Los internos utilizaban el felino para transportar celulares entre el exterior y el recinto penitenciario.
Los gendarmes de un recinto penitenciario ruso detectaron un curioso método de sus prisioneros para ingresar objetos ilícitos al recinto: contrabando a través de un gato… si, un gato.
El felino fue interceptado en los alrededores de la cárcel, sorprendido con dos celulares y una tarjeta SIM adosados a su cuerpo.
La policía rusa sospecha que un ex recluso estaría detrás de este plan, sin embargo, casos similares ya se han replicado en otras cárceles de Rusia y el mundo. Por ejemplo, en Brasil, la policía sorprendió a un felino tratando de ingresar celulares, drogas e incluso ¡un taladro!
El gato contrabandista, como ha sido bautizado por diversos medios, fue liberado por la policía rusa, quedando claro que la mente criminal no tiene límites y que para conseguir su objetivo, recurrirá a lo que sea, hasta los animales.
Fuente: The Moscow Times.