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El Apple Watch, la puerta de entrada a una vida más sana

A veces es bueno compartir las buenas experiencias, tal como me pasó con el Apple Watch.

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Nunca he sido de ocupar relojes, ni inteligentes ni «tontos». Sí, me ha tocado probar varios a modo de review, y he contado mi experiencia sin que ninguno haya llegado a sorprenderme ni a cambiar esas ganas de tener mi muñeca desnuda. Este año, entre tanto altibajo por la pandemia, me costó muchísimo mantener mi ritmo usual de deporte, ya sea por temas de tiempo o de motivación. Luego de hacer el review del Apple Watch Series 6, noté un cambio interesante en mi bienestar emocional, y creo que es algo interesante para compartirlo con ustedes.

Un poco de contexto

Para partir con algo de contexto, les cuento que toda mi vida he sido super deportista, principalmente a través del fútbol y todos sus derivados, pero también siempre me ha gustado ir probando todos los deportes u otras actividades. Como muchos sabrán, a medida que van pasando los años, va quedando algo menos de tiempo para practicar deporte y sumándole toda la presión a nivel emocional que ha significado toda la pandemia, realmente me sentí más alejado que nunca de una vida sana.

Dado que ahora se evita tener contacto estrecho, he ido cambiado paulatinamente el fútbol por el padel, deporte que no requiere ningún tipo de contacto con los otros participantes. Muy entretenido, muy dinámico y fácil de aprender a un nivel básico, al menos para participar y pasarlo bien mientras los practicas.

Al momento de comenzar a utilizar el Apple Watch, quise evaluar cuántas calorías vas quemando y qué tan intenso es jugar este deporte. Primer intento, 750 calorías. Segundo intento, 900 calorías. Antes del tercer intento ya estaba subiendo mi meta diaria de calorías al alza. En primera instancia, este desafío conmigo mismo resultó muy interesante y motivador. Incluso en algunos días en que no había completado el círculo, terminé por subirme a la trotadora para cumplirlo.

A (re)moverse

Por otro lado, tenemos un constante recordatorio de que tenemos que seguir moviéndonos. Desde pararte de la silla hasta correr una cuadra para cerrar un círculo más. Creo que aquí es donde más se pone entretenido, ya que –como sabrán– los círculos de actividad pueden ser compartidos con otros amigos. En mi caso, los compartí con mi señora, mi hermana y algunos amigos.

Aquí se empieza a dar una sana competencia de ver como va el otro en su día a día o en algún entrenamiento particular o de saber que alguien más terminó un entrenamiento y nosotros estamos echados comiendo algo. Este pequeño detalle fue uno de los que más marcó la diferencia para mí. Empecé a visualizar de forma consistente que mi gente cercana sí se estaba moviendo, hasta llegar a un punto que dije: ¡yo también voy a volver moverme!

Poco a poco fui viendo pequeños puntos de inflexión que me volvieron a motivar a hacer deporte. Tengo muy claro que costará muchísimo retomar esos tiempos de mucho deporte al día, principalmente porque el tiempo disponible cada vez es menor y las prioridades pasan a ser otras, pero he logrado recordar que el deporte es una de las cosas que me mueve, y no me refiero solo a nivel físico, si no también a nivel mental.

Cuerpo cansado, cabeza despejada

Con 30 años encima, comencé a sentir algo más de cansancio fìsico en el día a día también, las piernas algo cansadas y ya con el cuerpo un poco más pesado, pero esa sensación se fue desvaneciendo con el pasar de los días. Aquí me voy a alejar un poco de la tecnología, pero es increíble ver cómo la mente despejada con actividad constante cambia completamente el panorama.

Las publicaciones pendientes para Pisapapeles comenzaron a salir más rápido, en mi otro trabajo también se empezaron a ver mejores resultados y en mi casa me sentí mucho más tranquilo conmigo mismo. Quizás puede parecer algo exagerado que un aparato tan pequeño te pueda dar un cambio en la vida, pero sinceramente siento que fue así.

Quizás lo más importante es querer tener ese cambio, ya que ni el Apple Watch ni ninguna otra cosa funcionan por arte de magia. El primer involucrado tienes que ser tú, las ganas de cambiar (o retomar tiempos pasados) deben venir de ti. El reloj solo te recordará lo que tú mismo te propusiste hacer.

Una buena inversión

En esta ocasión no quiero recomendar un dispositivo en especial, no quiero decirles que se gasten un montón de plata en el Series 6 ni mucho menos. Si tienen el dinero, adelante, es una muy buena opción, pero todo lo que estoy diciendo aplica también el Apple Watch SE e incluso al Series 3, dos relojes que hoy en día se sitúan a un precio –al menos– competitivo.

Pese a que la experiencia que les estoy contando sí viene de uno de los relojes de Apple, también creo que puede aplicar a otros smartwatch. Tenemos en la muñeca un montón de información útil, y depende de nosotros aprovecharla y hacer algo con ella. En buen chileno, creo que me fui un poco en la volá, pero a veces hay experiencias que van un poco más allá de la tecnología y vale la pena contar.

Pedro Segura Martín

Adicto a la tecnología y enamorado del fútbol. Co-fundador de Pisapapeles Networks.

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Pedro Segura Martín