A través de contrato directo, el Servicio Electoral decidió adquirir los servicios de Telefónica por casi $3 mil millones. La empresa de capitales extranjeros es la única que ha prestado dichos servicios desde el regreso a la democracia en Chile.
El 27 de diciembre pasado, el Servicio Electoral (Servel) convocó de manera urgente, a través del Diario Oficial, a un plebiscito para el domingo 26 de abril. De esta manera, y según el acotado tiempo antes de la consulta a los ciudadanos (as) el órgano elector no realizó una licitación publica, para los servicios de comunicación electoral, decidiendo realizar la contratación de manera directa.
De esta manera, el Servel decidió recurrir a Telefónica, única empresa con la que ha trabajado desde el fin de la dictadura. La tarea de la compañía es enviar a las oficinas del órgano los resultados preliminares de cada mesa, así como los balotajes provisorios entregados por los colegios escrutadores. Así, por medio de un contrato directo, el Servicio Electoral contrató a la empresa de capitales españoles -aún- por un monto de $2.820 millones de pesos.
La misma empresa fue la ganadora de la licitación abierta por el Servel para las elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores programadas para agosto de este año, así como las presidenciales del 2021. Situación que llevó a la empresa Smartmatic a demandar ante el Tribunal de Contratación Pública (TCP) acusando al órgano de preferir a Telefónica a pesar de presentar una oferta de $3.000 millones más cara que la propuesta por ellos.
A juicio de Smartmatic, el Servel no consideró la experiencia internacional de su empresa, estimando sólo la local, hecho que es imposible de demostrar ya que Telefónica ha sido la única en prestar este servicio desde 1988. La demanda presentada por la empresa de origen venezolano, al Servel, es por un monto de $20 mil millones de pesos.
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