El año es 1994, y Square Enix –que en ese tiempo se llamaba Squaresoft–, sacaba al mercado un JRPG para la Super Nintendo como pocas veces habíamos visto, se trataba de una historia dividida en 7, donde el jugador podía elegir qué historia seguir primero, y cual seguir después.
Como es de esperarse, dicho juego nunca llegó a ningún lugar fuera de Japón, y hoy, 28 años más tarde, Square Enix ha decidido no solo sacarlo nuevamente al mercado, esta vez de manera global, sino que hacerlo en forma de remake con un nuevo diseño.
Una historia dividida en 7 partes
Live a Live no es un JRPG como los que siempre estamos acostumbrados a ver, y es que apenas empezamos el juego se nos entrega un menú en el cual podemos elegir una de las 7 historias que queremos seguir, todas muy distintas a la anterior.
Estas historias están situadas todas en un momento definido de la historia de Japón y son las siguientes: Prehistoria, China Oriental, la era Bakumatsu, el Viejo Oeste, la era Presente, Futuro cercano y el Futuro lejano.
Quizás pueda sonar como mucho, pero la verdad es que el juego está diseñado para que en un par de horas podamos terminar cada una de estas historias, lo que nos presenta una gran ventaja para quienes quieran disfrutar de una historia concisa sin tener que comprometerse cientos de horas a un juego.
Todas las historias son independientes entre sí, o al menos eso parece, pues cuando las completemos nos vamos a dar cuenta que existe un pequeño hilo conductor que nos va a llevar a querer seguir jugando hasta jugarlas todas.
Así, existen historias donde nuestro protagonista tiene poderes mentales como Akira, quien los usa para poder controlar un robot gigante, o historias como las de Oboromaru, quien es un ninja shinobi que puede completar la historia sin matar a nadie, pues es capaz de desaparecer del mapa presionando Y, pero si queremos usarlo en batalla, es quizás uno de los más agradables de usar, pues usa efectos de fuego y agua para moverse en el mapa.
Como vemos, Live a Live no es un JRPG convencional, y nos llama mucho la atención que un formato tan extraño para un juego de este tipo pueda transformarse en algo tan agradable, lo que habla muy bien del título.
Un estilo de batallas llamativo
Como es de esperarse, un JRPG no lo es tal sin un apropiado sistema de batallas, y Live a Live no se queda atrás en este apartado, entregándonos un sistema de campo de batalla de 7 x 7 para cuando tengamos que pelear.
Este sistema está muy bien logrado, pues existe un sistema de movimientos intrínsecos que nos permite movernos dentro de este mapa, pero cada vez que lo hagamos, vamos a consumir un poco de nuestra barra de ataques, y a la vez vamos a rellenar la del enemigo con cada espacio que nos desplacemos.
Esto hace que las batallas tengan un elemento adicional que nos recuerda mucho a la de un tablero de ajedrez, y es que este JRPG no está centrado en lograr derrotar al enemigo usando los menos recursos posibles, pues luego de cada enfrentamiento nuestra barra de salud se llenará completamente, al revés de lo que sucede en un JRPG tradicional.
También tenemos los elementos tradicionales como un sistema donde podemos usar nuevas armas mientras las vamos encontrando, objetos cuando nos quedamos sin vida, o algunos que podemos intercambiar para conseguir otras cosas.
Y esto es justamente lo que hace que este juego sea único, y es que como no contamos con una historia tan rica para jugar cuentos de horas, las armas nuevas tienen un gran impacto cuando logramos conseguir una nueva.
Y como las historias son todas distintas, también lo son los sistemas de batallas. Así, en el lejano oeste tenemos a Sundown Kid, quien solo ataca con su pistola, haciendo de las batallas unas de larga rango, donde no tenemos que estar al lado de un enemigo para poder acertarle un golpe.
Caso contrario es el del presente, donde Masaru tiene que eliminar a cada uno de los combatientes en un ring de peleas, y una vez que lo haga, puede aprender distintas técnicas de sus rivales mientras los elimina uno a uno.
Quizás una de las más llamativas sea la de la China Imperial, pues aquí nos encontramos con el maestro Shifu, que de por si está en el nivel máximo apenas parte el juego, y su objetivo no es el de derrotar enemigos, sino que lo que busca es entrenar y buscar a sus discípulos una vez entiende que la vida no es eterna y sus conocimientos deben ser traspasados alguien que sea digno.
Este estilo de combate, entonces, es llamativo, y nunca deja de entregarnos un nuevo aire, pues podemos saltar de una historia a otra con absoluta libertad y experimentar un nuevo sistema de combate cuando se nos plazca.
Un triunfo de los gráficos HD-2D
Square Enix a lo largo del tiempo ha estado experimentando con estos remakes, y tal como lo vimos con Octopath Traveler, nuevamente se atrevieron a experimentar con un nuevo estilo en Live a Live, nuevamente con resultados exitosos.
Se trata del HD-2D, un estilo que nos entrega los mejores resultados a la hora de recordar con nostalgia el juego original de SNES, pero dándonos un refresco en los gráficos, con colores vibrantes, y un nivel de detalles nuevo que nos evoca satisfacción.
Aquí no hay desperdicios, y es que cada uno de los elementos del juego se ve bien, desde los bosques a los desiertos de las distintas historias, pero sin dudas que lo mejor de este estilo se puede ver en la Era Bakumatsu, donde el castillo donde se encuentra Oboromaru es simplemente hermoso.
Algunos capítulos pueden ser frustrantes
Las 7 historias del juego están bien contadas, pero lamentablemente no todo puede ser bueno, y es que en algunos de estos 7 capítulos tenemos problemas a la hora de descifrar que es lo que tenemos que hacer y que es lo que no tenemos que hacer en términos de historia lineal.
Así, la falta de un mapa nos preocupa, y a pesar de que en algunos capítulos se entiende que no lo haya, en otros se hace necesario, pues podemos perder bastante tiempo tratando de adivinar que hacer luego de algunos eventos.
A favor nos encontramos con un mini radar, donde con un sistema de banderas nos indica donde tenemos que ir, pero el mismo no es muy detallado, y a pesar de tenerlo, muchas veces nos encontramos perdidos sin saber dónde ir.
Lo mismo nos ocurre con las actuaciones de voz del juego, pues a pesar de que se agradece que ahora tengamos voces propias, las mismas michas veces se sienten fuera de lugar, y que nos pueden sacar de la inmersión que si logra el estilo de juego.
Conclusión
Live a Live es uno de esos juegos que nunca pudimos ver en occidente en su momento, y que ahora que podemos disfrutarlo, nos damos cuenta que nos perdimos de bastante en su tiempo, pero mejor tarde que nunca.
El juego no es el típico JRPG al que estamos acostumbrados, y sin dudas su principal fortaleza es la de poder dividir la historia en 7 partes sin que una sea claramente más débil que la otra.
Cada una de las 7 partes, a pesar de ser independientes, nos entregan una señal para el final, y sin querer caer en territorio de spoilers, una vez las terminemos, nos vamos a encontrar con una sorpresa que nos entregará más horas de juego.
Un sistema de combates único, donde no tenemos que estar pendientes de nuestras armas a cada momento, y donde tenemos que planear muy bien cada uno de nuestros pasos dentro del campo de batallas es un gran plus, y es que en términos de dificultad tampoco el juego es de los más fácil, pero gracias a la adición del auto-guardado, no importa cuantas veces nos derroten, pues siempre vamos a poder reintentar la batalla.
El estilo visual del juego también es impecable, y es que luego de Octopath Traveler, no pensamos que un juego así pudiera lograr nuevamente grandes resultados, y Live a Live es aún mejor que lo que nos ofreció Square Enix en su momento con el otro título.
Quienes dispongan de solo un par de horas para jugar a la semana, o simplemente no quieran jugar una historia donde nos tenemos que comprometer cientos de horas para poder simplemente terminar el juego van a poder encontrar aquí una de sus mejores alternativas.
Live a Live es una de las piezas más interesantes de la historia de los JRPG, y es que su director Takashi Tokita claramente aquí pudo experimentar para luego involucrarse en Chrono Trigger, y todos sabemos cómo terminó esa aventura.
Casi 30 años después, es digno de aplaudir que Square Enix se atrevió a entregarnos un título que mucha nunca pudimos jugar, y lo lograron con muy buenos resultados. Si, quizás Live a Live no es el JRPG que los amantes de este género acostumbran disfrutar con cientos de horas derrotando enemigos y buscando nuevas armas, pero lo que tenemos aquí es una pieza de historia que sentó las bases para una de las mejores sagas de juegos en Chrono Trigger.
No puedo, entonces, más que recomendar este juego, no sin antes jugar el demo que está disponible en la eShop, y si te gusta, el resto del juego no te va a defraudar.
Ahora, si no tienes apuro, también puedes esperar a que el juego aparezca en oferta, pues tradicionalmente Square Enix nos entrega este tipo de ofertas durante el año.
Live a Live está muy bien logrado, y es una agradable sorpresa para todos quienes nunca pudieron jugarlo en su momento, pero que ahora si pueden hacerlo.