TP-Link cuenta con un control del 65 % del mercado de routers en Estados Unidos y ahora enfrenta serias acusaciones sobre vulnerabilidades en sus dispositivos que habrían sido utilizadas por hackers chinos para realizar ataques en territorio estadounidense. La investigación, liderada por los departamentos de Comercio, Defensa y Justicia, refleja la gravedad del caso, y podría derivar en restricciones comerciales similares a las impuestas anteriormente a Huawei.
En respuesta a las acusaciones, TP-Link ha asegurado que sus productos cumplen con los estándares de seguridad de la industria. Sin embargo, la investigación ya ha tenido un impacto en la percepción pública y podría afectar su dominio en el mercado estadounidense, especialmente si se confirma que sus dispositivos representan un riesgo para la seguridad de redes privadas y gubernamentales.
Con una posible resolución en 2025, el caso coincide con un contexto político tenso, marcado por la posible vuelta de Donald Trump a la presidencia y su historial de restricciones a empresas chinas. Si se implementa un bloqueo, TP-Link enfrentaría desafíos similares a los que forzaron a Huawei a reinventar su modelo de negocio tras sanciones internacionales.
La investigación también pone de relieve las crecientes tensiones tecnológicas entre Estados Unidos y China, y podría tener repercusiones globales para TP-Link, dada su posición destacada en mercados como Europa. Mientras tanto, el mundo tecnológico sigue de cerca los resultados de este caso que podría redefinir el panorama de redes y seguridad en el ámbito internacional.
