El nuevo iPad Mini es una maravilla de hardware pero que es difícil de recomendar a la mayoría de personas.
El iPad es un tremendo dispositivo, no por nada se ha logrado posicionar como la opción más popular en el segmento de tablets, siendo dispositivos sumamente confiables, lo que ha llevado a Apple a explorar todas las gamas y varios formatos, algo que no todos los fabricantes pueden darse el lujo.
Luego de las renovaciones de los iPad Pro y Air, el iPad Mini era el siguiente en la fila, llevando casi todo lo bueno que vimos en el Air a su tableta más pequeña y portátil, lo que no es para nada menor, dada la naturaleza móvil de iOS iPadOS.
El nuevo iPad Mini cuenta con un nuevo diseño que lo sitúa entre un teléfono y una clásica tablet –como el iPad a secas–, una pantalla que hace la pega, el excelente procesador A15 Bionic del iPhone 13 y soporte para el último Apple Pencil. Pareciera tenerlo todo, aunque el tamaño no es para todos.
El iPad Mini estaba prácticamente en el olvido, y no me cabe duda que el nuevo diseño ha hecho que más de alguno pueda darle una nueva oportunidad a este formato.
Usar el mismo diseño de los últimos iPad Air y Pro, con bordes rectos y una construcción de excelente calidad, pero reduciendo el tamaño y moviendo un par de cositas, ha sido más que suficiente y una apuesta segura por parte de Apple para ofrecer un dispositivo que se siente genial en la mano.
Las cositas que han movido son el nuevo puerto USB-C en la parte inferior, la notable mejora de los parlantes estéreo en la parte superior e inferior, la inclusión de TouchID en el botón de encendido de la parte superior y el añadido del soporte magnético para el Apple Pencil de segunda generación. La mala noticia es que también han removido el jack de 3.5mm para la entrada de audífonos.
Los botones de volumen también están en la parte superior, y la verdad es que me han parecido un poco incómodos, aunque colocarlos en la parte izquierda haría que fueran más difíciles de usar al sostener la tablet de forma horizontal.
Los bordes de la pantalla son del mismo tamaño que en el Air, pero se ven más grandes debido al tamaño de la pantalla y para decir verdad, si fueran más pequeños, la tablet sería un poco más difícil de utilizar porque el borde ayuda a sostenerla con una mano y no tocar la pantalla. El dispositivo pesa muy poco y en general es súper cómodo, solamente volviéndose un poco más difícil de manejar con el Smart Cover instalado.
La única ausencia respecto al iPad Air son los pines magnéticos en la parte trasera, ya que este modelo no es compatible con ningún Smart Keyboard. El iPad Mini viene en opciones de 64 GB o 256 GB, es compatible con 5G y Wi-Fi 6, y como no, está disponible en cuatro colores: Space Gray, Pink, Purple y Starlight, que es el que puedes ver en las imágenes.
El nuevo look de esta pequeña tablet ha permitido aumentar el tamaño de la pantalla hasta las 8.3 pulgadas para dejar un tamaño similar al que ofrece un plegable –como el Galaxy Fold3–, que son dispositivos bastante portátiles y que es uno de los objetivos a los que apunta el iPad Mini. “Llevar el iPad a la palma de tu mano” dice Apple.
La pantalla del iPad Mini está bien, pero es verdad que podríamos esperar un poco más por parte de la empresa de Cupertino. Cuenta con un panel LCD con una resolución 1488p (algo así como 2K), lo que le permite ofrecer 327 píxeles por pulgadas. Además, cuenta con una tasa de refresco de 60Hz –buu!–.
Por otra parte, hacen presente el soporte de True Tone para cambiar el balance de blancos dependiendo de la luz ambiental, el soporte para la gama de colores P3 y es capaz de alcanzar un brillo de 500 nits, que está bien.
En interiores se ve excelente, pero en exteriores podría ser un poco mejor, sobre todo porque las huellas dactilares se pegan con demasiada facilidad y al sol interfieren en la visualización de la pantalla. Eso sí, la pantalla cuenta con un recubrimiento que permite rebajar la reflectividad, haciendo que se vea ligeramente mejor a contraluz, ¡pero nada revolucionario!
Es una pena que la pantalla no cuente con una tasa de refresco superior a los 60Hz, sobre todo si consideramos lo que cobra Apple por estos dispositivos. Muchas empresas ya están colocando pantallas de 90Hz en sus dispositivos de gama media y Apple lo podría hacer perfectamente, pero bueno, sabemos que el marketing es esencial para los de Cupertino y si no es una pantalla de 120Hz con tasa de refresco variable, no pueden llamarlas “ProMotion”.
Por último, Apple ha llevado la misma experiencia de audio del iPad Air al Mini, contando con altavoces estéreo –uno a cada lado– los cuales ofrecen un volumen y claridad notable, sobre todo si lo comparamos con el resto de tablets del mercado. Para consumir videos es una maravilla, pero cabe destacar que el audio en estéreo solo funciona si la tablet está en posición horizontal, en caso de usarla de forma vertical, el sonido pasa a ser Mono.
Hace ya varias generaciones que los dispositivos de Apple no tienen ningún problema de rendimiento gracias a los procesadores fabricados por la propia empresa y el iPad Mini no es ninguna excepción. Obviamente acá no tenemos el chip M1 que ofrece el iPad Pro (¿para qué?), pero sí que incorpora el mismo A15 Bionic del iPhone 13.
¿Y cómo se comporta? Bien, ningún problema. Las aplicaciones se descargan sumamente rápido, su funcionamiento de igual forma y el manejo de la memoria es extraordinario ya que las apps suelen mantenerse abiertas en segundo plano durante mucho tiempo. Es exactamente la misma experiencia de otros iPad más grandes, si al final, es el mismo software pero con sacrificios de hardware que no le importan al 95% de los usuarios.
Es importante mencionar que, al poseer el último procesador de Apple, el iPad Mini tiene garantizada un montón de actualizaciones de software por los siguientes 6 años, algo que puede parecer obvio en el ecosistema de Apple, pero a la que las opciones en Android ni siquiera se pueden acercar.
Toda esta potencia también permite que el iPad Mini sea una gran tablet para jugar, incluso Apple Arcade tiene algunos juegos realmente atractivos visualmente, como lo es The Pathless y la tablet lo corre sin ningún problema. Aunque ojo, por supuesto que se calienta bastante al jugar por largos periodos de tiempo. De acuerdo a Apple, el nuevo iPad Mini cuenta con gráficos un 80% más veloces que la generación anterior.
La duración de la batería no es tan buena como en el iPad Air –que te puede durar una semana– y la verdad es que no destaca porque está por debajo del resto de la competencia, pero tampoco creo que andes sufriendo por su duración ya que está bien para el uso que la mayoría de la gente le da a una tablet.
Te durará todo el día con uso intensivo y unos cuantos días usándolo casualmente. En la caja se incluye el cargador USB-C, que no carga tan rápido como me hubiese gustado, pero en una tablet eso no es tanto problema como en un teléfono.
Si bien iPadOS ha querido distanciarse un poco de iOS durante los últimos años para acercarlo a la experiencia de escritorio que ofrece un laptop, lo que se puede evidenciar al introducir compatibilidad con mouse, teclado y un mejor manejo de múltiples ventanas, la verdad es que la esencia del sistema operativo sigue siendo móvil, y gracias a su tamaño, es algo que al iPad Mini le beneficia bastante. Se parece mucho a un iPhone con pantalla grande.
Esta portabilidad le permite tener algunos usos que la convierten en una excelente opción para algunos usuarios, pero obviamente, no para los que quieren una experiencia que se acerque a la de un PC.
El uso que yo le he dado al iPad Mini es de mucho consumo de redes sociales y videos en apps como YouTube, Netflix o HBO Max, así como harta lectura de libros y mangas. Para esto último ha sido ideal, el tamaño es perfecto para leer y como dispositivo de toma de notas es una delicia gracias a un simple gesto con el Apple Pencil. Para mi, que soy profesor, me ha servido mucho que la tablet sea así de portátil.
Por supuesto que también hay otros usos que se le puede dar a este iPad, al ser compatible con 5G y tener un tamaño reducido, puede de ser de mucha utilidad para streamers o pilotos –tal y como lo publicita Apple– o bien su puerto USB-C también lo hace útil para gente que quiera conectar accesorios para utilizarlo como un pequeño monitor de grabación o aplicaciones de música, entre otras opciones.
Otro punto a destacar es que iPadOS 15 ha incorporado interesantes novedades, como la posibilidad de dividir la pantalla en cualquier aplicación con tan solo presionar los puntos de la parte superior de la pantalla, crear pares de apps desde la pantalla de recientes o la opción de colocar widgets en la pantalla de inicio.
El único problema del iPad Mini es que no deja de ser un dispositivo de nicho, ya que el iPad de 10.2 sigue haciendo prácticamente lo mismo pero con mejor batería y al final tampoco es que ese dispositivo sea muy grande. Si tienes un teléfono super grande, el iPad Mini queda en una situación compleja de cara al comprador.
Siempre me ha parecido medio raro usar la cámara en una tablet, normalmente se ve medio ridículo y muchas veces la cámara de nuestro teléfono es de mejor calidad, por lo que no tiene mucho sentido.
Pero al ser tan pequeño, puede que ese no sea el caso del iPad Mini, por lo que Apple ha mejorado notablemente la cámara de su tablet más pequeña. La tablet cuenta con cámaras trasera y frontal de 12 MP, siendo el iPad mejor equipado de los modelos que no son Pro.
La cámara frontal cuenta con la tecnología Center Stage de Apple, que permite rastrear y mantener en el centro de la cámara a la persona que está hablando, y es una excelente opción para las personas que realizan varias videollamadas.
La calidad de las fotos, como es de esperar, no es ninguna maravilla pero ofrecen una calidad más que decente para salvar alguna situación en la que no tengas tu teléfono a mano o quieras subir una fotografía a redes sociales.
El iPad Mini me ha encantado, es una tablet tremendamente bien diseñada, con un hardware excepcional y una experiencia de software que, como cualquier otro iPad, está un poco por encima de la competencia en Android. El tema es que, debido a su tamaño y precio, no es una tablet para cualquier usuario.
A pesar de que a mi me ha resultado muy útil que sea así de pequeña en algunas situaciones, como cuando estoy leyendo o tomando notas, también hay muchos otros momentos en que hubiese deseado tener una pantalla más grande –como la del iPad Air–, que ofrece exactamente el mismo diseño por un precio ligeramente superior.
Lo más importante a considerar es su precio, que parte de CLP $529.990, siendo unos 150 mil pesos más caro que el iPad de novena generación, el cual puede hacer todo lo que hace el iPad Mini, con una mejor batería pero con un diseño pasado de moda. Y si consideramos el iPad Air la cosa se complica aún más, ya que puede encontrarse por un poco más o incluso el mismo precio.
Para cerrar, me gustaría recalcar algo. A pesar de que comparte el mismo sistema operativo con un montón de iPads, el Mini es el único que se aleja de la experiencia de escritorio y de alguna forma, te obliga a utilizar iPadOS en su esencia, lo que da mucho gusto.
Si lo que realmente necesitas es una tablet pequeña y portatil –y probablemente no lo descubras hasta probar una–, entonces sí que vale la pena, ya que su hardware es fantástico, pero para la mayoría de las personas, me atrevería a decir que hay opciones más ad hoc.