La exposición y la composición es lo más importante de una fotografía. ¡Ven a aprender sobre ellos!
La semana pasada les explicamos los principales parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de utilizar el modo manual de nuestra cámara en el teléfono.
En esta oportunidad pasaremos a lo segundo más importante que debemos tener en consideración a la hora de capturar una fotografía: la exposición y composición. Aquí ya dejamos totalmente de lado lo teórico, puesto que es menester el practicar para poder conseguir fotos «mejor producidas».
Sin nada más que agregar, comencemos:
Cuando hablamos de exposición fotográfica, nos estamos refiriendo a la cantidad de luz que entra o puede entrar al sensor de la cámara para poder obtener una imagen. La semana pasada hablamos sobre los tres principales parámetros para la exposición de una foto: ISO, velocidad de obturación y la apertura de diafragma.
Puesto que la apertura de la cámara de un teléfono móvil por lo general no es ajustable, omitiremos la configuración de éste, y nos centraremos única y exclusivamente en los valores ISO y la velocidad de obturación.
Entonces ¿cómo podemos exponer de forma correcta?
El concepto es bastante simple: una imagen correctamente expuesta es aquella que, en simples palabras, no está muy oscura, ni muy clara. Es un punto de equilibrio básicamente.
Dado a que los valores ISO son los que debemos utilizar con mayor precaución, debemos empezar ajustando nuestra velocidad. Considerando en un principio un valor de ISO 100, en un día soleado o con un par de nubes, utilizaremos valores de velocidad por sobre los 1/125 segundos, y como máximo 1/1000, ahí ya depende de cada uno como se configura, de acuerdo a la forma en que queramos que nuestra fotografía sea.
A medida que se vaya oscureciendo, debemos ir disminuyendo nuestra velocidad, y a la vez, aumentar un poco el valor ISO. Lo importante aquí es que no se presente el molestoso ruido digital producido por altos valores ISO, así como también conseguir una imagen con un nivel decente de luz.
Para fotografía nocturna, ya será necesario apoyarnos con un trípode, puesto que el ya utilizar velocidades menores a 1/10 segundos, la más mínima perturbación a la estabilidad de la cámara provocará que nuestra foto salga mal enfocada o movida.
Debido a que mi teléfono tiene como velocidad mínima 1/5 de segundo, las fotos nocturnas no salen muy buenas. Pero hay otros dispositivos que llegan hasta 10 segundos o incluso más, ahí ya depende de nuestro equipo.
Cuando hablamos de composición fotográfica, nos estamos refiriendo a todo lo que tiene que ver con el posicionamiento y forma de los objetos presentes a la hora de capturar una fotografía.
Aquí debemos considerar todo: punto u objeto de interés, colores, perspectivas, el encuadre, el enfoque, e incluso la iluminación de la toma. Por lo general, las fotos que cuenten con una buena composición tienden a ser las más llamativas, y las que más llaman la atención ante el ojo humano.
A pesar que depende netamente del gusto del fotógrafo la forma en la que se va a componer su fotografía, siempre se deben seguir un par de reglas para componer correctamente la foto.
Es necesario tener identificado el objeto o persona que queremos fotografiar, para que posteriormente la imagen quede bien enfocada en lo que queremos, y así se entienda la idea de la foto. Lo importante es que el objeto quede bien enfocado (que se note) en la imagen, y no es necesario que siempre esté en el centro de la misma.
También puedes jugar con las distintas perspectivas de la misma toma, uno nunca sabe qué maravillas nos pueden salir.
¿Alguna vez se han preguntado por qué algunas cámaras o teléfonos sobreponen una parrilla de 3×3 antes de capturar una foto? Pues bien, ésta sirve para respetar la regla de los tercios, la cual nos sirve como guía para poder ubicar a nuestro punto de interés en cualquiera de las cuatro intersecciones de las rectas que existen.
Tanto la iluminación como el color nos permiten transmitir sensaciones al espectador, mientras que los distintos contrastes que se pueden presentar en una fotografía pueden ayudarnos a que nuestro objeto o modelo se note por sobre cualquier otro elemento presente en la imagen.
También es importante saber que la intensidad de los colores, así como la presencia de los mismos, nos pueden ayudar a lo que se quiere transmitir con una imagen. Por ejemplo, los tonos más fríos denotan sensaciones más tranquilas, mientras que los más cálidos transmiten dramatismo, más «acción», por decirlo de alguna manera.
Mientras más iluminada la imagen, dará la sensación de ser una imagen más vívida, y pueden transmitir sentimientos de alegría o de vida, mientras que en el caso contrario, se denotaran sentimientos relacionados con la melancolía, tristeza, etcétera.
Verticales, horizontales o diagonales, cualquiera de éstas te pueden servir (de acuerdo a lo que quieras fotografiar) para llamar la atención del espectador, y así conducirlo al objeto o modelo principal de la imagen.
También utilicemos el punto de fuga para poder atraer al espectador a un determinado punto de la imagen. Las famosas curvas en S también son de gran utilidad, por lo general son las más utilizadas, y son las que gustan al espectador.
Esto es lo más básico en cuanto a exposición y composición fotográfica, y obviamente que existen más reglas y muchos otros consejos a los que hay que apegarse. Por ahora, lo importante es ir practicando, especialmente la exposición en diversas condiciones de luz.
Mi recomendación final es que siempre estés atento a tú alrededor, pasa más tiempo experimentando situaciones, y posterior a eso, toma la foto. Eso es mucho mejor que sacar muchas imágenes con una composición aburrida.
Al igual que en el post anterior, por favor dejen sus dudas, reclamos o sugerencias en los comentarios, siempre son de bastante utilidad. Sin nada más que agregar, dejaré otro pequeño lote de fotografías capturadas con el móvil.