FromSoftware se ha ganado su lugar en el mundo de los videojuegos gracias a grandes títulos que marcaron a millones de jugadores y que, por cierto, definieron el género que hoy conocemos como “Soulslike”, ofreciendo al jugador juegos RPG de acción con combates muy desafiantes, diseño de niveles únicos, mundos interesantes y una dificultad que no es para cualquier jugador, sobretodo en sus jefes.
Es así como el día de hoy llega Elden Ring, juego que ha causado mucha expectativa en la industria debido a que es el primer título de la desarrolladora con un diseño de mundo abierto, llevando la saga Souls a un terreno que nunca habíamos visto y que, para decir verdad, en muchos sentidos se siente inspirado en el excelente The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Sin embargo, este mundo se siente como algo único y poco visto, gracias a la suma de toda la experiencia que tiene el estudio de Hidetaka Miyasaki.
Elden Ring nos otorga una libertad absoluta para explorarlo, sin decirnos dónde tenemos que ir o cómo tenemos que hacerlo, encontrándonos con miles de sorpresas en el camino, que por cierto, no es nada fácil. Desde ya te digo que el resultado es una completa maravilla.
Las Tierras Intermedias
Para contextualizar, Hidetaka Miyasaki y el famoso escritor de Game of Thrones, George R.R. Martin, nos llevan a las Tierras Intermedias, un lugar místico con un gigantesco árbol dorado en su centro, que hace poco ha sufrido la destrucción del Elden Ring y numerosos fragmentos de este, se repartieron a lo largo de estas tierras.
Las Tierras Intermedias están gobernadas por la Reina Marika, quien está acompañada de semidioses corruptos, quienes se volvieron más poderosos al adueñarse de fragmentos del anillo de Elden (o Grandes Runas). El objetivo principal del protagonista, denominado Tarnished (Sinluz en español), es enfrentar a la Orden Dorada y conseguir el anillo de Elden tras haber sido obligado por la Llama de la Ambición.
Todo lo anterior parece muy confuso (porque lo es), y a pesar de que aún no llego al final, el juego obviamente se encarga de explicarlo todo. No por nada Miyasaki ha colaborado con R.R. Martin en la creación de su más grande proyecto Souls. Su mundo es único, mágico e imponente y eso queda demostrado desde las primeras horas de juego (que te aseguro que serán demasiadas).
El mundo abierto y la exploración
Cómo ya les decía, lo interesante de este gran mapa de mundo abierto, es que el jugador puede explorarlo de la forma en la que cada uno quiera, por lo que será completamente normal encontrarnos con enemigos o criaturas tan poderosas que simplemente no podremos derrotarlas hasta que estemos mejor preparados para poder lograrlo.
Esto es una clara diferencia con anteriores juegos del género Souls, que al ser lineales, nos obligaba a sufrir al tener que pelear si o si ante un jefe en cierta parte de la historia, pero también es diferente con todos los mundos abiertos, en los que se nos indica el nivel que debemos tener determinado nivel para poder enfrentarnos a algo.
Aquí cuando entras en una zona, nos encontramos con calabozos hermosos y con ganas de llegar al final, pero en el camino nos tocará sufrir y asustarnos con lo que nos encontramos, y simplemente hay ocasiones en donde habrá que escapar para no morir y perder nuestro preciado loot de runas (la moneda) para intentar volver más tarde con mejor equipamiento y experiencia. Es genial, el punto más alto de la exploración en cualquier videojuego de este estilo, pero si a eso le sumamos que se combina con todo lo que ha enamorado a los fanáticos de los juegos de Miyazaki, el resultado es de ensueño (siempre y cuando no tengas problemas de nervios, supongo).
Los calabozos cuentan con excelentes diseños de niveles en las que nos esperan grandes recompensas si derrotamos a los jefes que tienen cada una de ellas, y además cada zona del mapa se ve y se siente distinta a la anterior, cada una de ellas tiene amenazas y virtudes distintas, por lo que cuando llegamos a una nueva se siente muy reconfortante porque se vuelven a abrir un millón de posibilidades.
Para ir guiándote, en el mapa podrás colocar marcadores que te ayudarán a volver a un lugar en el que hayas encontrado algo que, de momento no puedes utilizar, acceder, derrotar o en el que el juego simplemente te haya superado. Estos marcadores son esenciales porque, a diferencia de juegos de Sony o Ubisoft, en los que tenemos un menú de misiones y miles de marcadores automáticos por explorar en el mapa, Elden Ring no los coloca por ti.
Debido a eso, cada misión no se siente precisamente como una misión tradicional, sino como un puzzle que debemos ir armando usando nuestros propios métodos y obvio, cada persona tiene sus propios métodos.
Encuentro clave ir anotando dónde está cada cosa y que es lo que necesitan ciertos personajes, algo así como llevar un seguimiento personal de misiones, porque si no, es fácil olvidarnos en donde están tal o cual cosa, o a quién tenemos que llevar ciertos objetos.
Para facilitar la exploración, podremos utilizar puntos de gracia perdida, que son lugares en los que podemos sanarnos, crear recursos y entre otras cosas, podemos utilizar el viaje rápido entre ellos. También se nos presenta a Torrente, un caballo que podemos invocar en cualquier momento para movernos libremente por el mapa y que resulta indispensable para recorrer el escenario en profundidad y combatir a los enemigos, siendo clave para derrotar a algunos de ellos gracias a la velocidad de movimiento que nos da.
La fórmula de Miyazaki
Respecto a su gameplay, Elden Ring es muy fiel al estilo RPG de Dark Souls, en donde debemos elegir entre distintas clases y podemos variar entre un montón de equipo de combate y hechizos, sin dejar de lado las estadísticas como la fuerza, destreza, inteligencia y muchas otras.
Además, se agregan algunos detalles para que los jugadores nuevos no se frustren con tanta facilidad. Constantemente te encontrarás con tips en forma de mensaje que te informan qué es lo que hay más adelante, manchas de sangre en el piso que muestra cómo murió otro jugador, o bien la posibilidad de hacer invocaciones o conseguir un aliado que nos ayude en combate, que por cierto, hereda de Dark Souls sus limitadas animaciones y limitado de sus animaciones de la saga Souls y los problemas ocasionales del control de cámara.
La musicalización es otro aspecto increíble del juego, hay combates que además de verse épicos por sus escenarios, se elevan al siguiente nivel gracias a la epicidad de la música que los acompaña, algo a lo que Miyazaki nos tiene acostumbrados.
A toda esa fórmula se le incorpora la verticalidad que requiere un mapa abierto, pudiendo hacer grandes saltos a caballo para llegar a la cima de un risco o hacer un doble salto con el personaje, el cual además nos permite esquivar los ataques de algunos jefes.
Gráfica y rendimiento
Si bien siento que los mundos abiertos de los juegos de Sony se ven mejor, Elden Ring no se queda tan atrás. Algunas texturas y modelados podrían ser mejores, pero FromSoftware nos presenta un mundo con lujo de detalles que cumple con lo justo en lo técnico pero que destaca muchísimo en su dirección de arte, la cual queda en evidencia en los paisajes que se pueden ver en el horizonte de las distintas zonas. Siempre dan ganas de fotografiar.
La iluminación y el realismo de las sombras están a la altura y cumplen con lo que un juego de fantasía épica requiere, como cuando hacemos hechizos o un dragón nos escupe fuego.
Si hay algo que nunca me ha gustado de los juegos de FromSoftware son sus animaciones en combate, las cuales me parecen un poco básicas, con una carencia notable de física entre los cuerpos respondiendo a golpes. Este es probablemente el único punto en el que creo que Elden Ring podría mejorar y la culpa es en parte de Sony, que en juegos como Horizon o Ghost of Tsushima han hecho cosas impresionantes a nivel de animación, dejando la vara bien alta.
Respecto al rendimiento, he podido jugar el juego en el PlayStation 5 y los glitches son esporádicos, de repente las texturas, cómo el pasto o el modelado del suelo, tardan un poco en cargar, pero los frames por segundo son la mayor parte del tiempo estables y los tiempos de carga son cortos, aunque no los mejores que he tenido la suerte de probar.
También es una lástima que Elden Ring no incorpora ningún tipo de soporte para la respuesta háptica y los gatillos adaptativos del DualSense.
¿Vale la pena?
Pero es que como te lo digo, seas o no seas un amante del género, Elden Ring es una maravilla moderna de los videojuegos porque se ha atrevido a cambiar lo que el resto de la industria venía haciendo con el género, y por lo tanto, vale completamente la pena experimentar algo así, aunque gastes 100 horas en él.
FromSoftware nuevamente no decepciona y trae un rol de acción cargado de lugares y momentos épicos, evolucionando la fórmula que presentaba la saga Souls, al hacerlo un poco más amigable para los nuevos en el género –aunque sigue siendo un gusto adquirido– y ofrecernos un mundo abierto épico, hostil y desafiante, que no se puede parar de recorrer en busca de secretos, yendo más allá que otros juegos al ofrecer libertad absoluta al jugador.
En ello radica la magia de Elden Ring, ningún jugador lo recorrerá de la misma forma y compartir experiencias entre varias personas jugando será fenomenal porque cada uno tendrá algo distinto que decir al respecto.
Si bien tiene sus detalles técnicoos por pulir, Elden Ring se transforma inmediatamente en el mejor juego de Miyazaki, en uno de los mejores juegos del año, y probablemente, de los que vengan.
