Review Samsung Galaxy Z Flip 5

Presentados a finales de julio pasado, la nueva generación de los teléfonos plegables de Samsung llegaron para consolidar aún más a la marca en este nicho del mercado de smartphones.

Ya tuvimos la oportunidad de analizar al Z Fold 5, y ahora llegó el momento de probar a su hermano menor: el Z Flip 5, un teléfono plegable de formato clamshell, cuyo feature estrella es que ahora estrena una pantalla de 3.4 pulgadas en su parte exterior, la cual permite sacarle mayor provecho al equipo cuando está cerrado.

Eso sí, al igual que su hermano mayor, se trata más de una evolución que de una revolución en lo que respecta a cambios. Por lo que la pregunta que corresponde es: ¿Valdrá la pena? Veámoslo a continuación:

Especificaciones Técnicas

Diseño

Samsung ha mantenido prácticamente invariante el diseño de los Flip desde sus inicios. Salvo por un importante lavado de cara que le hizo cuando llego el Z Flip 3, los cambios han sido mínimos, y se han limitado a leves ajustes en sus dimensiones y a mejoras en las bisagras.

De hecho, el Z Flip 5 llega con un importante cambio gracias a esto último: ahora se puede plegar de manera completamente plana — es decir, ya no tiene ese espacio abierto que se formaba en el sector de la bisagra.

Esto está buenísimo por dos motivos: primero, reduce levemente grosor del equipo cuando está cerrado, y segundo, porque otorga esa paz mental de que nada va a entrar a la pantalla cuando lo tengamos guardado en nuestro bolsillo.

La segunda novedad en cuanto a lo estético llega a través de la nueva pantalla de 3.4 pulgadas que se encuentra en la parte trasera del equipo. Más adelante hablaré sobre esto, pero en términos de diseño implica una “tapa” completamente negra, cuyo centro está dominado por la pantalla (la cual no ocupa todo el espacio disponible), y también cambia la orientación de las cámaras a horizontal.

Más allá de eso, no tenemos más cambios, pero tampoco es como que los necesite realmente. Es un teléfono que a mi parecer está muy bien logrado, tanto en lo estético como en lo ergonómico.

Curiosamente, el apartado ergonómico era la parte que más interesaba probar de este Z Flip 5, ya que hace unos cuantos meses atrás tuve la oportunidad de probar por un par de semanas al Z Fold 4, y la verdad es que no me gustó mucho debido a eso: no lo encontraba cómodo usándolo tanto abierto como plegado. Aquí es todo lo contrario.

Abierto, lo puedes utilizar como un teléfono normal, y con el beneficio añadido de que lo puedes usar cómodamente con una mano, gracias a que no es tan ancho como otros equipos; mientras que cerrado lo puedes utilizar para ver rápidamente tus notificaciones, controlar tu música o ver alguna que otra información útil, de nuevo, todo con la comodidad de una sola mano, y luego lo puedes guardar tranquilamente en tu bolsillo ocupando una menor superficie que otros teléfonos.

Quizás el único punto en contra que se le puede encontrar es que la pantalla principal puede ser un poco alta, dificultando el acceso a los elementos que están “más arriba” en la interfaz. Lo mismo pasa con los botones de encendido y de volumen, por lo que hay que acostumbrarse un poco a poner el pulgar más arriba para desbloquear el equipo.

Fuera de eso, no es mucho lo que se le puede reprochar. Como referencia, sus dimensiones son de 165.1 x 71.9 x 6.9 mm cuando está desplegado, y 85.1 x 71.9 x 15.1 mm cuando está plegado. Su masa es de 187 gramos.

Pantallas

La pantalla principal del Samsung Galaxy Z Flip 5 es del tipo Dynamic AMOLED 2X, de 6.7 pulgadas, con una resolución de 1080 x 2640 pixeles, y una tasa de refresco de 120 hercios.

La calidad de imagen, como se podrán imaginar, es bastante buena. Es un panel Samsung hecho y derecho, por lo que que aquí no hay sorpresas. Tenemos colores vívidos, negros profundos y una nitidez muy buena, que se complementa con un movimiento super fluido en la interfaz gracias a los 120 hz de tasa de refresco. Además, con un brillo máximo de 1750 nits, la visualización en exteriores también es bastante buena.

A pesar de no tener la pantalla grande que podemos encontrar en el Z Fold 5, este equipo no deja de ser una excelente opción para ver videos o fotos, e incluso videojuegos, ya que también tenemos un buen set de parlantes estéreo para complementar la experiencia de visualización.

En cuanto al pliegue de la pantalla, obviamente que igual se nota, pero no es tanto. Al mirar directamente a esta, usualmente se camufla sin problemas incluso en fondos blancos. Evidentemente al ir cambiando el ángulo aparece. Nada terrible a mi parecer.

De todas maneras, la verdadera novedad en este apartado está en la pantalla externa del equipo, la cual es una Super AMOLED de 3.4 pulgadas con una resolución de 720 x 748 pixeles, y que está recubierta con Gorilla Glass Victus 2.

Esta pantalla no tiene una forma 100% cuadrada, aun cuando todo el contenido se ve cuadrado. Tiene una pequeña muesca, que para efectos de la interfaz sirve para poner los botones de navegación, mientras que al lado de esta nos encontramos con las cámaras (a diferencia del Motorola Razr 40 Ultra, el cual tiene las cámaras sobre la pantalla).

Para mi sorpresa, esta se ve bastante bien. Se nota que es un panel AMOLED por lo ricos que son los colores, mientras que los niveles de contraste son super buenos. Si bien por la baja resolución y tamaño que tiene no es lo más adecuado para ver contenido multimedia, creo que igual salva.

El funcionamiento como tal de esta pantalla lo veremos en la siguiente sección.

Software y rendimiento

A nivel de hardware y software no tenemos muchas diferencias con respecto a otros modelos de Samsung.

De hecho, en cuanto a especificaciones técnicas, este Z Flip 5 es casi igual a los Galaxy S23: procesador Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2, 8 gigas de RAM, y 256 o 512 GB de almacenamiento interno.

Este combo de specs lo hemos vistos en muchos teléfonos de gama alta, y el veredicto por lo general es siempre el mismo: rinde super bien. Aquí no es la diferencia. Es un teléfono que vuela, en ningún momento titubea ni se queda colgado incluso en juegos o aplicaciones más exigentes.

Lo mismo ocurre con el software. La interfaz de usuario es OneUI 5.1 basado en Android 13, el cual está cargado de funcionalidades. Además está muy bien optimizado, y si bien no suele ser del gusto de los más puristas, a mi parecer es una capa que aporta bastante a la experiencia de uso.

Las únicas diferencias que nos encontraremos obviamente que tienen que ver con la naturaleza plegable de este equipo. El modo “Flex” se activa cuando abrimos a la mitad la pantalla, y lo que hace es dividirla en dos partes: una superior y una inferior.

La parte superior de la pantalla sirve para mostrar el contenido, sea el viewfinder de la cámara, el video que estemos viendo, o la página web que estemos visitando. La parte de abajo tiene los controles: el disparador, los controles del video, e incluso un touchpad.

También se puede poner en pantalla dividida otra aplicación, pero no me parece muy útil dada la posición en que quedan ambas pantallas. Para lo que si me parece útil, es que se puede utilizar el mismo teléfono como trípode, lo cual viene perfecto para tomar fotos de noche (con mayores tiempos de exposición) o para tomar fotografías grupales.

¿Cómo funciona la segunda pantalla?

El approach de Samsung es totalmente distinto al que vimos con Motorola y su Razr 40 Ultra, en donde la segunda pantalla funciona casi igual que la principal, solamente que en un formato más enano. Aquí, esta pantalla sigue siendo más un complemento que una manera alternativa de interactuar con nuestro teléfono.

Aquí, el fuerte son los widgets, las notificaciones y la posibilidad de usar la pantalla como visualizador para tomarnos una selfie utilizando la cámara principal. Los widgets son prácticamente todos propios de Samsung, incluyendo un reproductor, temporizador, clima, y varios otros más.

Se pueden correr aplicaciones en esta pantalla, pero solo está disponible como una función experimental, o bien, utilizando un widget de Good Lock (el cuál también es de Samsung, pero se tiene que descargar aparte).

Esto podrá sonar decepcionante para algunos, pero la verdad es que no es tan terrible. Convengamos que la posibilidad de abrir aplicaciones suena como una buena idea, pero la realidad es que estas no están adaptadas para poder ver su contenido en un formato tan pequeño.

De todas maneras, las apps pueden servir para suplir la falta de ciertos widgets que podrían ser útiles. En lo personal, dejé tres aplicaciones ahí: la de Google Home (domótica), Google Authenticator (2FA/MFA), y la de Spotify (para cambiar playlists o canciones de manera más rápida).

Tengo una queja pequeña. Como mencioné antes, esta tiene una suerte de muesca en donde van los botones de navegación, pero no se aprovecha cuando estamos en la pantalla principal. Si bien se puede personalizar lo que te puede mostrar esa pantalla, la muesca es prácticamente un espacio muerto cuando no se está usando.

Ahí podrían estar los iconos de las apps cuando recibimos notificaciones (el único indicador que hay es un punto naranjo, que no te dice mucho), o bien, el icono de la batería para ver cuánto nos queda de autonomía (a menos de que cambiemos la pantalla principal, por defecto la única manera de ver ese dato es bajando la barra de ajustes rápidos).

Batería

Con 3700 mAh de capacidad, la verdad es que uno no podría esperar mucho en cuanto a la batería de este teléfono, pero creo que la autonomía que entrega es más que decente como para completar una jornada completa (aunque no más que eso).

El uso que le doy a los teléfonos a estas alturas de la vida ya es más moderado. Principalmente consta de mucho doomscrolling en redes sociales, ver apps de mensajería (WhatsApp/Slack/Telegram), algún que otro video en YouTube, y escuchar música con Spotify. Por lo general no juego, y cuando lo hago, me entretengo con uno que es baste liviano.

A esto hay que sumarle que el teléfono casi siempre está conectado con redes WiFi, ocupando configuraciones estándar de pantalla (tasa de refresco variable, brillo automático, etcétera), y con uno o dos dispositivos Bluetooth enlazados.

Con todo esto, en promedio lograba llegar a las 22:00 con un 20% de batería disponible, lo cual se traduce en unas 5 horas de pantalla encendida, aproximadamente. Por lo que fácilmente uno puede llegar a las 5 horas y media a 6 horas de pantalla.

En mi experiencia, dándole un uso muy intenso penaliza bastante la duración. Jugando o viendo muchos videos/series/películas harán que el porcentaje baje bastante rápido, así que ojo ahí con eso.

Cámaras

Al compararlo con el modelo del año pasado, este Samsung Galaxy Z Flip 5 no trae novedades en el apartado fotográfico, al menos en lo que respecta a hardware.

Tenemos un sensor principal (gran angular) de 12 megapíxeles, apertura f/1.8, con estabilización óptica de imagen (OIS). Luego, está el ultra gran angular, también de 12 MP, pero con una apertura f/2.2. Por el frente, tenemos a la cámara para selfies de 10 MP y apertura f/2.2.

¿Y qué tal? Las fotografías son correctas, pero nada especiales a mi parecer.

En general tienen un muy buen nivel de exposición, con un rango dinámico adecuado — aunque a veces se puede quedar en falta en situaciones de alto contraste. Está el típico estilo de fotos que conocemos de Samsung, con colores vibrantes y harto procesamiento a nivel de nitidez, que si bien no es del gusto de todos, creo que no se nota tanto.

Lo que si se nota, al menos para el ojo más entrenado, es la resolución de ambas cámaras. No quiero decir que las fotos se vean mal porque ambos sensores son de 12 MP, pero la falta de detalle se hace ver cuando estamos mirando con mayor atención. Es suficiente para redes sociales, pero de ahí para hacer algo más sofisticado, nos quedaremos algo cortos.

Esto también afecta la calidad del zoom digital — el cual ocuparemos varias veces, porque este equipo no cuenta con un teleobjetivo óptico. Con el zoom de dos aumentos podemos salvar varias fotos, pero de ahí en adelante la calidad decae rápidamente.

De noche ocurre algo similar. Con el gran angular, el teléfono logra entregar imagenes correctas, bien expuestas, y con un bajo nivel de ruido, pero con colores un tanto lavados. El ultra gran angular no tiene mucho sentido usarlo en estas situaciones, porque la calidad no es buena cuando estamos faltos de luz.

Las selfies con la cámara frontal también son correctas; pero aquí tenemos la ventaja de que podemos usar las cámaras traseras para tomarnos una foto de este estilo (gracias a la pantalla trasera, la cual la podemos utilizar como viewfinder cuando tenemos la pantalla cerrada, o bien, para mostrar una previsualización), lo cual puede ser super útil cuando nos queramos tomar una de noche o con muy poca luz.

En cuanto a video, el Z Flip 5 es capaz de grabar en resolución 4K a 60 cuadros por segundo, y que a mi parecer es bastante bueno. Aquí destacan los colores y el nivel de estabilización de imagen, junto con un buen nivel de exposición a nivel general. Veanlo por ustedes mismos en este video de prueba:

En fin, me parece que le falta un poco de cariño a este set de cámaras. Una actualización de hardware le vendría más que bien para la próxima generación de la gama Z Flip.

Conclusiones

El Z Flip 5 (junto con el Fold 5) es un reflejo de la consolidación de Samsung en el mercado de los plegables. Con leves cambios incrementales, esta nueva generación de teléfonos no dista mucho de los modelos de años anteriores, y eso quizás para varios no es algo bueno.

Pero me parece que las marcas están trabajando para que un público más masivo empiece a comprar estos equipos, no solo el early adopter o el fanático de la tecnología; y en ese aspecto, el Z Flip 5 es un excelente punto de partida para muchas de esas personas.

¿Por qué? A mi parecer, el formato clamshell es muchísimo más amigable que el pliegue tipo “libro”, esto porque permite tener dimensiones similares a las de un teléfono común, con el añadido de que puede volverse más compacto cuando no lo estamos utilizando y lo guardamos en nuestro bolsillo.

Esto al contrario del Fold, que tiene dimensiones un poco menos convencionales (la pantalla exterior es bastante más estrecha que una normal, mientras que la interior se acerca más al de una tablet), lo cual puede generar alguna que otra incomodidad en el uso -- a mi me pasaba que me costaba escribir con el teclado, porque todas las teclas estaban más juntas entre sí.

Por otro lado, estamos frente a un producto que ha ido madurando con el paso del tiempo. Aspectos clave como la durabilidad o la calidad de la pantalla ya no son puntos tan críticos, lo cual permite que -- con el debido cuidado -- cualquier persona pueda utilizar casi sin problemas este equipo.

Demás está decir que la experiencia de uso en general es bastante buena. Tenemos un buen rendimiento, una pantalla que se ve maravillosa, un panel externo ideal para hacer tareas rápidas, y por sobretodo, un chasis que se siente muy bien a la mano. Insisto, el formato es una maravilla.

Lo único que lo echa para atrás son dos cosas: el sistema de cámaras -- el cual es decente, pero definitivamente no está al nivel de un teléfono que cuesta más de un palo; y la batería, la cual si bien puede llegar al final del día, no da para más que eso, y si eres de los que usan intensivamente el equipo, te vas a quedar muy corto.

Dicho esto, creo que el Z Flip 5 es un buen plegable para el publico más general. Por su precio obviamente que no es para todos, pero si buscas probar algo nuevo, creo que vale totalmente la pena darle un intento a este equipo.

Disponibilidad

El Samsung Galaxy Z Flip 5 ya se encuentra disponible en diversas tiendas y operadoras de nuestro país. Los colores disponibles son los siguientes: lavanda (el de nuestra unidad de prueba), menta, grafito y crema. ¿Precio? $1.189.900 para la versión de 256 GB, y $1.309.990 para la que tiene 512 gigas.