Probamos la cámara full-frame más compacta que ofrece Sony actualmente: la a7C II, y estas son nuestras impresiones.
La Sony A7C es un modelo super interesante, pues llegó hace casi 4 años con una propuesta basada en ofrecer una experiencia full-frame con un cuerpo y diseño extremadamente compacto, acercándose más a la gama compacta de la firma nipona (las a6000) que a las A7 convencionales.
Esta propuesta recién se renovó casi a finales del año pasado, en donde vimos la llegada de su segunda generación, la A7C II, que además vino acompañada de un modelo pensado en los usuarios más “pro”, que buscan mayor resolución en sus fotos: la A7C R.
No obstante, el modelo que nos convoca hoy es el primero: la A7C II. Con prestaciones renovadas y un interesante formato, ¿será esta la mejor opción de gama de entrada con sensor full-frame del mercado? Veámoslo en el siguiente review:
La Sony a7C viene a ser el modelo compacto de la familia de cámaras full-frame de la marca, lo cual siendo sinceros no dice mucho, porque estos equipos Sony casi siempre han sido más compactas que sus contrapartes de Canon y Nikon.
Esta cámara adopta un formato tipo rangefinder, en donde el visor está a un costado del chasis, lo cual permite reducir la altura efectiva del equipo. Como referencia, el resto de los modelos de la gama a7 (y la gran mayoría de las cámaras con sensor de tamaño completo) utilizan el típico diseño tipo SLR, con el visor levantado en la parte central del cuerpo.
Sus dimensiones son de 124.0 x 71.1 x 63.4 mm, y su masa es de 514 gramos con la batería y la tarjeta de memoria incluida. El chasis está construido principalmente de una aleación de magnesio, aunque está un acompañado de un par de partes plásticas. Nada terrible a mi parecer, considerando el tipo de cámara y precio que tiene.
En cuanto a ergonomía, esta a7C II cumple adecuadamente. El agarre es bueno, pero nada sobresaliente, especialmente para quienes tenemos manos grandes, que muchas veces se nos puede quedar el dedo meñique en el aire por no tener espacio suficiente al agarrar la cámara.
Los botones y diales están muy bien ubicados, pero se le extraña un joystick o algo para seleccionar el enfoque y para navegar por los menús. La pantalla táctil no es muy cómoda para esta tarea, ya que muchas veces me pasó que tiende a generar toques falsos/involuntarios, cambiando el punto de enfoque a último momento.
Veamos a ahora lo que trae esta cámara:
Por atrás tenemos la pantalla táctil LCD (articulada) de 3 pulgadas y una resolución de 1.04 millones de puntos. Esta viene acompañada por el visor electrónico (EVF) en la parte izquierda del chasis, la cual es un panel OLED de 0.39 pulgadas con 2.36 millones de puntos y una tasa de refresco de 120Hz.
Por supuesto que también nos encontramos con toda la botonera para poder navegar los menús y configurar los parámetros. Aquí se destacan dos diales — una en la parte superior y otra que viene acompañado con los botones direccionales.
Por el frente tenemos la montura para lentes E junto con el botón que permite desmontarlos de la cámara, y sobre el grip, otro dial para ajustar los parámetros de la cámara. Luego, por el costado inferior de la cámara tenemos el slot para la batería y la montura (rosca) para montar un trípode.
En la parte de arriba tenemos la zapata para poner un flash, el obturador, un botón para grabar video, la rueda para ir rotando entre los modos de fotografía, y dos switch: uno para encender/apagar la cámara; y otro para cambiar entre fotos, videos y un modo para grabar timelapses y videos en cámara lenta.
Finalmente, por el costado izquierdo tenemos los distintos puertos que tiene la cámara, tales como un mini-HDMI, un jack de 3.5mm, un USB-C, y un único slot para tarjetas SD (UHS-II).
La Sony A7C II llega con importantes mejoras con respecto a su antecesor, aunque no son especificaciones particularmente nuevas. El sensor CMOS Exmor R de 33 megapíxeles y el procesador Bionz XR que tiene esta cámara provienen de la A7 IV, un modelo presentado a finales del 2021. Lo que sí es nuevo, es una unidad de procesamiento basada en inteligencia artificial que presta apoyo a distintos sistemas de la cámara.
También llega con un sistema de estabilización en el cuerpo (IBIS) de hasta 7 pasos, 759 puntos de autoenfoque, la capacidad de grabar hasta en 4K a 60 cuadros por segundo, un rango de ISO que va desde los 100 hasta los 51.200 (y es ampliable a ISO 50-204.800).
Nuestra unidad de prueba venía acompañada de un lente 50mm f/1.8 (modelo SEL50F18F), por lo que la gran mayoría de las fotos fueron capturadas con ese lente, aunque también la probamos brevemente con un Sigma 50mm f/1.4 Art.
Asimismo, todas las imágenes fueron capturadas en JPEG y RAW a la vez, pero todas las que verán aquí serán los archivos comprimidos directos de la cámara, sin ningún tipo de edición.
Como uno suele esperar de este tipo de cámaras — y muy particularmente de Sony —, la calidad de las fotos que entrega esta a7C II son excelentes.
Partiendo por los colores, aquí se puede destacar el buen balance que hay entre lo que es saturación y la intensidad de los tonos que se capturan. Esto se traduce en fotos con colores vívidos y “bonitos”, pero sin que se vean excesivamente procesados (saturados) — es decir, siguen una línea un poco más realista.
Por defecto los tonos cálidos tienden a predominar más en las fotos, pero esto obviamente se puede ajustar con el balance de blancos; y también existen una serie de perfiles de imagen que te permiten cambiar estos ajustes rápidamente.
La segunda parte de esta ecuación está por el lado del detalle y la nitidez de las fotos.
El sensor de 33 MP es un muy buen punto medio entre calidad de imagen y rendimiento. Para la gran mayoría de las personas es una resolución más que suficiente para capturar harto detalle sin tener que sufrir los dolores de tener un sensor de muy alta resolución — tales como la mayor cantidad de ruido o el tamaño excesivo de los archivos finales.
El rango dinámico es muy bueno. En casi todos los casos logra exponer correctamente una toma; mientras que el sistema de estabilización ayuda a tener buenas fotos aún cuando la luz es baja. Y ya que hablamos de eso, aún cuando no tengamos un lente muy luminoso, las fotos debieran salir con muy poco ruido a pesar de usar un ISO relativamente alto.
El sistema de autoenfoque es excelente. ¿Se acuerdan de ese procesador con IA? El principal beneficiado por esto fue el autoenfoque, que junto a sus 759 puntos de enfoque, obtenemos un sistema super rápido y confiable, incluyendo para lo que es el reconocimiento de subjetos u objetos. De noche le cuesta un poco más, pero sigue siendo bastante bueno.
En lo que respecta a este apartado, la Sony A7C II es capaz de grabar en 4K a 30 cuadros por segundo, o bien, en 4K a 60 cuadros por segundo, pero con un crop bastante considerable al sensor (de 1.5x aproximadamente). En Full HD, esta cámara puede grabar hasta 120 cuadros por segundo, que es para el modo cámara lenta.
El manejo de los colores es un tema interesante. En el modo 4K 30p se puede grabar video de 10-bit, lo cual en simple significa que es capaz de capturar mucho más color que su predecesor (el cual grababa en 8-bit). Ahora, en la práctica no es algo que necesariamente se note a simple vista, a menos de que te dediques a la edición de videos.
De igual forma, tenemos una buena variedad de configuraciones, incluyendo la posibilidad de seleccionar distintos LUTs (perfiles de colores), y la posibilidad de grabar en S-log3, lo cual flexibiliza el proceso de ajustes de colores y exposición en post-producción.
Los videos en general están bien, más allá de que tenemos un recorte al sensor cuando grabamos a resolución y framerate máximo, no hay mucho que reprocharle. El video se ve excelente en todas las resoluciones disponibles, con un muy buen nivel de definición aún en situaciones de muy baja luz — aunque en este caso también depende mucho del lente que estemos utilizando.
El audio proveniente del micrófono de la cámara se queda algo corto, de hecho podrán notar que el volumen se escucha super bajo, y el viento afecta rápidamente la calidad, por lo que lo más recomendable es utilizar un micrófono externo. Por el lado de la estabilización si que no hay quejas, gracias al sistema de estabilización que viene en el cuerpo obtenemos videos con muy poco movimiento y ajetreo .
Los videos a continuación fueron grabados en S-log3 (por eso los colores se ven levemente apagdos), y posteriormente reprocesadas en Da Vinci Resolve aplicando el LUT Rec.709 de Sony:
En simple, esta cámara cumple con lo básico para video. Para el aficionado es más que suficiente, pero para alguien que desee algo más potente en este aspecto, existen otros modelos de la familia Alpha para esas tareas (tanto dentro como fuera de las a7).
En el ámbito del software tenemos novedades. Esta a7C II incorpora un leve lavado de cara en la interfaz que utiliza, lo cual es una muy buena noticia, porque no siempre ha sido muy bueno.
Todo está levemente más simplificado, y está más orientado para que pueda ser utilizado tocando la pantalla. Hay más colores y gráficas que te indican en qué tipo de menú o configuración estás. En fin, es una experiencia de uso mucho mucho más agradable, y por sobretodo, mucho menos frustrante que antes.
La pantalla táctil LCD se ve bien, y el nivel de brillo que tiene es adecuado, aunque creo que la resolución es un poco pobre. Esto se compensa con el visor electrónico, que con su panel OLED, mayor resolución y tasa de refresco comparada a la pantalla de afuera, otorga una excelente experiencia de visualización.
Como mencioné antes, mi única queja — que bien puede ser un problema mío — va por el lado de los toques involuntarios que uno puede hacer. Me llama la atención la cantidad de veces que me ocurrió eso cuando quería utilizar el visor, y no sé si atribuirlo a la forma en que sujeto la cámara o al sensor que deshabilita la pantalla táctil cuando uno se acerca.
El rendimiento es bueno, tanto en lo que respecta al movimiento dentro de la interfaz, como las capacidades de la cámara en general. El autoenfoque es rápido — ya hablamos de eso —, y esta cámara es capaz de tomar hasta 10 fotos por segundo, lo cual es el estándar dentro de este segmento.
Para cerrar, hablemos sobre la autonomía de esta cámara.
Sony asegura unos 530 a 560 disparos, o entre 100 a 105 minutos de grabación de video, que en mi breve experiencia concuerda con lo prometido. Esta duración está más que bien, y lo otro bueno es que no es necesario utilizar un cargador de batería externo para esa tarea, ya que se puede cargar utilizando un cable USB-C conectado directamente a la cámara.
La Sony A7C de segunda generación tiene muy buenas credenciales para posicionarse como una de las mejoras cámaras full frame de entrada.
La combinación del hardware con las distintas funcionalidades que ofrece, más su tamaño compacto, la hacen una cámara buenísima para viajes o para tomar fotos más casuales, de paisajes, retratos, etcétera. En prácticamente todos los puntos cumple satisfactoriamente, y no tiene verdaderos puntos flacos.
Es una cámara muy versátil, aunque ojo, siempre y cuando nos mantengamos en el ámbito más amateur de la fotografía. Porque si buscas algo más “pro”, probablemente te quedes algo corto. Cosas como la falta de un segundo slot para tarjetas SD o que la ergonomía no sea necesariamente la mejor le pueden jugar en contra para fotos en matrimonios o en eventos deportivos.
Dicho esto, ¿vale la pena? Absolutamente. Si es que buscas dar el salto de una cámara con sensor APS-C a una full-frame, y no realizas trabajo “profesional” de fotografía, es un sí absoluto. Es una muy buena proposición en relación calidad-precio, especialmente si vienes de otros modelos Sony que utilicen la montura E.
Ahora, si ya tienes una a7C de generación anterior, u otro modelo de la familia a7 que sea relativamente reciente, muy probablemente no valga la pena actualizar a este modelo, porque no son tantas las mejoras que trae — especialmente considerando que es muy similar en especificaciones a la a7 IV de hace tres años atrás.
La Sony a7C II está disponible para su compra en nuestro país a través de la página de la compañía. Su precio es de CLP $2.319.989 (solo el cuerpo), y está disponible en colores negro y gris.