El día de ayer se cumplieron 10 años de existencia del radiotelescopio más grande del mundo. Me refiero al telescopio ALMA, responsable de varios hitos, entre ellos, la de revelar la primera fotografía de un agujero negro.
El telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array) es un proyecto internacional que comenzó a construirse en 2003 en Chile y fue inaugurado oficialmente el 13 de marzo de 2013.
ALMA es un telescopio de última generación que opera en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, lo que le permite observar objetos fríos en el universo, como nubes de gas y polvo cósmico donde se forman estrellas y planetas.
Es uno de los telescopios más avanzados del mundo
Su construcción fue un gran desafío tecnológico y logístico. Los componentes de ALMA fueron construidos en diferentes países y luego transportados al desierto de Atacama, en Chile, donde se encuentra la base del telescopio, a una altitud de 5.000 metros sobre el nivel del mar.
La construcción de ALMA fue un proyecto ambicioso que involucró a muchas personas y organizaciones de todo el mundo. Durante la construcción, hubo muchos desafíos y obstáculos que tuvieron que superarse, como el clima extremo en el desierto de Atacama y la dificultad para transportar los componentes del telescopio a la ubicación remota.
Son 66 antenas que conforman este telescopio que es el más ancho del mundo
Las señales captadas por estas antenas se juntan a través de un supercomputador que va aplicando modelos matemáticos y así obtener una única imagen que es el resultado de la combinación de todas ellas.
A pesar de estos desafíos, el telescopio ALMA ha sido un gran éxito y ha producido algunas de las imágenes más impresionantes y detalladas del universo en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas.
Desde su inauguración, ha contribuido significativamente a nuestra comprensión del universo y ha realizado importantes descubrimientos, como la observación directa de la formación de planetas, la detección de galaxias distantes, la primera imagen de un agujero negro, aunque esta última fue en colaboración con otros telescopios realizando interferometría.
En el 2030 se espera reemplazar su supercomputador y varios componentes de sus antenas, todo con el fin de agilizar el trabajo del observatorio y a la vez aumentar la nitidez de los datos que logra obtener.
En resumen, el telescopio ALMA ha sido un proyecto emocionante y desafiante que ha llevado a algunos de los descubrimientos más emocionantes en la astronomía moderna.
Con información de ESO