El mundo de los móviles es mucho más grande de lo que creemos. Hay marcas de las cuales nunca hemos escuchado y que nunca llegarán a occidente de forma oficial. Esto no significa que los equipos nunca lleguen. Generalmente los equipos de estas marcas llegan de la mano de otro fabricante a este lado del mundo.
Antes de continuar con el tema, debemos definir a qué le llamaremos un teléfono «chino». Para este caso, será cualquiera que no llegue a occidente por medio de su marca oficial. Sí, hay fabricantes chinos que venden sus equipos aquí de forma oficial como, por ejemplo, Huawei. Pero estos ofrecen soporte, tienen representantes y presencia en el mercado por lo que podemos descartarlo como una empresa exclusivamente de asia.
Ahora sí, entramos a la polémica. Los teléfonos chinos son baratos. Muy baratos. Quizás demasiado. Ignoramos si es por la calidad de fabricación, por la calidad de vida de los trabajadores, los componentes elegidos o el ahorro en marketing y presencia internacional. Puede ser una mezcla de todos. ¿O simplemente estamos acostumbrados a precios excesivos por parte de las empresas internacionales?
Sin embargo, no todo es color de rosa al comprar un teléfono de China. ¿Qué pasa si el teléfono se echa a perder dentro del periodo de garantía (si es que existe una garantía)? ¿Cuál es el soporte real de estos equipos? Los tiempos que demora importar los equipos tampoco ayuda mucho.
Dicho esto, les dejamos la palabra a ustedes, los lectores, para que opinen. ¿Vale la pena realmente pagar menos y comprar un teléfono de China? ¿O es mejor pagar más y tener los beneficios de una marca reconocida internacionalmente?