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Entrevista a Los Leakenes, los estudiantes que crearon un sensor que detecta fugas de gas y ganaron un concurso de Samsung

Los Leakenes nos cuentan su experiencia y trabajo para llegar a construir un sensor que detecta fugas de gas, el que los llevó a ganar el concurso para estudiantes de Samsung.

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El año pasado un incendio cambió la vida de Millaray Gómez. La joven de 18 años vivió una enorme tragedia familiar que casi un año después buscó darle sentido a través de la ciencia. Así, junto a Darlyng Bustamante y Cristóbal Cheuquel decidieron crear Los Leakenes y competir en el Samsung Solve fot Tomorrow. Concurso que en la versión de este año reunió a más de 1.200 estudiantes que compitieron por crear soluciones comunitarias.

Millaray y Cristóbal son alumnos del Colegio Bernadette College de Santiago, donde han contado con el apoyo total de su tutora Liliana Gutiérrez. De hecho, Cristóbal ya había concursado en la versión del año pasado, pero no logró llegar a las instancias finales, al igual que Millaray que trabajaba en un proyecto aparte.

La tutora logró unir en un sólo equipo a ambos estudiantes, al que luego se sumó Darlyng. La joven, también de 18 años, es parte de otro establecimiento, pero es compañero de preuniversitario de Millaray. «Creo que los profesores estamos capacitados para trabajar con todos los estudiantes de todos los colegios, y motivarlos como profesora e invito a los colegas que hagan eso y fortalecer las fortalezas científicas de nuestros estudiantes», señala orgullosa Liliana, quien es profesora de ciencias y encargada de los talleres de esa rama en el establecimiento.

Sus historias

Las ciencias no son un tema nuevo para ninguna de las y el integrante de este equipo. Millaray partió desde pequeña participando en concursos y ferias científicas de este estilo. «Siempre me interesó mucho el cambio climático, el planeta donde vivo. Mi papá me lo inculcó desde chiquitita ‘tú tienes que generar ideas, cambios para que esto funcione o sino no pasa nada’ «, cuenta la joven desde un laboratorio de su colegio.

Darlyng asegura que siempre le han gustado mucho la biología, por lo mismo conoció a Millaray y comenzaron a hablar sobre ciencias. «En segundo medio me metí a una academia de biotecnología y ahí trabajamos haciendo un detector de drogas y como que me empecé a meter más en temas de proyectos», relata la estudiante mientras deja en claro que la motivación de participar en estas instancias es por el trabajo en sus proyectos y no por premios o el reconocimiento como muchas personas desconfían de los concursos científicos.

Liliana, Millaray, Darlyng, Cristóbal y Tomás

En otra línea, pero siempre ligada a las ciencias, está Cristóbal. El joven de 18 años espera seguir en el área, pero dedicarse a la Ingeniería en Informática, carrera a la que espera entrar próximamente. En el caso de Millaray, la estudiante confiesa que sus intereses han cambiado, más después del proyecto. «Siempre quise estudiar medicina. Pero uno va cambiando de opinión y me gustaron otras áreas, como obstetricia, pero ahora con esto del proyecto me está llamando mucho el área del emprendimiento. Ayudar a otros jóvenes a emprender, a emprender yo misma y a buscar nuevas posibilidades y nuevos caminos», explica Millaray.

Darlyng tiene las cosas más definidas: la medicina sigue siendo su objetivo. «Eso es lo que más me gusta, de hecho, ahora pienso hacer un bachillerato en ciencias de la salud para ahí pasar a medicina», señala bien segura la estudiante.

El proyecto

A pesar de que en tercero medio participaron en proyectos similares, en mayo de este año, Los Leakenes se reunieron. En medio de la pandemia, los estudiantes, que estaban acompañados de la tutora, comenzaron a presentar ideas sobre su proyecto, así es como surgió la propuesta de Millaray a partir de lo que había ocurrido con su familia. «Este proyecto nace desde la necesidad de darle sentido a una perdida familiar», explica la misma adolescente.

La profesora Liliana fue la encargada de dar los primeros pasos del proyecto, ya que era ella quien iba a comprar los materiales, al establecimiento y les enviaba videos a las jóvenes. Dos semanas antes de la final, y cuando recién se pudieron juntar, el grupo recibió la ayuda de Tomás, miembro del equipo del concurso.

Junto al profesional, hicieron un gran cambio a la estructura y funcionamiento de su proyecto. «Fue muy drástico (el cambio), pero funcionó», asegura Millaray. Su innovación nació como una caja que integraba el sensor que detectaba la serie de gases que podían estar en el ambiente ante una fuga.

«Es básicamente un sensor que capta ciertos gases que son peligrosos y cuando se detecta uno de esos gases, se enciende un LED y emite un sonido fuerte. Esta es la versión más portable que es con batería y todo, que era con cable», explica Cristóbal el primer prototipo que crearon de su innovador proyecto.

En la búsqueda de mejoras del primer prototipo, es que hicieron el cambio hacia una ampolleta. «Queríamos que funcionara con energía, a un enchufe, pero nos dimos cuenta de que los enchufes están a ras de suelo y el gas al ser más liviano que el aire, sube. Entonces dijimos una ampolleta va a cumplir la función mucho mejor», detalla los cambios Millaray.

Los siguientes pasos

Pero los planes de Los Leakenes no terminan en este concurso. En primer lugar, quieren patentar su proyecto, el que se transformó en su acción a corto plazo, asegura Cristóbal. «A largo plazo queremos que todos los hogares que entrega el Estado o fundaciones ya vengan con el led detector», agrega el joven.

A pesar de que son conscientes de que todas las casas lo necesitan, Millaray asegura que «las casas de los abuelitos, de las personas con Alzheimer puedan tener nuestro led detector en sus casas funcionando. El peligro más que nada lo corren ellos en mayor alcance».

«Nosotros tenemos esa proyección, queremos patentarlo y como decía Cristóbal, llevarlo a fundaciones», sentencia Darlyng.

El rol de las ciencias y de las mujeres en estas

Liliana Gutiérrez es quien dirige los talleres de ciencias en el Colegio Bernadette College, donde participan desde párvulo hasta estudiantes grandes como Millaray y Cristóbal. La profesora es enfática en valorar el rol de las ferias científicas y de instancias similares.

La docente espera que todo lo relacionado tuviera avances y no retrocesos. «Tenemos excelente potencial de estudiantes, doctorados y magister, que por qué tienen que irse a fuera cierto a apoyar otros grandes proyectos científicos, por qué no generarlos aquí», señala Liliana.

La misma profesora asegura que en los próximos años seguirá potenciando los talleres que hasta ahora realiza, esperando que el retorno al 100% de presencialidad le permita ir probando diferentes proyectos.

El concurso de Samsung y País Digital exigía entre sus bases, que los equipos estuvieran tuvieran al menos una mujer. En la versión de este año, la participación femenina llegó a un 57%, lo que ven con esperanza Millaray y Darlyng, «tenemos toda la fe y todas las ganas de que esto ya no sea un requisito y que las mujeres nos tomemos estas áreas y que las niñas lo podamos hacer, lo logremos, porque tenemos las mismas condiciones que nuestros compañeros».

«Todos podemos hacer ciencia, no hay que hacer esta distinción entre los géneros», sentencia Millaray destacando el trabajo en equipo del que también forma parte Cristóbal, el único hombre del grupo.

Sin importar género, las ciencias es lo que más destacan todos quienes participaron en este equipo. «Costó mucho abrir las puertas, hay que lugar por no cerrarlas. No retroceder, tenemos que avanzar», concluyen dos de las integrantes de este grupo que accedió a esta entrevista a días de haberse quedado con el primer lugar de este importante concurso.

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