Los Galaxy A50 y A30 contienen una pantalla Super AMOLED de 6,4 pulgadas a resolución 2.340 x 1.080 píxeles con un notch en forma gota de agua.
Alejado del MWC19 Samsung nos trae a la luz dos nuevos smartphones: los Galaxy A30 y Galaxy A50.
Llama la atención que hayan decidido no revelarlos en la feria móvil más grande del mundo.
Más allá de eso, lo cierto es que estos dos productos son una realidad concreta.
Comparten mucho de sus características, incluso hasta las dimensiones. Sin embargo, hay diferencias claves. Pasemos a conocerlos más en profundidad.
Comenzamos por el Galaxy A30. A simple vista las líneas de diseño son parecidas a su hermano. Unas formas de diferenciarlo son por sus materiales y por la presencia/ubicación del lector de huellas.
Estas son sus especificaciones:
Como indicamos al comienzo, los dos equipos cuentan con ítems similares. Por lo tanto, a continuación te indicaremos cuáles son las diferencias del Galaxy A50 con respecto al Galaxy A30. El primero mencionado tiene:
El resto de cualidades son iguales, incluida la extensión por MicroSD.
La lente principal de 25MP a sus espaldas se combina con la de profundidad y ofrece una experiencia de Live Focus.
De manera adicional, la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) también se aplican al Galaxy A50 para reconocer y optimizar las escenas a la hora de sacar fotografías.
Con Bixby Vision podremos aprovechar la cámara para comprar en línea, traducir texto y encontrar la información que deseemos.
Por otro lado, la cámara delantera posee la función Selfie Focus para desenfocar sutilmente los detalles del fondo.
Algo curioso radica en que Samsung no brindó toda la información que uno hubiera deseado. Es decir, faltan algunos apartados por conocer de los dos teléfonos de hoy, como ser lo referente a conectividad y sistema operativo.
En cuanto a este último es casi seguro que apostaron por Android, pero… ¿qué versión?
Tanto los precios como disponibilidad de los Galaxy A30 y Galaxy A50 entrarían en el apartado de dudas sin respuestas. O sea, carecemos de conocimiento desde cuándo y por cuánto estarán en el mercado.