Review Apple iPhone 13 Pro Max

Llegó ese momento del año donde —al fin— tuvimos la oportunidad de poner nuestras manos encima de los nuevos teléfonos de Apple, particularmente del iPhone 13 Pro Max, El nuevo tope de gama de la marca viene con pocas novedades estéticas pero importantes detalles nuevos en lo funcional. Lo estuve probando por algo más de una semana y ya estoy en condiciones de contarles todo lo bueno y lo malo sobre él. ¡Vamos!

Un diseño familiar con ¡grandes! diferencias

A primera vista, se ven muy pocas diferencias respecto de los modelos del año pasado. Si miramos un poco más de cerca, nos encontramos con algunas. Quizás la más notoria es que los lentes de la cámara son muchísimo más grandes. Y cuando digo muchísimo, es muchísimo. A ciertos ratos esto me generó algo de nerviosismo al dejarlo apoyado en distintas superficies, aunque en la práctica no he visto ningún rayón del que me tenga que preocupar.

iPhone 12 Pro.Max a la izquierda – iPhone 13 Pro Max a la derecha

El segundo es que el notch ocupa un 20% menos de espacio en la parte frontal del dispositivo. ¿Les soy honesto? Es muy poco perceptible la diferencia y solo lo noté poniendo un teléfono al lado del otro. Quizás el motivo por el que noté mucho esto es porque no se hizo nada con el espacio adicional (cof cof porcentaje de batería cof cof).

Del resto, poco que decir si es que alguna vez probar un iPhone 12 Pro o Pro Max, ya que son básicamente iguales. En resumidas cuentas, bordes metálicos brillantes muy lindos pero que son un imán de huellas dactilares y una parte trasera algo más mate que luce muy elegante. El teléfono —pese a su tamaño— se siente bastante cómodo usándolo con dos manos, aunque con solo una puede resultar un tanto resbaloso.

Una pantalla de lujo para el contenido multimedia

Ya, acá sí que vemos hartos cambios. Primero, tal como comentábamos en el apartado anterior, el notch más pequeño nos da un poco más de espacio, pero creo que no se le saca ningún provecho real. Para efectos prácticos, casi ni se nota la diferencia.

Donde sí se nota mucho la diferencia es en el brillo máximo, tanto para el contenido en HDR (donde alcanza peaks de brillo muy altos) y también cuando exponemos el teléfono directo a la luz solar. Pese a que el iPhone 12 Pro (y Pro Max) ya se veían muy bien bajo mucha luz, el 13 Pro Max se ve aún mejor. Yo me atrevería a decir que deben haber pocos teléfonos (si es que hay alguno) que funcione así de bien bajo estas condiciones.

Y hablando de diferencias, hay una que —para mí— ha sido maravillosa, pero que no tenía muy claro que tanta gente lo notaría. Estoy hablando de ProMotion, función que nos entrega una tasa de refresco dinámica que asciende hasta los 120Hz. ¿En resumidas cuentas? El iPhone 13 Pro Max puede lograr el doble de fluidez en sus animaciones y transiciones. Hice la prueba con 5 usuarios comunes y corrientes, de los cuales solo 2 lo notaron inmediatamente.

Básicamente la mejor forma de notarlo es usar el teléfono por un rato y luego volver a otro con una pantalla de 60Hz. Ahí sí que se nota de inmediato la diferencia. De todas formas es destacable la fluidez con que se mueve todo el sistema operativo y esta nueva función lo luce aún más.

Hablando de calidad en general, es la mejor pantalla que yo haya probado en un smartphone. Todo el contenido luce espectacular, sobretodo el contenido en HDR (que a día de hoy sigue siendo super difícil de encontrar de forma masiva).

En general disfruté mucho consumiendo contenido multimedia en el iPhone 13 Pro Max. Los parlantes acompañan muchísimo, se escuchan fuerte y claro (incluso en los niveles más altos de volumen) y quizás el único punto en contra acá es –tal como lo comentaba anteriormente– que el dispositivo puede resultar un poco incómodo de llevar con una mano.

El teléfono que nunca se agota

A nivel de rendimiento no me encontré con muchas sorpresas. El nuevo A15 Bionic es realmente muy muy rápido, entregando tiempos de carga muy superiores a la competencia en Android. Eso sí, creo que luce aún más este año gracias a los 120Hz, dado que todo parece –aún– más rápido, En concreto, no encontré nada de lag en ninguna parte.

Donde sí noté mucho la efectividad de este nuevo chip es en el procesamiento de las fotos. Las fotografías con poca luz demoraban un par de segundos en procesar en el iPhone del año pasado, pero en esta ocasión ese proceso es mucho más rápido y permite ver los resultados de forma casi inmediata.

Creo que hemos llegado al punto donde es recurrente decir que el rendimiento de los iPhone de cada año es muy bueno. De todas formas esto es lo esperado para un teléfono de este precio, ya que recuerden que estamos pagando más de un millón de pesos por él.

¿Y la batería? Wow, la batería sí que es impresionante. Literalmente ningún día he logrado agotarla completamente, ni siquiera cuando hice pruebas de fotografía y video. La mayoría del tiempo pude usar el teléfono dos días completos sin ningún tipo de problemas. Acá, si tuviéramos una escala de 1 a 7, le pondría un 8.

Quizás el único punto en contra es que la carga rápida es de todo menos rápida. Si inviertes adicional en el cargador correcto, podrás llegar a cargar a 15W, pero no esperes más que eso. Al menos no tenemos que preocuparnos mucho de esto, ya que siempre lo dejé cargando en las noches con mucha holgura.

Peleando un año más el trono de la fotografía

Ya, vayan a buscar algo para comer y una bebida, porque aquí sí tenemos mucho para hablar. La verdad es que al ver el teléfono en fotos, no lucía tantas diferencias, pero al verlo en vivo y ponerlo al lado del iPhone 12 Pro Max, lo primero que pensé fue: ¡vaya lentes! Son gigantes, y provocarán cierta desestabilidad al ponerlo sobre una superficie plana.

“Pero Pedro, nos interesa saber cómo funcionan”. Sí, vamos a eso. Las fotografías de día con el lente gran angular sobre excelentes, llenas de detalle y con colores muy cercanos a la realidad. Lo mismo con el ultra gran angular, pero con el telefoto (al menos a mi criterio), se ve una calidad bastante menor.

Quizás la adición que más me gustó vino desde el software. Hablo de los nuevos Estilos Fotográficos, donde Apple nos permitirá cambiar la configuración nativa de la cámara para tomar fotografías más o menos coloridas, más o menos cálidas. Acá de inmediato me fui al perfil “vibrante”, donde cada foto me recordó mucho a las tomadas con un Pixel. Lo interesante es que puedes configurar cada uno de estos perfiles a tu gusto.

Otro añadido de software es el modo macro. Si te acercas lo suficiente a un objeto (o persona), se anclará el enfoque pero se cambiará al lente ultra gran angular, lo que genera resultados bastante buenos la mayoría de las veces. El problema es que este proceso es automático, por lo que no podrás elegir cuando se utiliza y cuando no (solo apagarlo de frentón en la configuración). Esto resulto en algunas situaciones donde realmente no quería cambiar de lente y tenía que intentar la foto una y otra vez. Esto al parecer tendrá modificaciones (para bien) en iOS 15.2.

El modo retrato, pese a que funciona algo mejor que en su predecesor, sigue teniendo algunas fallas lógicas de un efecto realizado a través de software. En imágenes con buena luz y un fondo “plano”, de seguro se definirán bien los bordes, pero con paisajes más complejos es muy probable que veamos alguna inconsistencia.

Las fotos de noche sí que resultaron ser fantásticas. Además de poder absorber mucha más luz por el tamaño de los lentes, se procesan mucho más rápido (y mejor). Ahora requieres de mucho menor tiempo de obturación para fotos en la oscuridad, obteniendo consistentemente buenas imágenes.

La grabación de video sigue siendo de lo mejor que encontraremos en la industria. Una imagen clara, estabilizada de muy buena forma y con muy pocos puntos en contra. De noche también graba bastante bien, aunque nos seguimos encontrando —como ya es costumbre— con muchos reflejos (en forma de estos puntitos) cuando hay muchas luces en lo que estamos enfocando.

La gran novedad de en la grabación de video es el modo cinematico, con el cual podremos mantener un sujeto enfocado de forma dinámica, y modificando ese enfoque manual o automáticamente dependiendo de lo que haga el sujeto. La verdad es que es entretenido de usar y se logran resultados super interesantes, pero creo que todavía le falta para que verdaderos profesionales opten por el iPhone para este tipo de cosas.

Conclusión

Y entonces, ¿me lo compro? Creo que esta pregunta es cada vez más difícil de responder, ya que los precios de los teléfonos se han desvirtuado un poco. Si estás dispuesto a gastar desde $1.199.990 en el mejor iPhone, entonces de todas maneras que sí. La verdad es que este es un teléfono que —literalmente— cumple con todo lo que podrías pedir, querer o necesitar.

Un diseño sobrio pero bonito, muy buenos materiales, una excelente pantalla, una batería espectacular, una de las mejores (si es que no la mejor) cámaras del mercado. Todo eso corriendo en un software que, pese a que no ofrece grandes novedades, está en un estado de madurez suficiente para decir que es muy bueno.

En el caso de que no quieras gastar demás, creo que el iPhone 13 “a secas” sigue siendo la opción correcta para la mayoría de la gente. Sí, perderás la pantalla de 120Hz y el lente telefoto, pero a decir verdad, son cosas que en el día a día no harán gran diferencia. Si quieres lo mejor de lo mejor (y estás dispuesto a pagar por ello) entonces sin duda que el iPhone 13 Pro Max es para ti.