Samsung está avanzando en el desarrollo de una nueva batería de estado sólido que podría implementarse en dispositivos wearables a partir de 2026. Estas baterías, que no requieren electrolitos líquidos y están compuestas exclusivamente por materiales sólidos, prometen una densidad energética superior, alcanzando los 200Wh/L, lo que las convierte en las más densas del sector.
El proyecto ha sido desarrollado por la unidad Samsung Electro-Mechanics durante los últimos tres años, y ya han creado un prototipo funcional que está siendo probado por varios clientes. Samsung planea comenzar la producción en masa en 2026, con el objetivo de incorporar esta tecnología en futuros modelos del Galaxy Watch, Galaxy Buds, entre otros.
Las baterías de estado sólido ofrecen varias ventajas frente a las tradicionales de iones de litio: son menos propensas a sobrecalentarse, lo que mejora la seguridad, tienen una mayor durabilidad, y su diseño flexible permite adaptarlas a diversos tamaños y formas, ideales para dispositivos pequeños como relojes inteligentes y auriculares. Además, estas baterías tienen un impacto ambiental menor y pueden operar en un rango de temperaturas más amplio.
Samsung está aprovechando su tecnología de capacitores cerámicos multicapa para desarrollar estas baterías, apilando finas capas de materiales que maximizan la eficiencia y minimizan el tamaño. A pesar de estos beneficios, la fabricación de baterías de estado sólido es más costosa que las de iones de litio, lo que representa un desafío para su adopción masiva.
Con más de 40 patentes registradas en esta área, Samsung busca mantenerse a la vanguardia en el mercado de baterías para wearables y otros dispositivos móviles, marcando un posible cambio radical en la industria. Aunque su lanzamiento está previsto para dentro de algunos años, esta tecnología promete mejorar la seguridad, eficiencia y durabilidad de los dispositivos portátiles.