Lo voy a hacer simple. Es un imperdible y posiblemente el mejor Metroid de la saga.
Casi 20 años tuvieron que pasar para que una nueva aventura de nuestra caza recompensas favoritas se tomara las líneas principales de Nintendo, se trata de Samus Aran, quien junto a nuestra IA Adam tienen que averiguar qué está pasando con el parásito X en el planeta Zebes ,en un título que se creyó que nunca se iba a hacer realidad.
Entonces, en nuestras manos tenemos un desafío enorme: el de hacer volver a la vida a una franquicia que no había tenido un título de línea principal en tanto tiempo, y que los fans podrían haber olvidado. Esto es entonces, Metroid Dread.
Vamos a ponernos en contexto, y es que luego de derrotar a los Metroiddel planeta Zebes , la nueva amenaza del Parásito X parecía incontrolable, hasta que Samus logra derrotar al último Parásito X, no sin antes casi perder la vida mediante la infección del mismo. Ahora, con su vacuna puesta que la hace inmune al mismo, Samus se dirige al planeta ZDR para ver que está pasando, pues ha llegado un reporte que nos dice que el Parásito X ha aparecido nuevamente, esta vez en ZDR, y por supuesto, Samus –aún convaleciente de su última batalla–, tiene que ir a ver que sucede. Metroid Drea es entonces, una continuación de Metroid Fusion.
Si eres nuevo en la saga de Metroid, entonces debes saber que nuestra protagonista es dotada de una armadura que le otorga la posibilidad de saltar alto e incluso de saltar paredes (esto es fundamental que lo domines).
Además, Samus cuenta con un arma en el brazo que le permite disparar bolas de plasma que hacen que puedas dispararles a los enemigos para derrotarla, además de lanzar misiles con esta misma arma, también fundamentales y que podemos mejorar a medida que avanzamos, pues en un principio solo contamos con 5 misiles por vez.
También tenemos la posibilidad de hacer un deslice en el suelo apretando el botón de ZL, lo que nos permite pasar por debajo de ciertos lugares, eso hasta que logramos descubrir la mejora del Morph Ball, que nos permite hacernos pelota para poder pasar por todos los rincones.
Una de las adiciones más especiales del juego –y heredado de Samus Returns– tiene que ver con el parry, pues si apretamos X, Samus iniciará un movimiento de parry, el que si les da a los enemigos justo cuando nos están atacando, entonces los aturdirá y nos abrirá una ventana para que podamos contra atacar y eliminarlos, además de darnos una mejor recompensa de misiles y vida que si los matamos de manera normal.
Esto es fundamental, y no puedo ser lo suficientemente enfático para decir esto. Traten de dominar el parry apenas puedan, pues el mismo nos saca de muchos apuros y nos hace el progreso mucho más fácil.
Samus, entonces, nunca se ha visto mejor ni tampoco se ha movido de esta forma, y es que Dread nos da una libertad de movimiento que hace que cualquier entrega anterior se quede corta, y es que, si alguna vez soñamos con Samus moviéndose sin limitaciones, esta es la entrega correcta.
Como todos los que hemos jugado alguna vez a un juego de Metroid nos podemos dar cuenta, el diseño de niveles de Metroid siempre ha sido su punto más alto, y como no, si esta saga le dio el nombre a un género entero de videojuegos –Metroidvania–, y es de mi agrado decirles que, en este apartado, nuevamente Metroid Dread nos deja con una impresión estupenda.
El diseño de niveles sigue siendo un punto increíble, con callejones donde podemos deslizarnos, lugares donde podemos poner bombas cuando tenemos nuestras mejoras listas, o simplemente bloques que se rompen en el cielo cuando creemos que el cuarto donde estamos no tiene nada más que explorar y que da origen a un atajo para llegar a otro lado.
Para no caer en territorio de spoiler, voy a decir que Metroid Dread cuenta con casi una decena de lugares donde poder explorar, y moverse entre ellos es especialmente placentero gracias a los distintos métodos de transporte que tenemos en el juego, por lo que ir de un lugar a otro solo nos tomará menos de un minuto gracias a los tiempos de carga del juego que son óptimos.
Es parte del encanto de Metroid ir área por área buscando que podemos hacer, que no podemos hacer, y tratar de ingeniárnosla para poder progresar haciendo uso de las habilidades que tenemos en el momento, y si no, tenemos que salir de un área a otra hasta dar con la siguiente mejora que nos ayudará a seguir adelante con la historia.
Los niveles en ningún momento se sienten frustrantes o imposibles, pues todo está tan inteligentemente diseñado que sabemos que nos hace falta una mejora y tenemos que ir a buscarla a otro lado cuando no podemos seguir, o no podemos alcanzar el tanque de energía o la mejora de misiles.
Personalmente, mi lugar favorito en el juego es Ghavoran, un sitio donde tenemos verdes paisajes y varios insectos que nos harán la vida imposible, pero que, con la ayuda de las advertencias y la guía de Adam, podremos superar sin demasiados problemas.
Como mencioné en el fragmento anterior, Metroid siempre ha fomentado la progresión gradual, pues siempre nos haremos más fuertes a medida que avanzamos en el juego, y esta vez no es la excepción en Dread.
El juego en ningún momento nos toma de la mano para decirnos que hacer en cierto lugar o que no hacer en otro, si no que tenemos la libre decisión de poder ir a cualquier lugar que podamos –siempre que tengamos las habilidades necesarias para poder desbloquear ciertas partes del mapa–.
Es aquí donde Adam es fundamental, pues en todas las nuevas áreas nos encontramos con una plataforma donde al poner el brazo aparece Adam y nos da algunas pistas pequeñas acerca de lo que tenemos que esperar en esta área en cuestión y que amenaza tenemos que esperar. Nada más.
Entonces, está en nosotros el ir a buscar las habilidades necesarias, la Morph Ball, los super misiles, el disparo de hielo, disparos de rayos, un gancho que nos permite adherirnos a superficies, saltos encadenados o los distintos trajes de Samus con resistencia al fuego o hielo para poder avanzar.
Pero con esto no se conforma Metroid Dread, pues también han hecho que sutilmente el mapa nos complique más las cosas, pues en varios momentos el mismo juego «rompe el mapa» por así decirlo, dejando caer cosas desde el cielo que tapan salidas, o inundando lugares con agua para que no podamos seguir.
Todo esto resulta en un magnífico diseño de niveles como es de esperarse, que nuevamente es el punto alto del juego y donde se puede experimentar la misma frustración de hace 20 años cuando creemos perdernos hasta que encontramos la salida correcta para poder seguir avanzando. Los mapas no son grandes, son enormes, y si queremos completar el juego al 100%, vamos a tener que ingeniárnosla de maneras que no lo habíamos hecho nunca antes.
Volviendo a la historia del juego, una de las novedades más importantes de Metroid Dread son los EMMI (Extraplanetary Multiform Mobile Identifier), criaturas robóticas que han sido mandadas por la federación para averiguar qué pasa en ZDR, pero a las que la misma les ha perdido el paso.
Obviamente, lo peor se consuma, y es que los EMMI se han tornado malignos, y en ciertas áreas del juego nos perseguirán detectando nuestro movimiento, y si nos logran encontrar y simplemente tocar, se acabó. Game Over.
El juego nos da la posibilidad de hacer un parry para poder evitar que el EMMI de turno no nos elimine, pero la ventana es demasiado pequeña y la verdad no vale la pena esperar a acertar uno, porque de verdad que la ventana es demasiado limitada para poder lograrlo y escapar.
Como es de esperarse, a medida que vamos ganando mejoras, también mejoran nuestras posibilidades de escapar de los EMMI, especialmente cuando ganamos la mejora de invisibilidad, que hace que los EMMI no nos detecten, pero esta tiene un tiempo limitado.
Entonces, cuando estamos en un área donde escuchamos a los EMMI detrás nuestro, la prioridad es escapar. Nuevamente, no intentes derrotarlos cuando no tienes el arma necesaria, no lo vas a conseguir en el 99% de las veces.
Metroid Dread ha logrado hacer que la atmósfera de seguimiento de estos EMMI sea especial, y es que el mismo logra transmitir la sensación de angustia cuando se nos acerca uno, o cuando sentimos que está cerca. El suspenso entonces, es un aliado que los desarrolladores han logrado recrear de manera muy correcta.
La buena noticia es que los EMMI no nos siguen en todo el mapa ni el 100% del juego, si no que están limitados a ciertas áreas donde pueden seguirnos, y lo vamos a saber cuándo salgamos de una de estas áreas, pues la atmósfera de suspenso que crea el juego cederá y no escucharemos a los robots siguiéndonos.
Para derrotar a los EMMI, necesitamos entonces de un cañón Omega, el que sacaremos de un jefe intermedio en cada una de las zonas donde nos movemos, y luego derrotar a este jefe, nuestro cañón se cargará de manera especial y se nos enseñará a usarlo para derrotar a los EMMI.
Tampoco es como que con el simple cañón Omega lo disparemos y los EMMI caigan. No, necesitaremos más destreza que eso pues los EMMI tienen dos fases para derrotarlos, y será tu responsabilidad el encontrar un lugar idóneo para derrotar cada una de estas dos fases y es probable que sean ellos los que te derroten a ti antes de que tu puedas hacerlo.
Finalmente, no todos los EMMI son iguales, pues algunos tienen habilidades para congelarnos, otros para aturdirnos, otros son más rápidos que otros y así. De este modo, la práctica hará que podamos derrotarlos o no de manera más fácil.
No todo puede ser EMMI en Metroid Dread, y es que también nos encontraremos con jefes más importantes en el juego mientras avanzamos, y son estos los que exprimirán nuestras habilidades al máximo para poder derrotarlos.
El diseño de los jefes es espectacular, y es aquí donde tenemos otro de los puntos altos del juego. Pues en el trailer podemos ver algunos de los jefes, más específicamente Kraid, quien es hoy en día una estampa dentro del mundo de Metroid y que nuevamente se pone en nuestro paso en Dread.
Tendremos entonces que, mediante el ensayo y error, descubrir cual es la debilidad de nuestro jefe de turno, o el patrón de movimientos que tiene para poder derrotarlo, puesto que la verdad los jefes no son para nada fáciles en este juego.
Con esto no quiero decir que sean imposibles ni nada por el estilo, pero es más que probable que antes de derrotarlos tengas que morir unas cuantas veces para aprender sus patrones o descubrir el momento justo para encontrar el momento de debilidad del jefe.
Nuevamente, no voy a caer en territorio de spoiler y quiero dejar que tú te sorprendas con los mismos, pero voy a dejar un pequeño consejo para que puedas prepararte para derrotarlos. Y el mismo es que domines al derecho y al revés el uso de los misiles, no tanto el cañón de plasma.
Si eres de esas personas que se preocupan mucho del apartado estético del juego, déjame decirte que Metroid Dread lo hace de manera sobresaliente.
Los desarrolladores han logrado crear una atmósfera que nos da la sensación de inseguridad donde no sabemos que es lo que nos va atacar o si vamos a llegar a un apartado donde nos va a perseguir un EMMI.
Además, tenemos una resolución de 1600×900 a 60fpsen el modo dock, mientras que, si jugamos en modo portátil, nos encontramos con 720p a 60fps. Ahora, quizás lo mejor del juego está en las escenas cortas, las que si bien tienen un desempeño a 30 fps, ciertamente son una maravilla.
Si, quizás en el apartado de audio el juego no logra darnos las mismas gratas impresiones que nos dieron títulos como Super Metroid, pero Dread lo que busca es crear una atmósfera de suspenso más que hacer que se nos quede la música pegada en la cabeza.
Y es justamente en este apartado donde Mercury Steam lo hace hecho muy bien, pues cada una de las áreas del juego están correctamente musicalizadas para poder transmitirnos el sentido de cada una de las mismas, ya sea una vegetación atacada por criaturas externas, un calabozo donde se puede sentir la desesperación o un lugar de fuego donde si no nos apresuramos nos terminaremos quemando.
En la espera de Metroid Prime 4 que fue revelada hace ya cerca de 3 años, nunc esperamos encontrarnos con un título como Metroid Dread, el que vuelve a las raíces del juego en 2D y que termina de contar la historia que empezó por ahí en los años 80.
En ese sentido, Metroid Dread es mucho más de los que esperábamos, y creo sin lugar a dudas que es uno de los mejores –si no es que el mejor– juego del año en Nintendo Switch.
Si eres una persona que nunca ha jugado un juego de Metroid antes, entonces Dread puede que sea un puntapié inicial un tanto confuso, pues a pesar de que el juego en un principio nos hace un resumen de lo que ha pasado justo antes del mismo, sí que no tenemos detalles importantes, como por ejemplo quien es Adam o por qué nos acompaña.
De todos modos, no creo que sea imperioso el jugar cada uno de los juegos de la saga para poder disfrutar Dread, pues si lo tomamos solo, lo disfrutaremos igual, solo que habrá un par de partes que no entenderemos nada más.
Ahora, si somos fanáticos de la saga, entonces Metroid Dread es el juego que esperábamos por más de 20 años, donde se da un punto final a la historia y podemos jugar con los recursos actuales de todo lo que soñamos algún día.
Enemigos difíciles, una historia tremendamente intensa, lugares que recorrer, sitios que descubrir, mejoras que obtener y la felicidad de perdernos por horas buscando una salida para poder entrar a un área que no conocemos y que necesitamos para poder seguir jugando.
Personalmente, creo que Metroid Dread es el mejor título de la saga junto con Super Metroid y supone una modernización de la franquicia.
En palabras simples, Metroid Dread tiene todo lo que amamos de los Metroid en 2D de antes, pero le añade todos los avances de los recursos modernos e incluso le añade con su historia nuevos ingredientes a una fórmula que creíamos perfecta.
No pude contar las veces que me emocioné al encontrar una mejora que no había logrado descubrir por un buen rato, o incluso la emoción de una de las escenas cortas, que cuando la vean van a saber cuál es.
Entonces, Metroid Dread no solo constituye un hito en Nintendo al darle un final a una historia que creíamos muerta, sino que lo hace de manera magistral en todos los apartados que podemos ver en el juego y sin lugar a dudas es un juego que hay que tener si tenemos una Switch.
No solo esto si no que Metroid Dread puede que sea el mejor juego de la franquicia a la fecha, y eso para los fanáticos de la serie es una tranquilidad enorme, porque significa que la serie en 2D no ha muerto, y con Metroid Dread está más viva que nunca.