¿Por qué nadie puede competir con WhatsApp?

Ayer les contábamos que WhatsApp ha llegado a la increíble cifra de 900 millones de usuarios activos, un número que parece inalcanzable para otras aplicaciones. Dentro de las alternativas, han aparecido algunas muy interesantes y que asomaban, en principio, como una amenaza para la compañía comprada por Facebook.

Telegram, un cliente muy completo -incluso quizás más que WhatsApp- fue el último gran competidor en entrar a la batalla. Su buen desarrollo, seguridad, el boca a boca y una que otra caída casual de nuestro protagonista, resultaron en que esta alternativa agrandara muy rápidamente su base de usuarios. En mayo afirmaron tener más de 60 millones de usuarios activos.

Así como Telegram, han aparecido muchos otros competidores que, en un principio, parecían una seria competencia, como Line, Kik, Viber o Hangouts. Ni esta última, creada por Google, logró tocarle un pelo.

Entendimos genio, pero ¿por qué?

La respuesta es muy clara, y es que todos los servicios antes mencionados se han esforzado por desplazar a WhatsApp agregando todas las características que carece este cliente de mensajería, y es eso mismo lo que las lleva a la perdición. WhatsApp sigue triunfando porque es simple.

Puede parecer algo incoherente, pero en la simpleza está la perfección, y eso en la compañía lo han entendido totalmente. Mientras en Telegram se preocupaban de conversaciones que se autodestruyen, soporte para gifs animados, stickers y bots, WhatsApp se preocupaba de que los mensajes se enviaran correctamente.

Telegram tiene un cliente de escritorio muy completo. Demasiado completo. Esto hace que el usuario promedio no se sienta atraído a el, por el solo hecho que tiene que descargar algo. WhatsApp probó algo muy simple, una versión web que te permite facilitar el chat mientras estás cargando el teléfono, por ejemplo.

Y eso es lo que hace que sea mejor

He ahí la cuestión. WhatsApp se ha vuelto un estándar en el mundo de la telefonía móvil, siendo quizás la primera aplicación que uno instala al adquirir un nuevo smartphone. Ha llegado al punto de ser instalada por personas que aún no entienden en plenitud todos los usos que se le pueden dar.

La compañía, que ahora pertenece a Facebook, ha tomado decisiones inteligentes y las ha aplicado como corresponde. Las llamadas a través de datos móviles son un ejemplo claro, y es que aún no han encontrado la manera correcta de que los usuarios se sientan comprometidos a usarlas, pero lo siguen intentando.

Pese a que muchos de nosotros tenemos críticas respecto a la app, realmente nos hemos vuelto dependientes de ella. Se ha vuelvo tan masiva, que tenerla es una verdadera necesidad. Y es por eso que WhatsApp sigue siendo el rey, y lo seguirá siendo. Tal como dije un par de párrafos atrás: en la simpleza está la perfección.