La inteligencia artificial (IA) es la moda del momento. Y gran parte de la culpa la tiene OpenAI con su producto ChatGPT. Ante tanto hype, era de esperarse el toparse con trabas y medidas.
Hace unas semanas ChatGPT sufrió un bloqueo en Italia. Supuso el primer «encontronazo». Bueno, al menos el primero en Europa. Casos aparte son China, Rusia, Corea del Norte e Irán. Allí estuvo prohibido desde el inicio. Y de hecho esos países manejan una organización diferente.
Pero volvamos a Europa. Ahora es Alemania quien comenzó una investigación hacia ChatGPT. Quiere comprobar si existe alguna posible infracción del Reglamento General de Protección de Datos (GPDR, por sus siglas en inglés).
Al respecto, Marit Hansen, comisaria del Estado de Schleswig-Holstein, dijo: «Le estamos pidiendo a OpenAI información sobre cuestiones que se derivan del Reglamento General Europeo de Protección de Datos». Se pretende estudiar el impacto de esta herramienta en la protección de datos. También se espera conocer «si los riesgos de protección de datos están bajo control».
ChatGPT todavía funciona en Alemania. Esta es la principal diferencia con Italia. OpenAI debe responder ciertas cuestiones. La empresa tiene como fecha límite el 11 de junio próximo. La compañía tendrá que describir cómo se usan los datos de los europeos. Además, requieren detallar cómo pueden modificarse dichos datos. Lo anterior deviene por si se presentara algún error.
Por otra parte, hay otros territorios en donde ChatGPT también es puesta en duda. España abrió una investigación. Lo hizo para evaluar el impacto de la plataforma en la protección de datos. Incluso, hasta la propia Unión Europea (UE) como organismo realizó una acción similar. La UE analiza aplicar de forma conjunta la ley de protección de datos.
