El Fitbit Charge 3 viene a mejorar a tu antecesor en prácticamente todos los aspectos, haciéndolo uno de los medidores de actividad física más completos y es su ambición su principal punto en contra.
Señoras y señores, Fitbit llegó para quedarse. Hace ya casi dos años que Fitbit aterrizó en nuestro país con su amplia gama de trackers de actividad física y relojes, mercado al que entraron luego de la compra de Pebble. Ya analizamos la mayoría de sus dispositivos, demostrando ser uno de las mejores fabricantes de wearables para deportistas, entrenadores y aficionados a la actividad física del mercado.
El día de hoy te traemos el análisis del Fitbit Charge 3, cuyo predecesor se ha transformado en uno de los trackers más populares debido a sus prestaciones y precio. El Charge 3 promete incluir las principales carencias del Charge 2, pero ¿estará a la altura?
Esta vez, el Fitbit Charge 3 incluye una pantalla OLED, la cual es un 30% más grande respecto a la versión previa, lo que permite la integración de notificaciones en esta pulsera de medición y además, ahora podremos hacer seguimiento de nuestros momentos de nado, debido a que cuenta con resistencia al agua de hasta 5ATM.
En un mercado dominado por los Apple Watch, vamos a ver si su nuevo diseño y funciones justifican su ligero aumento de precio.
¡Vamos con el review!
Fabricante y modelo
Hardware
Si bien no es un cambio drástico, el diseño del Charge 3 ha sido renovado en algunos aspectos claves. Primero, mantenemos el mismo factor forma, con un cuerpo rectangular y bandas que salen de forma uniforme de él.
Su material de construcción esta vez es de aluminio aeroespacial, dejando atrás el acero inoxidable de la versión anterior, y a su vez, es más ligero, delgado y largo, para dar paso a su nueva pantalla, la cual es la principal responsable de todos los cambios con los que cuenta esta pulsera. Se siente muy cómodo en la muñeca y nunca me ha molestado para dormir o hacer deporte.
La pantalla del Charge 3 es un panel OLED con escala de grises que a diferencia del año pasado, es táctil, lo que le permite acercarse peligrosamente a un smartwatch a nivel de funcionalidad y ha permitido a Fitbit incluir un renovado sistema operativo, del cual hablaré más adelante. La pantalla está cubierta por un cristal Corning Gorilla Glass 3.
En la parte frontal tenemos un sensor de luminosidad, por lo que la pulsera adaptará su brillo dependiendo de si está de noche o de día de muy buena forma, sin molestar en ningún momento por temas de brillo.
En el costado izquierdo tenemos otra de las novedades, la eliminación del botón físico para pasar a un botón táctil con respuesta a la presión, que funciona de gran forma. Según la empresa, el motivo de este cambio fue la inclusión de resistencia al agua de hasta 50 metros, lo que también es de real importancia para un tracker de actividad física.
En la parte trasera tenemos mejoras también, ya que el nuevo sensor de ritmo cardíaco es el mismo presente en el Fitbit Versa, el último reloj inteligente de la empresa, que se mantiene funcionando durante todo el día y noche, siendo éste el principal responsable de poder medir nuestra actividad, calorías quemadas, sueño y, en el caso de las mujeres, periodo.
Uno de los detalles que más me ha gustado del nuevo diseño, sin duda que son las nuevas correas y su sistema de cambio. Con Versa, Fitbit decidió dejar de lado su mecanismo propio, apostado por un concepto más clásico que hacía un tanto difícil cambiar las correas. En el Charge 3 han rediseñado su antiguo sistema, lo que con tan solo pulsar un botón en la parte trasera, podrás remover una correa, y además, ahora el diseño se mantiene uniforme.
Sin duda este apartado es el principal atractivo de cualquier dispositivo de Fitbit, ya que la medición de nuestro actividad es sumamente precisa, y con el Charge 3, no han hecho más que añadir funciones para ponerlo a la misma altura que el Fitbit Versa. Así es, el Charge 3 es capaz de realizar las mismas mediciones que el reloj, en un cuerpo considerablemente reducido.
El Charge 3 cuenta en su interior con diferentes sensores que permiten medir diferentes actividades. Tenemos un acelerómetro de tres ejes, monitor óptico de ritmo cardíaco, altímetro, giroscopio y un sensor de SpO2, para medir la cantidad de oxigeno en nuestra sangre.
Gracias a estos sensores, cualquier actividad que realicemos durante nuestra vida cotidiana quedará registrada localmente en el reloj durante 30 días, para darnos tiempo suficiente de sincronizarlo con el teléfono en el caso de salir sin él; aunque es importante destacar que el Charge 3 no cuenta con GPS integrado, por lo que si queremos hacer seguimiento de distancias recorridas será necesario salir con el smartphone, lo que puede ser un inconveniente para algunos.
El reconocimiento automático de actividad física recibe el nombre de SmartTrack y está diseñado para medir natación, corridas, salidas en bicicleta u otras actividades de forma automática y muy precisa, quedando registrado en la aplicación de nuestro smartphone de manera inmediata. También existe la posibilidad de iniciar una actividad de forma manual a través de la pulsera, permitiendo desde la aplicación Ejercicio medir trabajos anaeróbicos, como puede ser el levantamiento de pesas.
Por otra parte, a través de la pulsera, también podemos seleccionar de forma manual uno de los ejercicios que estamos realizando, pudiendo seleccionar entre Correr, Bicicleta, Nadar, Trotadora, Pesos o Entrenamiento de intervalos, pero para decir verdad, el Charge 3 es un dispositivo pensado en que te lo coloques y no tengas que preocuparte de hacer algo de forma manual.
Como no podía ser de otra forma, gracias al monitor de ritmo cardíaco ubicado en la parte posterior y la tecnología de Fitbit, el Charge 3 es capaz de medir nuestras horas de sueño y la calidad de este de manera muy eficiente.
Tan solo tenemos que dormir con la pulsera y Fitbit hará el resto, al igual que con la medición de actividad física. Resulta bastante sorprendente que la pulsera detecte de forma exacta la hora en que nos fuimos a dormir y la hora en que despertamos, siendo totalmente preciso durante todos los días.
En la aplicación de Fitbit tenemos la posibilidad de ver la calidad del sueño, ya que nos gráfica con porcentajes, si éste fue un sueño ligero, profundo, REM o si estuvimos despierto durante algunos minutos. Por ejemplo, algunas noches me he despertado debido a un zancudo –maldito zancudo– y en la app esto queda registrado.
Por último, el Charge 3 también es capaz de programar alarmas, que no nos despertará con un sonido, sino que gracias al buen motor de vibración en su interior.
De la aplicación de Fitbit no hablaré en profundidad nuevamente porque ya lo hemos hecho en anteriores reviews de dispositivos de Fitbit, pero lo que si te puedo asegurar es que la empresa la sigue mejorando día a día.
El diseño sigue siendo el mismo, con el panel de Fitbit como protagonista, mostrándonos todos nuestras estadísticas de nuestros distintos dispositivos en el mismo lugar. Cada apartado contiene información detallada de nuestra actividad física. En la parte superior tenemos nuestro resumen diario de pasos, calorías minutos de actividad, distancias recorridas, calorías quemadas y plantas (pisos) subidos, para luego mostrar nuestro resumen del sueño, actividad cardiaca, peso, ejercicio y por supuesto nuestra alimentación.
Cabe destacar que cada apartado contiene gráficos comparativos con toda la información recolectada desde que empiezas a utilizar el Charge 3 o cualquier otro wearable de la empresa y esto permite que sea fácil llevar seguimiento de tu progreso.
En las otras pestañas de la aplicación tenemos desafíos, el excelente servicio de pago Fitbit Coach y comunidad, en donde podremos compartir nuestro resumen de actividad física con amigos que también posean un dispositivo de Fitbit.
Es compatible con Android, iOS, e increiblemente, Windows Phone.
Gracias a su nuevo diseño con pantalla OLED táctil, la forma en que usamos el Charge ha cambiado completamente. Llega a sorprender lo ambicioso que es respecto a acercarse a un smartwatch, pero la verdad es que es bastante simple.
Toda la interfaz es de color negro, haciendo uso de una escala de grises por toda la interfaz, por lo que nunca se muestran colores. El botón lateral nos permite ir atrás en cualquier pantalla que estemos, y si estamos en la pantalla principal –la que muestra el reloj– ésta se apagará.
La navegación es bastante simple, si deslizamos hacia abajo desde la pantalla principal, podremos ver las notificaciones de nuestro teléfono de las aplicaciones que nosotros elijamos, pudiendo incluso responder mensajes de WhatsApp con mensajes predeterminados. El Charge 3 vibrará cada vez que nos llegue una nueva notificación. Fitbit también ha asegurado que podremos contestar o rechazar llamadas desde la pulsera, pero a día de hoy aún no es posible ya que no ha llegado dicha actualización.
Si deslizamos hacia arriba, tendremos acceso a todas nuestras estadísticas de actividad, como los pasos, calorías quemadas, horas de sueño, alimentación o ritmo cardíaco, entre otras, aunque si queremos mayores detalles tendremos que ir a la aplicación de nuestro teléfono.
Al deslizar a la derecha no ocurre nada, mientras que si deslizamos a la izquierda llegaremos a las aplicaciones, las cuales por ahora están bastante limitadas pero Fitbit nos ha señalado que pronto habrá soporte de terceros para más aplicaciones. Las aplicaciones que tenemos son las esenciales para una pulsera de este estilo, y la verdad es que es todo lo que se necesita, tanto si lo utilizas para realizar actividad, o en mi caso, para hacer clases.
Las aplicaciones disponibles son las siguientes: Ejercicio (para iniciar de forma manual una actividad), Relajación (que nos permite mejorar nuestra respiración basándose en nuestro ritmo cardíaco), Temporizadores, Alarmas, Clima y Ajustes.
Me gustaría destacar que si bien se agradecen los esfuerzos de Fitbit en mejorar y acercar la gama Charge a los smartwatch, como Versa o Ionic, el usuario que realmente quiere esas funciones, va directamente a comprar un smartwatch. El Charge 3 es una pulsera de medición que con tan solo ponértela empieza a medir la actividad, sin tener que hacer ningún paso extra ni preocuparnos de iniciar o terminar actividades. Las aplicaciones de terceros no son para nada necesarias y con el sistema de notificaciones implementados y la carencia de poder contestar llamadas (al momento de publicar el review) se siente como si el Charge 3 estuviera aún en proceso de pruebas.
Por último, después de 3 años, sería genial que Fitbit integrara sus medidores con las aplicaciones por defecto de los sistemas operativos más populares, hablo de Apple Health y Google Fit, para poder sincronizar lo que medimos a diario a través de la pulsera con todo nuestro ecosistema, sin depender de la aplicación de Fitbit en demasía. Esto permitiría, por ejemplo, llevar las mediciones de Fitbit a aplicaciones como Pokémon GO.
Un punto en el que siempre destaca Fitbit, es en la autonomía de sus dispositivos. El Charge 3 promete una autonomía de hasta 7 días de duración y en un mundo en donde los fabricantes no suelen cumplir sus estimaciones, Fitbit si que lo hace.
He probado el Charge 3 durante ya tres semanas y éste ha cumplido con creces las estimaciones de la empresa, aunque con anteriores medidores de la empresa he logrado sobrepasar las estimaciones de batería que nos señalan, con el Charge 3 tendrás con toda seguridad una semana de batería. El consumo es de al rededor de un 15% diario y obviamente dependerá de cuanto lo utilices para la sincronización de notificaciones, las cuales yo solamente activo durante clases o fiestas.
Aunque debo destacar que esta destacable duración de batería tiene un contra, es tanto lo que dura que se me ha olvidado cargarlo en el día de un concierto y me he quedado sin batería en pleno recital, pero por supuesto, mala mía.
El método de carga continúa siendo un cable tipo «clip» que se engancha a la parte posterior del Charge 3 para hacer calzar los pins, y el cable de carga es bastante corto y resulta un poco incomodo cargarlo, pero nada de que preocuparse. Carga bastante rápido, demora al rededor de 1 hora y 15 minutos en estar al 100%, por lo que te recomiendo cargarlo antes de dormir para no perder registro de la medición del sueño.
No cabe duda que estamos ante una gran pulsera de medición de actividad física, que prácticamente cuenta con todo lo incluido en el Versa en un cuerpo bastante más pequeño, por lo que podremos realizar gran parte de nuestras mediciones de manera muy práctica y sin siquiera preocuparnos de hacer algo para realizarlo.
La inclusión de notificaciones, la posibilidad de responderlas y la integración de aplicaciones es muy bienvenido, resulta bastante útil poder leer con un vistazo a nuestra muñeca lo que nos han dicho a través de WhatsApp, tal y como sucede con Wear OS o el Apple Watch, pero el resultado no tan agradable en una pantalla tan pequeña, y es este también, el principal problema del Charge 3.
Esta ambición por acercarse al mercado de los smartwatch lo pone en una situación compleja, ya que no es un smartwatch, sino que un medidor de actividad física que intenta acercarse a ellos. La gente que quiere un medidor de actividad física no quiere un smartwatch, y yo hubiese preferido que incluyan un chip GPS en su interior para no tener que depender de nuestro smartphone para realizar mediciones de distancias, a recibir notificaciones en la pulsera.
El Charge 3 es, sin duda, el mejor monitor de actividad física que alguna vez haya lanzado Fitbit, cuenta con un diseño espectacular, una pantalla que se ve muy bien en cualquier condición de luz, batería para toda una semana, medición de actividad y sueño envidiable, una aplicación muy intuitiva y bien diseñada, pero que lamentablemente, debido a su ambición por tener características de smartwatch, está compitiendo en un mercado en el que solo compite con la misma Fitbit.
El Fitbit Charge 3 ya se encuentra disponible en tiendas Falabella, Sparta y E-Best en colores negro grafito y gris azulado a un precio de CLP $139.990 para la versión Core, con correa de plástico clásica, y de CLP $159.990 para la Special Edition, que viene con una correa textil o deportiva, sumado a la inclusión de Fitbit Pay, el método de pago móvil de la empresa, que por ahora no funciona en Chile.
Las correas deportivas tienen un precio de CLP $26,990, mientras que las correas textiles tienen un precio de CLP $31,990.