Radiación y Radiactividad: ¿Cuál es la diferencia?

En el artículo anterior hablamos sobre la radiación y sus distinciones, pero antes de pasar al tema del 5G, creemos que es conveniente hablar sobre un concepto que algunas veces se tiende a confundir con la radiación en sí, refiriéndome a la radiactividad (o radioactividad). Este error es común verlo cuando se publica anualmente el listado de teléfonos que emite más radiación, como por ejemplo:

Por lo anterior es que este artículo busca aclarar la diferencia entre la radiación y radiactividad. Además, antes de comenzar, es importante recalcar que no es nuestro fin realizar una cátedra sobre física nuclear. La idea es aclarar un concepto, por lo que pido el perdón de quienes son conocedores de este tema, ya que no pretendo explicar con detalle todo lo expuesto.

¿Qué es la radiactividad?

Nosotros definimos a la radiación como la distribución de energía a través de ondas electromagnéticas, pero que estas pueden tener distintas fuentes de emisión: el Sol, nuestro horno de microondas, las antenas telefónicas, nuestro teléfono, y un largo etcétera.

Aquí es donde nos encontramos con la diferencia entre el concepto de «radiación» y «radiactividad»: el primero está relacionado con la distribución de energía, mientras que el segundo va de la mano con la fuente de emisión.

Pero, ¿qué es específicamente la radiactividad?

Nuestra noción sobre radiactividad nos hace pensar de inmediato en energía nuclear, átomos, Chernobyl, los densímetros nucleares que ocasionalmente se roban o se pierden en algún lugar de Santiago, y en general, todo lo relacionado con la física nuclear y partículas atómicas. Esto es correcto, justamente está relacionado con una de las fuentes emisora de radiación: el núcleo de un átomo. Específicamente, uno inestable.

Inestabilidad nuclear y radiación

En la física de partículas se reconocen cuatro tipos de fuerzas fundamentales: la fuerza gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. La estabilidad del núcleo se ve determinada, principalmente, por la fuerza nuclear fuerte y la fuerza electromagnética.

¿Por qué? Sabemos que un núcleo atómico está compuesto por protones y neutrones. La fuerza electromagnética actúa en el momento en que los protones se repelen entre sí, mientras la segunda funciona para mantener unidos a los protones y neutrones. Sin entrar en mayores detalles al respecto, es necesario que ambas fuerzas se «compensen» entre sí para que se mantenga la estabilidad nuclear.

Por lo tanto, debe existir una cantidad específica de protones y neutrones para que un núcleo sea estable. Si existe un exceso de protones y/o hay un exceso de energía, entonces se dice que el núcleo es inestable. Al ocurrir esto, comienza un proceso de desintegración, en donde el núcleo va perdiendo energía, y libera partículas y/o radiaciones para recuperar estabilidad.

Este proceso de desintegración es lo que se conoce como radiactividad.

¿Y qué es lo que se considera como radiactivo? Básicamente, los elementos e isótopos que cuentan con un exceso de energía en su núcleo (radioisótopos). Los isótopos son las variaciones de cada elemento de la tabla periódica, que se producen por cambios en la cantidad de neutrones en su núcleo atómico. Estos pueden tener un origen natural o artificial.

Recordemos que los isótopos son aquellos átomos que tienen el mismo número atómico (o de protones), pero diferente número de neutrones, por tanto, su número másico (neutrones + protones) puede variar. Particularmente cuando el número de neutrones no es la correcta y se manifiesta una inestabilidad del núcleo del átomo debido a un exceso de energía nuclear, hablamos de un isótopo radiactivo o radioisótopos. En la siguiente figura, el Tritio es el isótopo radiactivo del Hidrógeno:

Los núcleos inestables emiten partículas (principalmente las Alfa y Beta), y radiaciones electromagnéticas — más específicamente, rayos gamma. Todas estas emisiones son del tipo ionizantes, es decir, provocan el proceso de ionización (concepto que tocamos en la nota anterior).

La liberación de estas partículas o radiaciones son totalmente aleatorias. Es un proceso instantáneo, cuya duración puede variar ampliamente según el radioisótopo que se está desintegrando.

Tengamos presente que NO necesariamente una radiación ionizante es radiactiva. Los rayos UV son de tipo ionizante, pero no radiactivas. La exposición prolongada a rayos ultravioleta altera el ADN de los seres vivos, en cambio, si te expones tan solo algunos minutos a sustancias radiactivas las alteraciones del ADN serán mucho más rápidas. Si alguna vez viste algún documental de Chernóbil, recordarás que los voluntarios que ayudaron a encofrar el reactor, solo podían estar hasta 20 minutos, no obstante las muertes por exposición post explosión, son miles.

Uno de los radioisótopos más «famosos» es el Cesio-137. Si conoces la historia del accidente de la Planta Nuclear de Chernóbil (o si es que viste la serie homónima), entonces sabrás que este fue el isótopo que, en mayor proporción, fue lanzado hacia la atmósfera tras el accidente. Cesio-137 también fue el protagonista tras el terremoto de Japón en 2011, en donde la planta nuclear de Fukushima sufrió un accidente por el evento natural.

Este y otros isótopos se utilizan en las plantas nucleares para generar energía eléctrica a partir de la misma que se libera de sus núcleos.

Como estos emiten radiaciones del tipo ionizante, es necesario tener algún tipo de protección. Las partículas alfa y beta pueden ser detenidas fácilmente, pero los rayos gamma no. Por eso, en la misma planta de Chernóbil se instaló un sarcófago de hormigón en el reactor número 4 (donde ocurrió el accidente), para evitar que sigan escapando estas radiaciones a la atmósfera (recordemos que todos los elementos radiactivos se siguen desintegrando).

Round-Up

Entonces, la radiactividad se define como el proceso en donde los núcleos atómicos con altas concentraciones de energía (inestables) emiten partículas alfa o beta y/o también rayos gamma para conseguir estabilidad nuclear.

Estas emisiones son del tipo ionizante, es decir, son de las consideran como perjudiciales para nuestra salud.

Se diferencia de la radiación, ya que esta última hace referencia a la distribución de la energía, mientras que la primera va de la mano con la fuente de emisión, que dicho sea de paso, solamente se da en elementos e isótopos radiactivos. En nada más.

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