El oficial está enfrentando cargos de robo de información y fue expulsado de su unidad.
Cuando una persona comete una falta grave merece que todo el peso de la ley caiga sobre el, pero no de esta forma. Una chica que fue detenida por manejar en estado de ebriedad en California tuvo que entregar su iPhone para poder buscar algún numero de contacto, por lo que también fue requerida su clave de 4 dígitos.
Lo que la chica no sabía es que el oficial sacó algo más que un numero de teléfono. El acusado, llamado Sean Harrington, sustrajo del dispositivo una serie de fotografías íntimas de la mujer y se las envió por correo a si mismo.
Esta última evidencia fue fundamental para mostrar un registro de lo ocurrido, por lo que Sean fue expulsado de la unidad y está afrontando cargos por robo de información.
El consejo es proteger nuestros propios datos ante cualquier persona y no permitir que nuestros derechos sean vulnerados de esta manera.
Fuente: The Verge