La última incorporación del catálogo de Fitbit en Chile ya pasó por nuestras manos. Ven a conocerlo en un nuevo review.
Ya van varios años en que Fitbit lleva haciendo las cosas bien en el mercado de medidores de actividad física, pero en el último tiempo hemos podido ver como, además, están avanzando muchísimo en ser un buen compañero como reloj inteligente para todos los usuarios.
En este contexto, tuve la suerte de poder probar el nuevo Fitbit Luxe. Desde mi punto de vista de usuario, les contaré mi experiencia e intentaré compartir todos los detalles que he considerado importantes en este viaje.
Lo primero que me llamó la atención al conocer el Fitbit Luxe fue su diseño y el de sus correas. Es una mezcla muy interesante de diseño clásico con toques modernos y francamente se ve muy lindo y femenino. Dicho esto, también es importante decir que no deja de ser discreto, versátil y cómodo. Por si quedaba alguna duda, las correas son intercambiables, por lo que si no estás convencido con el color que elegiste o quieres alternar frecuentemente, puedes hacerlo a tu gusto.
El aspecto general es muy minimalista. De hecho, lo único que veremos será su pantalla y absolutamente nada más, ningún botón ni nada por el estilo. Esto fue particularmente extraño, pero lo explicaré con algo más de detalle más adelante.
En relación a la experiencia del reloj en la muñeca, al ser pequeño (a diferencia del Apple Watch Series 4 que actualmente ocupo) se siente muy cómodo, no es para nada pesado y –lo más importante– no se ve grotesco en muñecas pequeñas como la mía. Por otro lado, la correa es de acabado mate, lo que hace que nos sirva para todo tipo de ocasión, sea formal o informal. Ah, sí, en la caja vienen incluidas dos correas de distinto largo, como podrían esperar.
Lo justo y necesario. Su pantalla AMOLED de 206 x 124 pixeles no es enorme, pero tampoco pequeña. Es todo lo que necesitas para saber cómo va tu día, ver las notificaciones del teléfono, la hora y los recordatorios de que debes hacer ejercicio, claramente. La calidad es bastante buena y, salvo al momento de usarlo bajo la luz del sol directamente, siempre tendremos una buena experiencia al momento de visualizar el contenido.
Lo particular de la pantalla es que no siempre está encendida, y tendrás que recurrir al típico movimiento de muñeca para poder despertar el reloj o a un doble toque. En mi experiencia de uso, la segunda opción resultó más práctica que la primera, porque el movimiento de muñeca no siempre terminó por funcionar correctamente. De todas formas es una cosa de costumbre y, con el pasar de los días, terminarás por adaptarte.
Como primera experiencia con el reloj, debo decir que el sistema operativo no es tan intuitivo, ya que solo tienes una pantalla y no hay botones físicos que te ayuden a descifrar qué hacer primero. De todas formas, una vez que descargues la aplicación de Fitbit hay un pequeño «curso introductorio» de cómo utilizar el reloj. Ojo, con el pasar de los días sí logré manejarlo a la perfección y a la larga se hace mucho más fácil.
Como primer paso para comenzar a utilizar el reloj Fitbit Luxe, debes bajar en tu celular la aplicación de Fitbit, crear un usuario y luego personalizar tu perfil. En ella podrás conocer diariamente tu rendimiento, como los pasos que llevas y su equivalente en kilómetros, las calorías diarias, etc.
Es destacable que este pequeño reloj está midiendo constantemente tu frecuencia cardíaca y te la va mostrando en la pantalla de inicio. Pese a que esto se ha vuelto básicamente un estándar en la industria, es sorprendente que lo haga de forma continua y que, aún así, alcance varios días de batería con una sola carga.
Otra de las características que ofrece Fitbit en su aplicación es la medición del sueño. Ésta te muestra las horas en que realmente tuviste un sueño profundo o cuanto estuviste despierto durante la noche. Si eres de lo que pasa todo el día «corriendo», el Fitbit Luxe puede ser una excelente compañía para enfocarte en descansar y estar repuesto para el día siguiente. Lo más destacable es que, como es tan pequeño, no genera ninguna incomodidad para dormir con él.
Además de todo lo «básico», también Fitbit ofrece una versión Premium con una suscripción mensual o anual, donde tendremos datos más avanzados de la medición deportiva, consejos para mejorar el sueño a nuestra medida e incluso juegos y desafíos.
El sistema operativo del Fitbit Luxe, aunque todavía no podemos descifrar su nombre, es el mismo que podemos ver en los otros relojes pequeños de la marca. En general funciona relativamente fluido, pero tiene varias limitaciones que lo demarcan como un medidor de actividad y no con un gran enfoque a un reloj inteligente. Quizás el punto más débil es en la interacción con las notificaciones, ya que solo podremos verlas y no podremos responder un mensaje por WhatsApp o Instagram desde nuestra muñeca.
Sí, es verdad que ahora hay una mayor integración con Google Fit, por lo que si eres fan del software de Google, podrás visualizar tu información en esta app y, en cierto grado, podrás dejar de lado la app de Fitbit después de sincronizar el reloj. Sin extendernos demasiado, podemos decir que en este apartado cumple pero no destaca.
Pero vamos a lo más importante: la medición de actividad física. Acá Fitbit, como siempre, hace un muy buen trabajo. Podemos medir desde nuestro rendimiento diario, contar nuestros pasos o calorías, además de nuestro sueño por la noche. Aparte de poder medir lo que hacemos, también es el mismo reloj el que nos motivará a movernos en caso de que no lo estemos haciendo.
Para esto, veremos que puedes personalizar y fijar metas diarias, donde el mismo reloj te felicitará cuando las logres o dando pequeñas vibraciones para recordarte que ¡ya es hora de moverse! De la mano con el punto anterior, si quieres complementar los pasos diarios, el reloj te ofrece ejercicios recomendados. En cada sesión de entrenamiento el Fitbit Luxe medirá tu frecuencia cardiaca, calorías quemadas y el tiempo de entrenamiento.
La variedad de entrenamientos que encontramos abarcan los más comunes, pero sigue faltando algo más de variedad para quienes practican algún deporte distinto. Los que ofrece son correr, ciclismo, natación, carrera en cinta, pesas y entrenamiento en intervalos.
El fabricante promete hasta 5 días de batería. En mi experiencia, pese a no llegar a ese plazo, no tengo nada que decir de la batería. Desde que comencé a usar el reloj con carga al 100%, usando las funciones de entrenamientos y midiendo el sueño por la noche con uso nocturno, de igual forma rindió más de 3 días.
En este aspecto encuentro que el Fitbit Luxe se sacó un 7. A diferencia de la mayoría de los relojes inteligentes, no me mantuvo preocupada de estar cargándolo diariamente ni mucho menos. Hasta me recordó a esos teléfonos antiguos donde era muy difícil hacer que se acabara la batería jugando Snake.
Quizás el único punto bajo acá es el cargador en sí, el cual se conecta a la parte posterior del reloj a través de un imán. El cable no es tan largo y la posición es un tanto incómoda. De todas formas, esto no afecta en nada a su uso y es más que nada una opinión basada en la costumbre de usar un Apple Watch.
Es primera vez que me toca probar un reloj inteligente distinto al que tengo. La verdad es que me llevé una grata sorpresa con su diseño versátil y elegante, pero a la vez súper deportivo. Parece una muy buena puerta de entrada para el mundo deportivo y tecnológico a la vez.
Además, me gustó mucho que lo puedas personalizar con las correas que tu quieras, y Fitbit en este sentido ofrece harta variedad para que se acerque lo más posible a tu propia personalidad, logrando empoderar tu día a día y tus entrenamientos.
Como complemento al teléfono, cumple con lo básico, pero como medidor de actividad física cumple con creces. Es genial poder ir revisando tu día a día en una interfaz tan simple, ver tu calidad de sueño en la aplicación (junto con toda la otra información que entrega). En general me deja una muy buena impresión, y aunque quizás es un poco caro, sigo convencida de que es una buena inversión.