa podría ser una pregunta de lo más común e intrigante. ¿Se rompería la privacidad en detrimento del deseo de unos padres desesperados? La verdad que es un tema sumamente delicado y del cual pueden salir muchas aristas de opinión.
Más allá de eso, Apple aceptó el pedido. Es así como intentó incansablemente desarmar y examinar de la forma más delicada posible el teléfono del joven desaparecido.
Dicho aparato estuvo sumergido en agua salada por ocho meses. Por lo cual, el equipo encargado de esta misión desarmó el teléfono pieza por pieza, tratando con suma delicadeza cada parte. Incluso, llegaron a tratar varios componentes con diversas soluciones químicas ante la corrosión y demás efectos del agua salada.
Aunque, a pesar de todo el esfuerzo y empeño, Apple finalmente no pudo acceder a los datos del iPhone del joven desaparecido.
La empresa de Tim Cook dijo que, si bien sus propios intentos habían fracasado, hay otros expertos que pueden ser capaces de recuperar los datos, y la compañía estaba dispuesto a entregar el teléfono a ellos si las familias de ambos chicos desaparecidos lo deseaban. Sin embargo, las dos familias no están de acuerdo entre sí en la actualidad. Por un lado, los Cohen desean explorar todas las vías posibles para ingresar al iPhone en cuestión y tratar de tener alguna pista sobre lo que sucedió realmente entre los jóvenes, mientras que la familia Stephanos quieren retenerlo como un preciado recuerdo de su amado hijo.
Por lo pronto, el paso a seguir en esta historia es un misterio. Sin embargo, es de destacar el gesto de Apple, a pesar de que sus esfuerzos no hayan podido concretar una solución. Veremos qué sucede próximamente.