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Review Donkey Kong: Bananza

Ha pasado más de una década para una nueva aventura de Donkey Kong, y es que Tropical Freeze originalmente debutó en la Wii U, y una generación entera de la Switch pasó sin un titulo dedicado.

Es por eso que Donkey Kong Bonanza representa no solo un regreso triunfal, sino que también es la mejor señal de que DK sigue siendo una IP queridísima por la empresa. La mecánica central del juego se centra en la destrucción total del ambiente, lo que está ejecutado de manera sobresaliente.

Además, el ingenioso diseño de niveles mantiene la experiencia cautivadora de principio a fin, rivalizando con las mejores aventuras de Mario. No por nada este juego está hecho por el mismo equipo de desarrollo, hablamos del EPD 8 de Nintendo.

Título
Donkey Kong: Bananza
Consola
Nintendo Switch 2
Desarrollador
Nintendo EDP
Fecha de lanzamiento
17 de julio de 2025

Donkey Kong y Pauline, como nunca antes

El juego busca capitalizar la diversión de destrozar elementos en un nivel como gran novedade, permitiéndote destruir montañas y terrenos que antes eran solo parte del escenario.

Esta destrucción no solo representa un simple truco visual, sino una de las invenciones más destacadas de Nintendo en años. Es más, si has jugado Super Mario Odyssey, reconocerás su influencia de inmediato en Donkey Kong Bananza.

Durante tu aventura, te moverás por niveles amplios, completando desafíos para recolectar plátanos, pepitas de oro, plátanos, fósiles y más elementos que desbloquean atuendos únicos para cada mundo,, casas, objetos y más.

La diferencia con los demás juegos de la serie es evidente. Y es que acá la clave es que, en lugar de saltar para encontrar estos objetos, ahora te abrirás paso a través de rocas, nieve, volcanes, tierra y mucho más.

En nuestra aventura juegas como Donkey Kong, acompañado de una versión más joven de Pauline, quien se ha perdido bajo la superficie del planeta y ha tomado forma de roca.

Nuestro objetivo se centrará en viajar al centro de la Tierra, persiguiendo a un nuevo grupo de simios villanos, para cumplir el sueño de DK. Regresar a su casa y comer todos los plátanos del mundo.

Debo ser claro, acá la historia no es el atractivo principal, pero es lo suficientemente sorprendente y convincente como para convencer. Además, la amistad entre Pauline y DK se vuelve cada vez más tierna a medida que avanza la trama.
Donkey Kong Bananza desde los primeros segundos nos muestra en qué se diferencia de otros representantes del género disponibles en otras plataformas. Acá, puedes arrasar con la gran mayoría de cada uno de los mapas disponibles, despejando su camino o accediendo a objetos ocultos tras las paredes. DK se abre camino a puñetazos a través de las rocas, excava túneles bajo los obstáculos y literalmente arranca parte del suelo en el que está de pie para poder lanzarlo, usarlo como una especie de arma improvisada o como patineta.

Además, a medida que avancemos, nos encontraremos con las «transformaciones Bonanza», que convierten a DK en animales superpoderosos, como un avestruz, cebra o un gorila de tamaño inmenso.

Estas habilidades te permiten deslizarte por grandes espacios o atravesar el concreto. Si bien no todas las transformaciones son igualmente útiles, las que lo son resultan muy satisfactorias de usar.

Finalmente, la constante recompensa por excavar, desde los grandes plátanos hasta los fragmentos de oro, es una fuente de satisfacción inagotable.

Desde el punto de vista lúdico, Donkey Kong Bananza sigue la senda ideal trazada por su vecino espiritual Mario Odyssey, y asume los mismos rasgos de aventura en 3D de dicho juego.

Y ya desde el primer impacto queda claro que la fórmula ha permanecido prácticamente la misma. Pero el juego no se siente como una copia ni como una continuación del clásico de 2017.

Aunque comparte de las bases, queda claro desde el primer minuto que el equipo responsable del desarrollo ha trabajado arduamente para infundir en su alternativa una marcada individualidad que le permita salir de la sombra de uno de los títulos más celebrados de toda la historia, y brillar con luz propia.

Diseño de Niveles y Variedad

El diseño de niveles contribuye en gran medida a la variedad del juego. Por ejemplo, en una etapa, saltarás entre árboles separados por agua venenosa, lanzando semillas que brotarán en grandes plataformas frondosas para unir los espacios.

Otro nivel podría implicar perforar piezas mágicas de terreno que reaparecen en otra posición, creando una escalera hacia tu objetivo. Otro tipo de nivel puede verte construyendo alrededor de un material extraño que, al arrancarle un trozo, te lanza por los aires, y así.

Aunque estos giros le dan a cada nivel un sello único, nunca se sienten restrictivos. De hecho, desde las primeras horas hasta las etapas finales, te sentirás tan libre de restricciones que a menudo ignorarás el camino principal para explorar otras rutas.

Un ejemplo: me pasó en un nivel que a medida que cavamos directamente hacia nuestro objetivo, llegué al objetivo, en lugar de seguir un camino laberíntico con plataformas.

El juego no se centra en una línea de niveles como los primeros 3 Donkey Kong Country. Acá estamos ante un mundo continuo, por lo que no habrá “mundos” ni “niveles” con denominación 3-1, 3-2 y así.

Mecánicas y dificultad

En términos de dificultad, Donkey Kong siempre ha sido una serie de juegos que no es de lo más simple. Jugadores veteranos sabrán a lo que me refiero, pero para inexpertos, el juego puede llegar a ser una dificultad, y para eso es que hay un modo de ayuda desde un inicio.

Personalmente, nunca sentí que el juego fuera muy difícil, ni tampoco morí muchas veces. Pero los niveles progresivamente se van poniendo cada vez más difíciles, y algunos niveles necesitan un plataformeo bastante preciso para no morir.

Si caes derrotado, entonces se te restarán puntos de oro, los que nunca te faltarán, así que no deberías preocuparte por las vidas.

Además, tenemos un sistema donde podemos comprar potenciadores con estas pepitas de oro, los que ayudarán a que no caigas derrotado todo el tiempo.

Las mecánicas de juego pueden llegar a ser abrumadoras, pues hay mucho que aprender. Tenemos saltos con golpes, deslizamientos, combos y habilidades cuando te transformas.

A esto hay que sumarle que cuando te transformas, sigues ganando habilidades, por lo que te tomará un par de horas acostumbrarte a los controles.

Además, existe un árbol de habilidades donde aprendemos mejoras para nuestro protagonista y sus transformaciones. Creo que esto ayuda bastante a mantener el juego fresco, y es algo que se agradece bastante.

El movimiento básico de DK está presente. Puedes correr, deslizarte, rodar, saltar y aplaudir. Una libertad de movimiento que puedes usar a tu favor, especialmente si intentas llegar a lugares de maneras no tradicionales.

Musicalmente notable

Si eres fan de la serie, entonces en Donkey Kong: Bananza encontrarás una fuente inagotable de nostalgia. A medida que jugamos, escucharás nuevas rendiciones de pistas clásicas de la era Rareware, el constante «Oh Banana» de DK64, e incluso un puñado de etapas de desafío en 2D que rinden homenaje explícito a los niveles más memorables de los juegos de SNES.

El juego incluye referencias profundas que deleitarán a los fans de la saga. Y eso es algo que me encanta.

Diversión para uno o dos

Donkey Kong Bonanza también ofrece la que probablemente sea la mejor versión hasta la fecha del modo cooperativo asincrónico estándar de Nintendo. Aquí, el segundo jugador usa un Joy-Con para darle a Pauline un «poder de grito, apuntando un cursor con los controles del ratón y pronunciando palabras que se manifiestan como grandes trozos de material capaces de aplastar el mundo tan eficazmente como los puños de DK.

Puedes seleccionar tipos de materiales con una herramienta y destruir el mundo con piedras, oro o explosivos con una sola presión de un botón.

El modo es similar a los modos de Super Mario Galaxy y Super Mario Odyssey, pero aquí el segundo jugador tiene un efecto real en el mundo.

Aunque el poder adicional puede hacer que las peleas con jefes sean demasiado fáciles, es muy divertido para ambos jugadores.

Gráficamente impecable

También a nivel purament, Bananza es un deleite para jugar: el juego corre a 1080p a 60fps con soporte para HDR en la pantalla de la portátil de Nintendo, mientras que en modo dock llega a los 1200p. No hay caídas de frames notorias. Solo aparecerán en una batalla contra un jefe en particular. Realmente no hay ninguna queja posible, y si la tienes, entonces es porque la estabas buscando activamente.

Nintendo no usa DLSS para este juego, eso está confirmado. Es una decisión un tanto extraña, pero supongo que tiene que ver con el motor del juego. Recordemos que este título estaba hecho en un principio para Nintendo Switch 1.

Las únicas quejas sobre Donkey Kong Bonanza son que la cámara a veces puede tener dificultades para seguir la acción cuando cavas profundamente bajo tierra, y que el rendimiento en Switch 2 puede caer en picado cuando hay demasiadas cosas en pantalla. Eso sí, ninguno de estos problemas es particularmente común.

Conclusión

Donkey Kong: Bananza es una vuelta en forma de una de las mejores IP’s de Nintendo. Tanto gráficamente como en términos de jugabilidad, la historia, música y desafíos son realmente excelentes.

Los controles se sienten muy bien, no como en otras entregas como Donkey Kong Country Returns, que había sido nuestro último port. Acá, la libertad de movimiento es fenomenal, y controlar a DK es un deleite de movilidad.

Los niveles están hechos fantásticamente, y si llegas a sentir caídas de cuadros, no te preocupes, porque las mismas no duran realmente nada.

La experiencia total durará aproximadamente 20 horas, y luego, tenemos alicientes para visitarlo por segunda vez para lograr el 100% de completitud.

Donkey Kong Bananza (eShop) es, en definitiva, un juego imperdible para la Switch 2, y ojalá que sea el comienzo de nuevas cosas por venir para la IP de Donkey Kong.

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