La línea de los MacBook Pro han tenido sus altos y bajos. Y desde hace varios años han tenido más de algún problema. Desde fallas en la capa antirreflejo, pasando por el desasotroso rediseño del teclado hasta problemas de sobrecalentamiento en los modelos más potentes. Sin embargo, este nuevo modelo, el primero de 16 pulgadas, llega a reivindicar la línea Pro de los portátiles de Apple. Con un teclado rediseñado, utilizando los nuevos procesadores Intel Core i9 de novena generación y un touchbar modificado, esta nueva bestia promete larga duración de batería, excelente rendimiento y una calidad de construcción muy premium. Todo a un precio muy elevado.
Diseño
El diseño de los MacBook Pro no han cambiado radicalmente en casi la última década. Sin embargo, hay pequeños cambios que vale la pena notar. De partida, este formato es nuevo en la línea de Apple. Al principio existían equipos de 13, 15 y hasta 17 pulgadas. Con el pasar de los años solamente quedaron de 13 y de 15 pulgadas.
El nuevo MacBook pro reduce el tamaño de los biseles de la pantalla para incluir una de 16 pulgadas en el mismo tamaño de un MacBook Pro de 15. El color Space Gray es quizás un poco más susceptible a huellas dactilares y polvo, haciéndolo un poco más sucio que el color original.
La parte posterior de la pantalla incluye el ya clásico logo de Apple pero sin la retroiluminación, dejando un acabado metálico reflectante. Personalmente no me podría importar menos la ausencia del logo iluminado, aunque algunos lo echarán de menos.
Después de años intentando empujar el mecanismo de «mariposa», Apple se dio por vencido. El diseño anterior era muy incómodo, teniendo muy poco viaje al teclear, haciendo que, a la larga, te dolieran los dedos. Sin contar también las múltiples fallas de fábrica que obligaron a hacer más de un llamado masivo de reparación. Ahora Apple vuelve al sistema «tijera», pero con algunas pequeñas modificaciones. La distancia de viaje, si bien es mucho mejor, no es la misma que los modelos originales. Las teclas se sienten un poco livianas pero con una excelente estabilidad, logrando igualar mi velocidad de escritura a un MacBook Pro del 2015 con errores muy pequeños. La retroiluminación es homogénea y se adapta al ambiente, lo cual es muy bueno.
El Touchbar recibió una pequeña modificación: Ahora la tecla «esc» es física. Todo el resto se mantiene como está. Tanto para bien como para mal. El botón de encendido, por supuesto, incluye TouchID para iniciar sesión rápidamente. El Touchbar es uno de esos extras que pueden llegar a ser más una molestia que un beneficio. Si bien la posibilidad de tener un espacio que se adapte a la aplicación que estás usando es, en teoría, un beneficio, la responsividad y funcionamiento del Touchbar deja un poco que desear. Además de que no todas las aplicaciones hacen uso de esta.
En el lateral izquierdo nos encontramos con dos puertos USB-C. Por el lado derecho tenemos otros dos puertos USB-C y el conector de audífonos. Aquí hay dos detalles: El conector de audífonos debería estar a la izquierda. La mayoría de los audífonos con cable (si no todos), tienen su salida por la izquierda. Tener el conector a la derecha hace que debamos cruzar el cable lo que puede molestar un poco. El otro problema es la falta de un lector de tarjetas SD. No es tan grueso como un USB-A o un puerto Ethrernet por lo que espacio debería haber. Sin embargo esto se puede solucionar rápidamente con un dongle.
La parte inferior ofrece rejillas de ventilación adicionales a la posterior. Recordemos que este equipo tiene un Intel Core i9 y una tarjeta gráfica dedicada por lo que cada milímetro de ventilación adicional es bienvenido.
Conectividad y puertos
La cantidad de puertos en el MacBook Pro es un poco débil. Con solamente cuatro puertos USB-C nos tenemos que olvidar de algo básico como un lector de tarjetas SD, esencial para, por ejemplo, los fotógrafos. Esto nos obliga a comprar dongles para todo tipo de puertos.
Lo que perdemos en conectividad, ganamos en versatilidad. Todos los puertos USB-C permiten cualquier tipo de tareas. Incluso cargar el equipo. ¿El enchufe está a la derecha? No hay problema. ¿A la izquierda? Puedes conectarlo por el otro lado y evitar cruzar el cable por detrás. La conexión de pantallas, SSD externos y dongles no tiene mayores inconvenientes.
El conector de audífonos se encuentra muy al fondo y a la derecha. ¿Por qué es esto un problema? Si no utilizas unos audífonos bluetooth, te podrás dar cuenta que el cable, en el caso de los audífonos over-ear al menos, siempre sale de la izquierda y algunos fabricants son un poco tacaños con el largo. El tener que cruzar el cable y además acortar aún más la distancia hace que pueda ser un poco incómodo. Varias veces me encontré casi pegando tirones cuando me alejaba demasiado.
En cuanto a conectividad inalámbrica, el MacBook Pro posee WiFi 802.11a/b/g/n en 2,4 y 5GHz. y Bluetooth 5.0.
Pantalla y multimedia
La pantalla es una leve mejora con respecto al modelo del año pasado. Con 16 pulgadas y bordes más reducidos, cabe en el cuerpo de un MacBook Pro que anteriormente sería de 15 pulgadas. Su brillo máximo llega a los 500 nits, permitiendo ocuparlo al aire libre sin problemas. Su resolución máxima es de 3072×1920 pixeles y tiene perfil de color amplio P3. Mantiene su tasa de refresco en 60Hz. La calidad de los colores e imagen son excelentes, sin «ghosting» o irregularidades en la retroiluminación.
Los parlantes son, honestamente, los mejores que he escuchado en un notebook. Apple renovó el diseño de su sistema de audio incluyendo ahora 3 parlantes por lado. Dos de estos parlantes son woofers para entregar unos bajos potentes y sin distorsión. Cada woofer cancela las vibraciones del otro, permitiendo mejorar aún más la calidad de sonido.
Los tres micrófonos de «calidad de estudio» según Apple, son bastante buenos pero quedan cortos a un sistema de micrófonos profesionales de real «calidad de estudio». Sin embargo son más que capaces para grabar podcasts o notas de voz.
La cámara nunca ha sido el fuerte de los MacBook y, en pocas ocasiones, de cualquier notebook del mercado. En este caso seguimos con una cámara HD de calidad regular. Todavía falta para que Apple decida incluir una mejor cámara o, si nos ponemos a soñar un poco, FaceID.
Rendimiento
En rendimiento este nuevo MacBook Pro es una bestia. Y comparado con el modelo equivalente del año anterior, viene a solucionar grandes problemas de sobrecalentamiento. Sin embargo, no todo es perfecto.
La gama de opciones nos ofrecen desde un Intel Core i7 de 6 núcleos con turbo hasta 4,5GHz. hasta un Core i9 de 8 núcleos con turbo hasta 5.0GHz. La memoria RAM DDR4 a 2666MHz. no removible está disponible en 16, 32 o 64GB. El almacenamiento SSD también ofrece varias opciones, desde los 512GB pasando por 1, 2 4 y unos absurdos 8TB de espacio. Las gráficas dedicadas tampoco se quedan atrás, permitiendo desde una AMD Radeon Pro 5300M con 4GB de memoria GDDR6 hasta una Radeon Pro 5500M con 8GB. Por supuesto, complementada por una gráfica integrada Intel UHD Graphics 630.
La versión probada tiene las siguientes especificaciones:
- Procesador Intel Core i9-9880H a 2,3GHz. con turbo a 4,7GHz.
- 16GB RAM 2666MHz. DDR4
- Gráfica AMD Radeon Pro 5500M 4GB GDDR6
- 1TB almacenamiento
Para poder mejorar la disipación de calor, Apple optó por hacer un poco más grueso y pesado el equipo comparado con el modelo anterior. Y esto ha dado muy buenos resultados tanto bajo carga pesada como en reposo. Al momento de escribir este review, utilizando batería, Chrome y Spotify, la temperatura interna se encuentra entre unos 45 a 50 grados, siendo menor en el exterior del equipo. No hay problemas para ocuparlo en las piernas.
Cuando empezamos a exigirle con pruebas sintéticas como Cinebench o renders de videos en Final Cut Pro, vemos como sube inmediatamente la frecuencia a 4,7GHz., el máximo posible. Sin embargo, luego de unos segundos llega a su límite termal, obligando a reducir su frecuencia a unos estables 3,7GHz. No precisamente la velocidad máxima pero bastante por encima de la frecuencia base y, lo mejor de todo, de forma estable.
Los gráficos son aprovechados por completo en aceleración de gráficos al trabajar en edición de video o fotografía. También está la posibilidad de jugar sin ningún problema, para aquellos que quieren relajarse un rato del trabajo.
Con uso regular, no tenemos ningún problema en cuanto a tiempos de carga excesivos o tirones en aplicaciones. Toda esta potencia es aprovechada al 100%.
Batería
La batería en este portátil es la más grande posible permitida. Literalmente. La FAA Permite un máximo de Watts-hora en las baterías que puedes llevar a bordo de un avión. Este límite es 100Wh. El MacBook Pro llega justo a ese punto y gracias a esto la duración es excelente. Con uso básico entre escribir, navegar y ver algunos videos en YouTube, la batería te puede durar fácilmente todo el día.
El cargador de 96W USB-C permite cargar en muy poco tiempo, además de que te sirve para otros dispositivos con el mismo puerto.
Conclusión
En conclusión, el MacBook Pro de 16 pulgadas viene a ser algo más que un pequeño refresco de especificaciones. Arregla problemas grandes como el sobrecalentamiento, el horrible teclado de años anteriores (aunque todavía le falta un poco) y la inclusión de la tecla «esc» física. El diseño de siempre sigue siendo muy bueno, el grosor adicional es casi imperceptible y el rendimiento es muy bueno. Mención especial a los parlantes. Por lejos los mejores que he escuchado de un laptop.
Por supuesto, no podíamos olvidar lo que más duele: El precio. Este equipo no es barato. Para nada. El modelo probado tiene un valor de $2.999.990. Sin embargo, las opciones mejoradas llegan aún más arriba, por lo que deberás desembolsar una buena suma de dinero para poder tener este MacBook.
Fotos: Francisco Pérez