Sony nos ofrece completo rediseño en los WH-1000XM5, pero con algunos sacrificios.
Como ocurre con cualquier secuela de un producto sobresaliente, es imposible no comparar a los nuevos WH-1000XM5 con sus predecesores M4 para darnos cuenta del avance a nivel de diseño que han tenido.
Con esta nueva versión se han refinado algunos aspectos, pero lo más evidente es que los audífonos premium de Sony han dado un salto en su estética para acercarlos a otros audífonos que han optado por la estilización, como los AirPods Max y los Bose 700.
Eso sí, si es que has sido usuario de esta línea, dejame decirte que hay un par de detalles importantes a considerar si quieres dar el salto. ¡Vamos con el review!
Desde el momento en que sacamos los audífonos de la caja, nos podemos dar cuenta que el rediseño de los 1000XM5 es total, desde la forma de los audífonos, hasta su estuche. Incluso ahora el material ha sido cambiado para seguir con el aspecto sustentable que la empresa ha establecido con sus últimos lanzamientos, utilizando cuero vegano y plástico reciclado (¡y un empaque reciclable!).
Los audífonos están fabricados en color negro o plata, con el mismo acabado mate que nos presentaron en los M4, pero con una apariencia minimalista y limpia, sin las grietas en el diseño que hacían a las versiones anteriores, plegables. A pesar de los cambios, el peso se queda en 250 g.
El tamaño de los cascos es un poco más grande que antes, mientras que el diseño de la banda de la cabeza es ligeramente más delgado y a diferencia de sus predecesores, se extiende y contrae de forma suave, igual como lo hacen los AirPods Max o los 700 de Bose.
Son muy cómodos y ningún problema para usarlos durante todo un largo día, a menos que llueva claro, porque los XM5 no son resistentes al agua. También me ha gustado mucho el cuero que se ha utilizado porque es más agradable al tacto que antes.
El avance a nivel estético es notable, pero si vemos el lado negativo, hay que decir que hay gente que prefiere que los audífonos se puedan plegar, porque de esta forma es más fácil transportarlos. Esto ha generado que el estuche para guardarlos aumente de tamaño y que ocupen más espacio en una mochila, pero el diseño del estuche también está más cuidado que antes, y ahora incluso le han copiado a Bose con el uso de un imán en el interior.
Respecto al hardware, en el lado derecho tenemos el botón de encendido, el botón para cambiar entre la cancelación de ruido y el modo transparencia, y la esencial salida de 3.5mm para conectarlos por cable. En el izquierdo está el puerto USB-C y el panel táctil para controlar la reproducción, el volumen e invocar al Google Assistant (o sus amigas Siri y Alexa). La gran ausencia es el sensor NFC que permitía emparejar muy rápido los audífonos, pero Fast Pair lo soluciona, en cierta parte.
Pero sin lugar a dudas, el cambio que más podrás notar si decides dar el salto desde versiones anteriores, es la presencia del doble de micrófonos, que ayudan a mejorar muchísimo la cancelación de ruido –porque básicamente, los dos procesadores que hay en el interior reciben el doble de información–. En total son 8 los micrófonos integrados, los que además mejoran mucho la calidad de las llamadas.
La cancelación de ruido que ofrece la serie WH-1000X siempre ha sido una de las mejores de la industria y este nuevo modelo no hace más que mejorarla.
En el interior de los audífonos hay dos procesadores –los QN1 y V1– que adaptan la cancelación de ruido dependiendo del uso del usuario y del sonido ambiental en el que se encuentre. La cancelación de ruido es ligeramente mejor que la versión anterior, esto si consideramos los sonidos con frecuencias más altas, como las voces o los sonidos de martillos en las construcciones. Con el transporte público o el sonido dentro de un avión, es decir, frecuencias bajas, la experiencia sigue siendo la misma.
Un detalle menor es que el nuevo diseño de los audífonos ha permitido mover los micrófonos de posición, por lo que con este modelo el aire acondicionado que viene desde arriba no interfiere con la cancelación de ruido. Esto antes provocaba un fuerte sonido ya que el viento impacta directamente en los micrófonos y era muy incómodo con los modelos anteriores.
Pero más allá de eso, prácticamente no tenemos novedades en la funcionalidad de los audífonos respecto a los XM4, es decir, tenemos el control de sonido adaptativo, hablar-para-chat, el Asistente de Google integrado y una aplicación bien completa.
Pero hay un detalle que me ha gustado mucho y es que los sonidos de sistema ahora son unas agradables guitarras –en vez del pitido clásico– y además, los audífonos responden mucho más rápido a lo que hagamos, lo que mejora notablemente la experiencia de usuario.
Por ejemplo, al usar hablar-para-chat, el audífonos no tarda absolutamente nada en activar el modo transparencia con enfoque en voces, algo que con los XM3 podía tardar un par de segundos, perdiéndote en la conversación con una asistente de vuelo en un avión. Detalles pues.
Lo que aun no puedo creer, es que Sony, fabricante de PlayStation, aún no haga compatibles sus audífonos premium con la PS5. Por favor, que ganas de jugar con estos audífonos porque la cancelación de ruido genera mayor inmersión, pero es imposible.
La app sigue con un diseño un poco antiguo a estas alturas –como el diseño de Android 9.0–, pero a pesar de eso, han habido muchas mejoras a nivel de funcionalidad.
Ahora se nos permite reconocer la ubicación en la que estamos para adaptar el sonido a ese lugar, por lo que podemos tener un control de sonido determinado para la oficina, mientras que en la casa el control de sonido puede ser otro, como una cancelación de ruido un poco menor para poder escuchar si el perro ladra.
Lo anterior se suma a los controles que ya existían, que cambiaban la cancelación de ruido dependiendo si estamos caminando, trotando o en un transporte público, pero ahora hay un abanico de posibilidades más amplio para que cada usuario pueda personalizar la experiencia a su pinta.
Por último, en la app se puede elegir con mayor facilidad los dos dispositivos conectados simultáneamente y también se puede llevar un seguimiento de nuestro hábito de escucha, para determinar si nos estamos haciendo daño con los decibeles y el tiempo de uso.
Al interior de cada casco dice presente una nueva unidad de diafragma –el bien llamado driver— de 30 mm que está fabricado en fibra de carbono para mejorar la sensibilidad a frecuencias altas. Los bajos se escuchan excelente y las frecuencias medias y altas se escuchan con un detalle envidiable. Un manjars para los oídos.
Cabe destacar que el driver de los modelos anteriores era de 40 mm, pero obviamente eso da lo mismo y suenan increíble, fácilmente se puede decir que estos son los audífonos que mejor suenan para usuarios Android (porque del otro lado también están los AirPods Max), pero eso también se podía decir de los XM4.
Al igual que las versiones anteriores, obviamente los audífonos son compatibles con el códec LDAC propio de la empresa japonesa, que permite ofrecer Hi-Res Audio al estar conectados a través de Bluetooth, que seguramente sea la forma más conveniente de usarlos. Además pueden optimizar los archivos digitales de música comprimida haciendo uso de inteligencia artificial gracias al DSEE Extreme. Estas opciones se pueden configurar en la aplicación de Sony, ya que no están activas por defecto.
360 Reality Audio sigue estando disponible, aunque de los servicios compatibles con la tecnología, el único disponible en nuestro país sigue siendo Tidal y la cantidad de personas que le termina sacando provecho es muy baja, porque dicho servicio sigue siendo muy caro.
Y como ya les comentaba, la presencia del doble de micrófonos marca una gran diferencia a la hora de realizar llamadas, reduciendo notablemente los sonidos ambientales y ofreciendo una voz mucho más clara, a la hora de hablar por teléfono o por videollamadas. La diferencia se nota y mucho, tanto así que mis XM3 parecen un chiste al lado de nuestro protagonista.
En ninguno de los audífonos over-ear con cancelación de ruido que he probado la batería ha sido un problema porque hay suficiente espacio para una de suficiente capacidad, incluso para largas sesiones de cancelación de ruido. Y claro, en los XM5 tampoco lo es.
Sony señala que la duración de la batería es de 30 horas –40 sin cancelación de ruido– y la verdad es que los cumple sin problemas. He hecho un viaje en avión con los audífonos puestos por 10 horas y la batería ha quedado en 70%. Luego he tardado una semana en dejarlos en 30% con bastante uso diario.
Y en caso de que se te olvide cargarlos, esta nueva versión incluye soporte para carga rápida en su puerto USB-C, que te dará un par de horas de reproducción con tan solo 3 minutos de carga. El cargador no se incluye en la caja, pero cualquier adaptador compatible con USB-PD sirve.
Sony ya nos tiene acostumbrados a que sus audífonos con cancelación de ruido sean sinónimo de calidad, por lo que no me cabe ninguna duda de que los WH-1000XM5 valen la pena, pero como casi siempre sucede, hay que considerar un par de cositas.
Está claro que son una excelente opción para cualquier usuario, porque tenemos un diseño muy bien cuidado, están fácilmente en el top 3 de la cancelación de ruido del mercado y además, son unos audífonos que suenan increíble y son muy inteligentes, con un montón de funciones y mejoras a nivel de experiencia de usuario, como el seguimiento de la salud de tus oídos y mejores sonidos de sistema.
Pero la cuestión es la siguiente, el precio es de CLP $399.990, bastante elevado si consideramos que los XM4, que ofrecen casi la misma experiencia, pero con el diseño plegable antiguo y la mitad de micrófonos, se puede encontrar por $219.990. Y en ese caso, no hay por donde perderse.