WIN es un juego que impulsa el lenguaje y que basa su mecanismo en movimientos y tecnología de inteligencia artificial.
Esteban Peñaherrera, estudiante en Educación y Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ha desarrollado un videojuego llamado «WIN» dirigido a niñas y niños de tres a seis años, con el objetivo de mejorar sus habilidades orales y lectoras de manera lúdica y efectiva. Este proyecto combina elementos de inteligencia artificial, efectos visuales y movimientos físicos para potenciar la concentración y el aprendizaje.
La iniciativa toma un significativo contexto de base, respaldado por estudios realizados por la Universidad Central del Ecuador en 2018, que identificaron retrasos en el desarrollo del lenguaje en niñas y niños de 1 a 3 años en entornos rurales de América Latina y el Caribe, como resultado de limitaciones sociales y escasa estimulación. Esta problemática no solo es regional, sino que también se refleja en cifras españolas, donde un 9,3% de estudiantes requirieron apoyo educativo específico en el curso 2020-2021 debido a trastornos del aprendizaje, como la dislexia y la disortografía, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional.
Para abordar estos desafíos, Esteban Peñaherrera ha creado «WIN», un videojuego interactivo que se fundamenta en tres habilidades orales esenciales para el desarrollo lector: la conciencia fonológica, la morfosintaxis y el vocabulario. Estas habilidades han demostrado ser predictores clave del nivel de lectura en niños. El juego incorpora la metodología PREVENIR, desarrollada por Peñaherrera, la cual presenta de manera interactiva ejercicios que fomentan el aprendizaje y la práctica de estas habilidades.
La innovación de «WIN» radica en su integración de técnicas de gamificación, efectos visuales y sonoros, y sobre todo, en la utilización de la inteligencia artificial. A través de dos modelos IA, el juego rastrea los movimientos corporales del jugador y reconoce su voz para generar interacciones únicas. Este enfoque fomenta la serotonina, estimulando el aprendizaje a través del movimiento físico.
El juego también aborda la morfosintaxis, que implica comprender la estructura y el orden de las palabras, mediante la organización secuencial de imágenes que representan pasado, presente y futuro. En cuanto al vocabulario, los niños enfrentarán ejercicios como la selección y arrastre de colores hacia una cubeta, o la identificación de objetos según su tamaño, fomentando el dominio y el uso correcto de las palabras.
«WIN» busca abordar las posibles dificultades del lenguaje al incluir aproximadamente treinta actividades para cada rango de edad (3-4, 4-5 y 5-6 años). Esto cobra especial importancia ya que, a nivel global, aproximadamente el 7% de los niños padecen trastorno específico del lenguaje (TEL), lo que puede afectar su capacidad de aprendizaje.
El juego introduce a Luni, un personaje que interactúa con los niños y los motiva a participar. Esta figura no solo contribuye al aprendizaje, sino que también genera un ambiente de empatía y colaboración, enriqueciendo aún más la experiencia.
¿Crees que la combinación de tecnología y movimiento podría ser clave para mejorar las habilidades de lenguaje en los niños?