Introducción
Durante los últimos años, Canon ha ido fortaleciendo su gama de cámaras sin espejo con la familia R. Sin embargo, hasta el momento solamente se han enfocado en las cámaras full-frame, buscando competir de lleno con Sony y su gama de equipos mirrorless.
Recién en el mes de mayo de este año conocimos al primer integrante de esta familia con sensor APS-C: la EOS R7, la cual recientemente fue lanzada en nuestro país, y que por fin tenemos en nuestras manos para probar.
La Canon EOS R7 llega como una nueva alternativa para convencer a aquellos fotógrafos aficionados que quieren dar un salto desde una cámara más básica. La pregunta es: ¿de qué manera lo puede hacer? Eso lo veremos en el presente review. Comencemos:
Diseño y ergonomía
Si bien nunca hemos realizado un análisis de una cámara Canon con anterioridad aquí en Pisapapeles, personalmente he tenido la oportunidad de tener y probar varias cámaras de esta marca, y si hay algo que es una constante en todas aquellas que he tenido en mis manos, es que sus equipos son siempre un agrado de sujetar (aunque no necesariamente mirar).
Convengamos que Canon no se destaca por tener diseños atractivos (si es que podemos catalogar como atractiva una cámara, claro está) si lo comparamos con lo que ofrece Sony o Fujifilm, pero me parece que eso es parte de su identidad como marca. La EOS R7 sigue esta misma línea de diseño, claro está, en un cuerpo más compacto que otros modelos equivalentes (como la 80D o 90D). De hecho, así se compara con la 80D y un 18-135mm:
Sus dimensiones son de 132 x 90.4 x 91.7 mm, y pesa alrededor de 530 gramos (solo cuerpo, 612 g con la batería puesta). Está construido con magnesio y plástico, un mezcla de materiales típica en cámaras de esta gama, pero que se siente excelente en la mano, y que le otorga un excelente nivel de agarre en la mano.
Y ya que estamos hablando de sensaciones en la mano, la ergonomía de esta cámara es maravillosa. Como dije antes, siempre es un agrado sujetar una cámara Canon, porque son fáciles de manipular: permiten tener la mano en una posición cómoda independiente de si estamos tomando una foto con el visor, con la pantalla e incluso cuando la tenemos agarrada del grip mientras vamos caminando.
Los botones están muy bien posicionados, y todos son muy accesibles aún cuando tenemos la cámara frente a nosotros. Quizás la única queja que tengo, es que el joystick está un poquito pasado en altura (al menos para mi pulgar).
¿Qué trae esta cámara? Por atrás tenemos, en primera instancia, la pantalla táctil LCD de 2.95 pulgadas que domina casi todo ese espacio. También tenemos el visor, en este caso electrónico, y al costado de este, un joystick de enfoque rodeada por una rueda que nos servirá para poder navegar por los menús y cambiar parámetros de imagen. Obviamente también tenemos varios botones para la navegación del sistema, configuración de menús y otros parámetros de la cámara.
Luego, por el frente, obviamente está la montura para los objetivos RF junto al botón que permite desmontarlos de la cámara. También tenemos un switch para cambiar entre el enfoque manual y automático, y por supuesto, la típica luz roja que la cámara utiliza para apoyarse en la noche.
Arriba está la zapata para montar un flash o cualquier otro accesorio compatible con esta, la rueda para cambiar modos, un switch de encendido/apagado que también incorpora el modo para grabar video. También están los botones para grabar video, cambiar el ISO, bloquear los controles, y por supuesto, el obturador. En lo personal, me gusta que esta parte sea más o menos limpia (en el sentido de que no tiene un exceso de botones), pero extraño algún tipo de pantalla secundaria que permita ver rápidamente las configuraciones que tenemos.
Por abajo solamente tenemos la tapa y el espacio de la batería y la montura (rosca) para un trípode. En el costado derecho está reservado para las tarjetas SD (pues tiene soporte para dos tarjetas a la vez), mientras que en el izquierdo están los puertos para micrófonos, un jack de 3.5 milímetros, un mini HDMI y un puerto USB tipo C.
Calidad de imagen y video
Partamos hablando de especificaciones duras. La Canon EOS R7 viene con un sensor APS-C CMOS de 32.5 megapíxeles, que incluye estabilización de hasta 8 pasos. El rango de ISO es de 100 a 32000, aunque puede extenderse hasta 51200.
En cuanto al autoenfoque, esta cámara incorpora un sistema Dual Pixel, con 651 puntos de enfoque. Es capaz de trackear ojos, caras o cuerpos fácilmente, así como también animales (perros, gatos y aves) y otros objetos, tales como vehículos.
Para esta prueba, ocupamos en todo momento el lente kit que viene incluida con la cámara. Se trata de un RF-S 18-150mm f/3.5-6.3 IS STM del cual más adelante les hablaré. Me hubiese gustado haber podido utilizar los otros objetivos que tengo, sin embargo, las cámaras de la familia R utilizan una montura propia (llamada RF y RF-S), distintas a las EF y EF-S que vienen en las Canon con espejo. De todas maneras, la compañía vende por separado un adaptador que permite utilizar sin problemas estos lentes.
De igual forma, todas las imágenes fueron capturadas en JPEG y RAW a la vez, pero todas las que verán aquí serán los JPEG directos la cámara, sin ningún tipo de edición.
Fotografías
En este apartado no me llevo ninguna sopresa. He sido usuario de Canon desde… Bueno, siempre, por lo que las imágenes que entrega esta R7 son exactamente lo que yo experaba: colores balanceados, con un muy buen nivel de definición.
Sobre lo primero, la cámara — y Canon en general — se destaca por tener colores muy cercanos a la realidad. Son tonos que no son ni muy vívidos ni muy apagados, algo que según yo es lo mejor, porque en mi experiencia otorga mayor flexibilidad a la hora de editar las fotos. Los JPEG finales sí que son más coloridos, pero siguen estando en esa línea más cercana a la realidad.
El rango dinámico es excelente. En modos automáticos y/o semi-automáticos, en la gran mayoría de los casos logra exponer correctamente una toma; muy rara vez sobreexpone o subexpone, lo cual es excelente. La definición y nitidez también es excelente, de hecho es una de las cosas que más me ha sorprendido.
Ahí es donde se nota que a pesar de ser un lente kit, este 18-150mm se defiende bastante bien. Eso sí, no es particularmente luminoso (ese f/3.5 se alcanza solamente en los 18mm, y a los 50mm ya estamos en un f/5.6). Esto implica que las fotografías nocturnas se tornan un desafío de vez en cuando.
Lo bueno es que la cámara cuenta con estabilización de imagen en el cuerpo, lo cual, entre otras cosas, nos permite tomar fotos con velocidades de 1/50″ a 1/20″ sin que salgan muy movidas. También ayuda que hasta un ISO 6400 la imagen se siga viendo relativamente limpia.
Parte de esta magia también se consigue gracias al procesador Digic X que incluye, el cual hace maravillas a la hora de procesar los JPEGs.
Voy a dejar lo mejor para el final: el sistema de autoenfoque Dual Pixel, el cual es probablemente uno de los más rápidos y precisos que he podido probar. En muy pocas situaciones me vi en la necesidad de modificar el enfoque, y en ningún momento sentí que la cámara se estaba demorando mucho en hacerlo (salvo en la noche, pero eso yo creo que es más culpa del objetivo, el cual no es muy luminoso). El reconocimiento de personas, animales y objetos es excelente, y el posterior trackeo que realiza también lo es — casi no se marea ni va perdiendo el seguimiento si nos vamos moviendo muy rápido.
Por cierto, esta cámara también incluye Dual Pixel RAW, el cual devuelve archivos mucho más pesados (porque técnicamente está guardando dos imágenes en un solo archivo), pero que permite jugar con el enfoque y el bokeh de esta (aunque solo se puede hacer usando un software propietario de la marca).
Videos
Esta sección será super breve. ¿Por qué? La Canon R7 es capaz de grabar en 4K a 60 cuadros por segundo o a 1080p a un máximo de 120 fps, (entre otras opciones intermedias) y sería.
Creo que en este apartado se queda corto. Aún sin estar muy interesado en lo que respecta a video, me llama la atención que no tenga mucha variedad de formatos y perfiles de grabación. Se puede grabar en CLog3 para mejorar el grading y exposición en post-producción, pero fuera de eso, no hay mucho más que comentar.
De todas maneras, el video se ve bien en todas las resoluciones disponibles, mientras que el audio proveniente del micrófono de la cámara es adecuado, pero no asombroso. De noche la cosa es similar, con un poco de más de ruido, pero de nuevo, mucho de ello es atribuíble al lente que estuvimos utilizando durante esta prueba.
Software y rendimiento
A diferencia de algunos de sus competidores, Canon usualmente mantiene las cosas bastante sencillas en este apartado. No nos encontramos con modos adicionales, tipo para creadores de contenido y así. Es una cámara hecha para usuarios más experimentados, que solamente buscan tomar fotos.
La interfaz de usuario es prácticamente la misma que la compañía viene utilizando desde hace al menos 10 años (obviamente con algunos retoques visuales), lo cual dependiendo de cómo uno lo vea, puede ser algo bueno o malo.
Para mí es algo bueno porque es una interfaz sencilla, fácil de entender, y sumamente amigable con el usuario. Creo que no es necesario cambiarla justamente por eso.
Quizás la única diferencia palpable es que aquí el EVF ya no es opcional, sino que obligatorio (lo cuál es lógico), por lo que el menú por defecto ya no es ese que te muestra todas los parámetros de imagen, sino que es la vista de la cámara. Ahora bien, lo bueno es que aún puedes seleccionar ese menú, y utilizar únicamente el visor para visualizar lo que ve el lente.
Por cierto, la pantalla LCD se ve bien, es articulada (por lo que se puede girar, poner en distintos ángulos, etcétera), y tiene un buen nivel de brillo, aunque se puede quedar algo corta cuando la luz del sol está muy fuerte. Para esos casos tenemos el visor, el cual al ser electrónico, replica lo que vemos en la pantalla. Eso sí, no es la gran cosa, de hecho encontré que la resolución es un poco baja, aunque compensa con su tasa de refrezco de 120 Hz para así evitar cualqueier tipo de lag en la imagen que se está mostrando.
En cuanto a rendimiento, la cámara en general es super rápida. No solo estoy hablando de la interfaz en sí, sino que también se nota en la cantidad de imágenes por segundo que puede capturar. Con el disparador mecánico llega a 15 cuadros por segundo, mientras que con el electrónico, alcanza hasta 30 imágenes por segundo. También, como mencioné en el apartado anterior, el sistema de autoenfoque es super rápido. Es realmente una maravilla.
La batería es bastante buena, con al menos 700 disparos asegurados (según Canon), me parece que es una duración más que adecuada para una cámara de este estilo. Durante el breve tiempo que la estuve probando — con más de 300 disparos, más unos cuantos videos —, logré apenas reducir apenas 1/4 de la batería (aunque sin el WiFi activado). Así que bien ahí.
Conclusiones
Con una excelente calidad de imagen, autoenfoque y construcción, creo que la Canon EOS R7 las tiene todas para conquistar a los aficionados que quieren hacer un upgrade a una cámara mucho más potente (viniendo desde una cámara como la T3, T5, etcétera).
Antes de dar mis motivos, creo que es importante insistir en que esta es una cámara para fotógrafos. O dicho de otra forma, es una cámara de fotos que tiene la capacidad de grabar videos.
Si eres más de esa área, creo que estarás pagando muy caro por algo que derechamente no te va a servir si quieres avanzar en este campo. En ese caso, te recomendaría ir por una Sony ZV-e10 (que obviamente también probamos), la cual es lo contrario a esta: es una cámara de video que tiene la capacidad de tomar fotos. Además, cuesta menos de la mitad de lo que sale una R7.
Dejando eso de lado, hablemos de los puntos positivos de esta cámara.
Primero, está su tamaño y calidad de construcción. Al ser una cámara de gama media/media-alta, obviamente no nos vamos a encontrar con los mejores materiales, pero eso no quita que sea una cámara muy bien ensamblada, que se siente sólida y duradera en la mano. Además, es super ligera, y se siente cómoda.
Luego, la calidad de imagen es impecable. Con colores irreprochables y una nitidez bastante buena, creo que varios fotógrafos estarán más que conformes con las imágenes que esta cámara entrega. Sin embargo, creo que la joya de la corona está en el excelente sistema de autoenfoque. Es súper rápido y confiable
Sé que ustedes dirán: “pero Nelson, ¿por qué querría esta cámara por sobre una 90D, si es más cara, y son prácticamente lo mismo?”, ante lo cual tienen razón — la 90D está alrededor de $200.000 pesos más barata que la R7 — pero creo que con esta uno gana en tecnología (i.e. el sistema de autoenfoque), un cuerpo más compacto y liviano, y por sobretodo, se gana en el hecho de que es una cámara muchísimo más nueva (no existe el riesgo de que pronto quede obsoleta).
El único punto en contra que le veo, es que realmente no existe una cámara que le anteceda en términos de especificaciones dentro de la misma marca. Esto significa que el pegarse un salto a esta cámara proviniendo de una Canon T7, por ejemplo, sigue siendo más o menos parecido a cambiarse de marca.
Me explico: lo ideal sería que uno pudiera «heredar» los lentes que uno ya tiene, algo que no necesariamente se puede hacer con esta cámara (aún cuando es posible comprar un adaptador). Esto significa que el upgrade va a salir mucho más caro de lo que uno podría pensar en un inicio, porque evidentemente esta cámara no va a funcionar sin un lente compatible.
Considerando que la R7 en particular no es precisamente barata (son prácticamente 2 millones de pesos si la quieres con el lente kit), creo que eso complica un poco la decisión de compra, al menos términos de dinero. En ese aspecto, una 90D, o incluso una 80D usada, siguen siendo excelentes opciones a tener en consideración si buscas saltar de una cámara mucho más básica.
Disponibilidad
La Canon EOS R7 ya se encuentra disponible para su compra en nuestro país. Su precio considerando solo el cuerpo, es de CLP $1.599.990, mientras que el kit con el lente 18-150mm sube hasta los $1.999.989.