Las AI Factory son entornos operativos que convierten datos en modelos y modelos en decisiones automatizadas, con infraestructura acelerada y MLOps. .

AI Factory | Créditos: NVIDIA
La traducción literal de AI Factory podría hacer pensar que la inteligencia artificial se “fabrica”; sin embargo, el concepto va mucho más allá. Se trata de un modelo operativo que industrializa la creación, entrenamiento y despliegue de sistemas de IA a gran escala, funcionando como una línea de producción continua donde los datos se transforman en inteligencia aplicada:
En su núcleo, la AI Factory se asemeja a una fábrica industrial. Los datos son su materia prima; los algoritmos, las herramientas de procesamiento; y el resultado final es la inteligencia generada. Esta inteligencia se expresa en predicciones, reconocimiento de patrones y automatización de procesos, que permiten anticipar comportamientos, descubrir oportunidades y ejecutar tareas sin intervención humana.
Para entender el concepto, imagina que una panadería inteligente es una AI Factory, que convierte datos en conocimiento útil.
El proceso puede entenderse paso a paso:
El concepto de AI Factory fue introducido en 2020 por Marco Iansiti y Karim R. Lakhani de Harvard Business School, quienes describieron la empresa moderna como una fábrica de inteligencia sustentada en datos, algoritmos y ciclos de retroalimentación continua.
A partir de esa base teórica, Jensen Huang, director ejecutivo de NVIDIA, llevó la idea al plano industrial. En GTC 2022 propuso convertir los centros de datos tradicionales en AI Factories, donde la información se procesa y la inteligencia se produce como un bien manufacturado.
Esta visión tomó forma en Computex 2024, cuando NVIDIA presentó sus primeras colaboraciones con Foxconn en Taiwán, orientadas a desarrollar infraestructuras dedicadas a la producción de inteligencia artificial a escala.
Durante años, las organizaciones desarrollaron inteligencia artificial de manera artesanal, todos equipos aislados y avanzando sin un norte claro y ordenado:
La AI Factory reemplaza este enfoque fragmentado con un sistema estructurado que integra datos, algoritmos e infraestructura bajo un mismo flujo operativo.
Esta transición equivale a pasar de un taller experimental a una planta automatizada. Cada modelo deja de ser un prototipo único y se convierte en parte de un proceso repetible, gobernado y medible, donde la inteligencia se produce con consistencia y trazabilidad.
Una fábrica de inteligencia artificial se compone de cuatro pilares interdependientes que sostienen todo su funcionamiento:
El eje central que conecta estos componentes es MLOps, un conjunto de prácticas que automatiza todo el ciclo de vida de los modelos: desde la ingesta de datos hasta la monitorización y el reentrenamiento continuo. Sin MLOps, no existe una fábrica, sino solo un laboratorio costoso y limitado en escala.
MLOps es la integración de Machine Learning y DevOps que automatiza y optimiza el ciclo de vida de los modelos de aprendizaje automático, facilitando su desarrollo, despliegue y mantenimiento eficiente en producción.
La aparición de las fábricas de IA modifica la función tradicional de la infraestructura tecnológica. Deja de operar exclusivamente como un soporte informático y pasa a constituirse en un componente productivo del sistema, orientado a generar inteligencia y conocimiento de forma sostenida.
En el ámbito nacional, las AI Factories soberanas se configuran como una infraestructura estratégica equivalente a la energética o de telecomunicaciones, al garantizar que los países conserven dominio sobre sus datos, modelos y capacidades de cómputo, como lo es el caso de PatagonIA, la primera IA soberana de Chile.