Todo debido a un pequeño brote de COVID-19 en Shenzhen.
Todos sabemos que una de las consecuencias más difíciles de sobrellevar por la pandemia que azota al mundo es la de la disponibilidad de chips de distinta índole, y cuando las cosas parecían por fin mejorar, ahora tenemos un nuevo inconveniente.
Debido a un pequeño brote de COVID-19 en Shenzhen, que arrojó cerca de 60 casos positivos este domingo, Foxconn y otras marcas se han visto obligadas a parar su producción por un tiempo, así como también todos los comercios no esenciales.
Esto, hasta que se testee a los 17 millones de personas que viven en dicho territorio, lo que impacta a marcas como Apple y Samsung quienes dependen de estos chips, pero también a marcas como Huawei u Oppo que tienen planteles de base en Shenzhen.
De este modo, Nikkei informa que Foxconn ha decidido que las plantas de Longhua y Guanlan no van a operar hasta nuevo aviso, así que las cosas podrían ponerse un poco complicadas en el corto y mediano plazo debido a este brote.