El Extremely Large Telescope, el telescopio más grande del mundo de Atacama, suma otro hito en su construcción.
La construcción del Extremely Large Telescope (ELT) de ESO en el desierto chileno de Atacama ha alcanzado un nuevo hito. Y es que un equipo del Observatorio Paranal de ESO ha añadido una capa reflectante y brillante, así como sensores especiales, a los primeros segmentos del espejo primario del telescopio.
El recubrimiento hará que los segmentos están ahora esencialmente listos para su ensamblaje. Todo esto una vez ya estén instalados en el corazón del telescopio óptico más grande del mundo a finales de esta década.
El espejo primario de 39 metros del ELT de ESO, conocido como M1, será con diferencia el espejo más grande jamás fabricado para un telescopio. Constará de 798 segmentos hexagonales de vitrocerámica, cada uno de unos cinco centímetros de grosor y 1,5 metros de diámetro.
Los segmentos del espejo se fabrican en Europa mediante un proceso multinacional en varias fases. Los 18 primeros cruzaron el océano hasta Paranal a principios de este año, y el recubrimiento es el siguiente paso en su viaje, un hito que ya han alcanzado tres segmentos.
El revestimiento de un segmento de espejo M1 es un proceso complejo que dura unas dos horas. En total, el espesor del revestimiento es de unos 120 nanómetros, es decir, unas mil veces más fino que un cabello humano.
Para asegurarse de que todos los segmentos pueden trabajar juntos como un único espejo, están equipados con sensores para detectar desalineaciones. Además de añadir un recubrimiento a los primeros segmentos M1, los ingenieros de ESO también han instalado estos llamados sensores de borde, dos por cada lado de cada segmento, e integrado la electrónica y los soportes mecánicos necesarios para que funcionen.
Una vez que el telescopio esté operativo, el proceso de recubrimiento se repetirá en cada segmento cada 18 meses, para garantizar la mejor reflectividad y sensibilidad. En la práctica, esto significa que habrá que recubrir dos segmentos cada día durante toda la vida útil del telescopio.
El Extemely Large Telescope, entonces, ya está preparado para abordar los retos astronómicos más profundos de nuestro tiempo. Y prometiendo descubrimientos revolucionarios una vez que vea la primera luz a finales de esta década, los avances de su construcción siguen siendo un hito.
Fuente: Eso.org