Probamos el reloj tope de gama de Fitbit: el Sense 2, y en este artículo te contamos todas nuestras impresiones sobre este smartwatch enfocado al deporte.
Tras ser adquiridos por Google, Fitbit ha estado trabajando en dos frentes: en sus productos propios, y en el Pixel Watch (cuyo review ya está arriba en el sitio realizado por nuestro Chapa). El trabajo del primer frente culminó en agosto del año pasado, cuando presentaron la renovación de algunas de sus familias de wearables: Inspire 3, Versa 3 y Sense 2.
El modelo que nos convoca hoy es este último: el Fitbit Sense 2, que vendría a ser el modelo tope de línea de la compañía, y que en teoría, también es el hermano más fitness del Pixel Watch (aunque ojo, con importantes diferencias).
Se trata de un smartwatch mucho más enfocado hacia la salud y el deporte, por lo que sin dudas será interesante compararlo a la propuesta de Google. Veámoslo más a detalle:
Partiendo por la parte estética del reloj, este Fitbit Sense 2 mantiene unas lineas similares a su antecesor, es decir, con un diseño cuadrangular y bordes redondeados. Es un smartwatch que a mi parecer se ve bastante bien, aunque fiel a su pedigree deportivo, no es lo más elegante que existe.
También se siente super bien en la muñeca. Está construido en aluminio, y su masa es de alrededor de 38 gramos, lo cual significa que no pesa casi nada en nuestra muñeca. Su grosor es bastante bueno, con apenas 11.2 mm, hace que se vea como un reloj mucho más simple y de bajo perfil, lo cual para mi gusto es lo mejor.
La caja es de 40.5 mm, por lo que no es ni un reloj grande ni chico — aunque en mi muñeca tiende a verse más hacia lo segundo, algo que atribuyo a la falta de asas para las correas, las cuales suelen agregarle un poco más de cobertura sobre la muñeca.
Y ya que hablamos de correas, este wearable viene de serie con una correa de TPU (poliuretano termoplástico), ideal para hacer deporte. Esta es bastante suave y cómoda, y permite que el reloj se sienta casi como si estuviera flotando en nuestra muñeca, además de no incomodar cuando estamos sudando. La unidad que estoy probando también incluye una correa de cuero vegano, que a mi parecer no se siente tan bien como la otra (y tampoco hace que el reloj se vea mejor), por lo que he estado usando principalmente la correa de serie.
Por cierto, las correas se pueden cambiar muy fácilmente gracias a un sistema de quick release que a mi parecer es un acierto, aunque obviamente esto implica que estamos frente a un sistema propietario, por lo que nos tendremos que limitar a las opciones que la marca ofrezca.
Pasando ahora a la pantalla, esta es de 1.58 pulgadas, un tamaño que lo hace ideal para ver el texto que se muestra sin problemas. Se trata de un panel OLED, el cual se ve super bien. Tiene una muy buena definición, con colores vívidos, y un brillo máximo que permite que se vea sin problemas bajo la luz directa del sol.
Por el costado izquierdo del reloj tenemos un botón que tiene varias funcionalidades: sirve para acceder al menú, tener accesos directos, volver al watchface o pausar el ejercicio que estemos haciendo, entre otras. Se agradece que este sea físico, ya que así no se tienen problemas de detección cuando tenemos las manos sudadas (algo que me pasa mucho con mi Inspire 2).
Quizás lo que diga ahora suene como una tontera, pero no sé si me agrada que esté en el lado izquierdo del reloj. Imagino que está ahí por un motivo más práctico — por ejemplo, para evitar presionarlo por accidente mientras estemos haciendo ejercicio —, pero aún así no me convence la posición.
Fitbit Sense 2 — y el resto de los relojes de la marca — no incorpora WearOS, y esta es sin duda la diferencia más grande que podemos encontrar con el Pixel Watch.
Aquí tenemos el SO propio de Fitbit, el cual está fuertemente enfocado hacia lo que es el ejercicio y el bienestar. A mi parecer, creo que está bien que se ocupe Fitbit OS en vez de WearOS, principalmente porque — obviamente — le da el protagonismo adecuado a las principales funcionalidades del reloj, y permite que sea mucho más ligero para el consumo de recursos (lo que se traduce en una mayor duración de batería).
El único problema que le veo, es que está un poco limitado en cuanto a las cosas que puede hacer más allá de sus principales tareas (i.e. salud y deporte). A saber, una de las cosas que probablemente más extrañé, es un reproductor de música. De hecho, entiendo que en el modelo anterior era hasta compatible con Spotify, algo ahora no existe.
En general se destaca por una total ausencia de aplicaciones o sistemas de terceros. Lo único “externo” que hay, es Alexa. Y sí, Alexa, y no Google Assistant (raro, ¿no?). De Google solamente tenemos Maps — el cual entrega indicaciones —, y Wallet para hacer pagos con el reloj (aunque ojo: igual está Fitbit Pay).
Las notificaciones son buenas, cumplen con avisarte, y existe la posibilidad de responder mensajes usando algunas respuestas predefinidas o también vía dictado por voz. Lo único que no me gusta es la forma que viene por defecto esta funcionalidad:
Más allá de eso no tenemos mucho más. Obviamente está lo típico: la posibilidad de ver el tiempo, usar cronómetros, temporizadores, y alarmas.
En el apartado de la personalización no tenemos mucho. De hecho, la única forma de cambiar el watchface es a través de la aplicación de Fitbit, desde donde también podremos descargar carátulas (gratuitas y de pago), y cambiar el órden de los widgets.
Pasemos ahora al foco principal de este reloj, y donde sin dudas se destaca por sobre otros smartwatches.
Antes que nada, un disclaimer: a diferencia de Chapa, yo no soy un deportista dedicado. Mi ejercicio se limita más que nada a lo que hago en el gimnasio o en mi casa, y de vez en cuando algún que otro sendero; por lo que no me considero como un usuario exigente en este aspecto.
Dicho eso, las mediciones que hace son excelentes a mi parecer.
Partiendo con el ejercicio, este reloj mide nuestra frecuencia cardiaca, pasos, pisos subidos y calorías quemadas, pero la información obviamente no para ahí. Al igual que otros dispositivos de la marca, te indica, basado en tu ritmo cardíaco, si estás quemando grasa o haciendo cardio. Si estás trotando/corriendo, obviamente que también te muestra tu ritmo, velocidad y distancia recorrida.
El reloj tiene un GPS y un altímetro incorporado, por lo que si sales a trotar, andar en bici, hacer senderismo o trekking, no es necesario que andes con tu teléfono para grabar la ruta.
Por el lado de la salud tampoco nos quedamos cortos: es un reloj que está cargado de sensores en su interior, todos con funcionalidades bastante específicas.
El primero es el típico sensor de ritmo cardiaco, el cual está mediendo nuestra frecuencia cardiaca constantemente. También es capaz de hacer un electrocardiograma y detectar posibles anomalías en nuestros latidos (arritmia), aunque obviamente el resultado NO es un diagnóstico, por lo que siempre deberás consultar a un cardiólogo en caso de que el reloj detecte algo raro.
También tenemos un sensor EDA (siglas que del inglés se traduce como actividad electrodérmica), el cual, en modo bastante resumido, mide los cambios en nuestros niveles de sudor. ¿El propósito de este sensor? Medir nuestros niveles de estrés. Es una funcionalidad bastante interesante, porque cuando detecta estos cambios, te pregunta cuál es tu estado de ánimo. También está la opción de hacer una medición manual, poniendo la palma de la mano sobre el bisel del reloj.
Obviamente que también mide el sueño. Para ello se apoya de los distintos sensores que tiene, incluyendo uno de SpO2 (el cual mide el nivel de oxigenación de sangre, pero que solo funciona cuando el reloj detecta que uno está durmiendo). También ocupa un sensor de temperatura corporal, el cual mide las variaciones de este mientras estamos durmiendo.
Dentro de las pocas veces que pude lograr dormir con el reloj (porque en verdad no puedo, me incomoda mucho tener cosas en mi muñeca mientras estoy acostado), veo que la medición es bastante certera. Te indica la cantidad de horas de sueño efectivo, y los distintos ciclos del sueño. También te crea un perfil de sueño (una vez logras 14 días durmiendo con el reloj), con distintas métricas asociadas a la calidad de este.
Lo bueno es que todas estas métricas capturadas por el reloj son utilizadas para crear visualizaciones e informes con estadísticas mucho más ricas a través de la aplicación de Fitbit. Lo malo es que muchas de estas dependen de la subscripción premium de la app. Por último, sería ideal que nos dejaran descargar una sábana con todos esos datos, para que cada uno pueda hacer sus respectivos análisis.
La verdad es que en este apartado no me voy a detener mucho — porque no es como que se pueda hacer mucho con un reloj de este estilo.
En general, el reloj responde de manera instantánea a nuestros comandos. La pantalla reconoce bien los toques, y en el tiempo en el que lo he estado utilizando, nunca se me ha quedado pegado ni he tenido problemas asociados a que el reloj no responda.
Pero si hay una cosa que me llama la atención: a pesar de que es un reloj que, en teoría, consume pocos recursos gracias a un SO ligero, no hay animaciones fluidas. Si nos vamos moviendo entre los distintos widgets que tiene el reloj, nos daremos cuenta que las animaciones empiezan a tener un lag bastante obvio, y sucede aún cuando nos movemos lentamente dentro del sistema.
Ahora, pasando a algo más positivo, la autonomía de este Fitbit es maravillosa. Con un uso normal puede durar fácil una semana, eso sí, con el Always-On apagado, y con un uso casi nulo o bajo del GPS.
Si activas se activa la función del Always-On Display, la batería se reduce a dos o tres días como máximo. Que por cierto, igual está super bien. En mi caso, prefiero maximizar la duración de batería, por lo que lo dejo siempre apagado.
El cargador es una suerte de base que se adhiere con unos imanes a la parte inferior del reloj; es un cable que al otro lado tiene un USB-A (un USB-C habría estado genial), el cual se puede conectar a un cargador de pared o al puerto USB de un computador. La verdad es que no es muy práctico conectarlo a la pared, porque el cable es relativamente corto. Yo lo conecto a mi laptop usando un adaptador USB-C, y se demora alrededor de una hora en cargar.
Si bien no es una velocidad de carga que podríamos considerar como rápida, con 15 a 20 minutos conectado fácilmente le podemos sacar un día y medio de autonomía de una, lo cual está bien.
La verdad es que no soy mucho de utilizar relojes inteligentes, y cuando lo hago, es porque probablemente esté haciendo ejercicio o porque me vendría útil las otras mediciones que estos son capaces de hacer. Para ver la hora, no hay nada que un buen cronógrafo no pueda hacer.
Por eso es que me gusta mucho este Fitbit Sense 2. Creo que se adapta super bien a mis necesidades: es un reloj sencillo, que tiene un objetivo funcional muy bien definido, y que además tiene una buena duración batería (ya que personalmente no me agrada mucho eso de andar con un cargador adicional para cargar un accesorio).
Su diseño tiende mucho más hacia lo deportivo, por lo que no lo consideraría como reloj «todoterreno», aunque para situaciones más casuales está bien. De todas maneras, eso da lo mismo, el foco de este reloj es justamente el deporte y la salud, y para eso fue diseñado.
Y ya que tocamos ese tema, sus capacidades de medición de actividad física son excelentes. Sean personas que están recién partiendo en esto del deporte, o para los más aficionados y/o dedicados, creo que todos estarán conformes con las estadísticas que entrega . Eso sí, lo más seguro es que exista un margen de error (especialmente si lo comparamos a un reloj Garmin o Polar), pero de todas maneras eso no quita que podamos tener una buena medición de nuestro ejercicio.
En cuanto al apartado de salud, me agrada mucho la suite de funcionalidades que ofrece. Desde la capacidad de medir nuestro estrés, hasta poder hacernos un electrocardiograma para ver si es que potencialmente tenemos un problema cardíaco, este Fitbit tiene varias opciones que pueden ser potencialmente útiles para varias personas. Eso sí, es una lástima que muchos gráficos e informes están dentras de una muralla de pago.
Sin embargo, no puedo pasar por alto las (grandes) faltas que tiene. La ausencia de un reproductor de música, por muy chico que suene, probablemente sea lo que marque la diferencia para una persona interesada en comprar un smartwatch de este estilo.
Lo que tenemos en cuestiones de ejercicio y salud viene en reemplazo de otras características básicas presentes en otros smartwatches, lo cual significa que en realidad solo es una buena recomendación para un nicho en específico (quienes quieren saber al máximo detalle de su actividad física y otras métricas de salud). Es ahí donde está el gran «problema» de este reloj, porque no es uno particularmente barato (USD $300). Por ese precio hay opciones muchísimo más completas, y que también cumplirán con medir tu actividad física (aunque seguramente no al mismo nivel que lo que ofrece Fitbit).
Como digo, este Sense 2 me gustó mucho por la sencillez y las funcionalidades que ofrece, pero probablemente no pagaría los 300 dólares que cuesta por uno, porque no soy el usuario objetivo de este reloj.