[OPINIÓN] El “unbundling”: romper lo que no está roto

La tecnología en general es extraña. Siempre está en metamorfosis, experimentando con nuevas maneras de mejorar la vida de quienes dependen de ella en el día a día, y eso lo hemos visto con el paso del tiempo, desde la creación del computador personal, hasta los intentos mas recientes de acercar los smartphones a territorios de escasos recursos. Simplemente, el bien común para estar mas comunicados.

La industria de las aplicaciones no es diferente. De hecho, es sin duda alguna, uno de los ejemplos mas absolutos de innovación, en el que se prueban cosas nuevas. Pagos móviles, descubrimiento de lugares y personas, trafico vehicular inteligente, información hecha por la ciudadanía en vivo y en directo, y muchas mas ideas que se han vuelto parte de nuestra rutina.

Pero a veces, los intereses son otros, y no están a favor de la gente.

Quizá hayan oído de foursquare, un juego/servicio en el cual anuncias el lugar donde estás, haciendo check-in. Pues bueno, hace un tiempo atrás, decidieron eliminar la función principal, el check-in, y crear una app propia para aquello. De ahí nació Swarm, para que la app original quedara como una manera de buscar y recomendar lugares únicamente. A esta practica se le llama unbundling: descomponer una app multiuso en varias mas pequeñas y manejables, con el fin de actualizar y agregar nuevas funciones de una manera mas fácil y rápida. Y en el lado del consumidor, le es mas fácil seleccionar que funciones le son mas útiles, en vez de tener un mamut por app que lo hace todo.

En el caso de foursquare, supuestamente, esto haría mas fácil el resaltar nuevas funciones en las dos aplicaciones, sin solaparse entre ellas. Pero se olvidaron de un gran detalle: el como se comportan los usuarios ante los cambios. Y se han hecho escuchar. En Google Play, Swarm promedia un 3,5 de 5 estrellas. La situación en iOS en mucho menos alentadora, llegando a 1,5 de 5. Rechazo absoluto. También está el caso de Facebook, que ha desligado totalmente su plataforma de mensajería en Messenger, y obligando a descargar la app mencionada anteriormente, lo cual tampoco ha generado buenas opiniones. Ni mencionemos a LinkedIn, que ha partido su app en seis.

¿Por qué pasa esto? Veamos.

En el lado del usuario, la gente que ha usado estas apps ya se ha acostumbrado a un cierto comportamiento, y no espera cambios que rompan ese patrón. Al cambiar la manera de hacer una tarea cualquiera sin dar una razón de peso, el usuario termina con una sensación de extrañeza, decepción, o en el peor de los casos, odio. También podemos ver otro problema con esta tendencia: los dispositivos low-end. Con cantidades minúsculas de RAM y almacenamiento de datos, estos sufren de que no pueden tener tantas apps instaladas, lo cual dificulta totalmente la estrategia de dividir funciones. Ni hablar si la interacción entre aplicaciones falla.

La estrategia del unbundling solo favorece a los desarrolladores y a sus respectivas compañías, ya que les permite crear cosas nuevas (que no siempre funcionan), alivianar el proceso de desarrollo (aunque al final terminas contratando mas personal para las mismas tareas) o simplemente, beneficio económico (enfocar publicidad). Ya estamos viendo por donde va esto.

La mayoría no quiere esta tendencia. Solo buscan el tener algo que haga todo sin problemas. Eso se puede extrapolar a muchos ejemplos, siendo el mas cercano en los phablets: un dispositivo que lo haga todo en vez de comprar dos. Simplemente, espero que esto desaparezca rápidamente, como tantas otras modas que no prosperaron en esta industria.

Romper lo que no está roto no tiene sentido.

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