Primeras impresiones de la camioneta eléctrica Maxus eT90

Poco a poco la electromovilidad se ha ido asentado en nuestro país, y si bien aún no es accesible al 100% para el público general, ya lo podemos ver en las calles (al menos en Santiago) a través de los buses Red (Transantiago), camionetas/furgones de reparto, y otros.

Hace unos días atrás, gracias a la gente de Andes Motor — quienes son los representantes oficiales de las marcas Maxus, Foton, Iveco, y otras más –, tuvimos la oportunidad de probar muy brevemente la nueva Maxus eT90, una pick-up eléctrica que muy pronto buscará conquistar el mercado nacional de camionetas compactas.

Con competidores tan importantes como la Mitsubishi L200 o la Toyota Hilux, la nueva Maxus eT90 tendrá la responsabilidad de conquistar con la electromovilidad a los usuarios de este tipo de camionetas, con una propuesta familiar a los otros modelos de la marca, pero con el sello distintivo de vehículo eléctrico.

Especificaciones

Antes de empezar, detallemos las especificaciones principales de este vehículo (según la ficha técnica entregada por la marca):

  • Batería: 88 kWh
  • Potencia: 174 Hp
  • Torque: 310 Nm
  • Peso: 2.270 Kg
  • Capacidad de carga: 1.225 Kg
  • Tiempo de carga (lento): 10 horas
  • Estándar de carga: Tipo 2 (Europeo)

Primeras impresiones

El vehículo en particular que nosotros probamos corresponde a un prototipo, por lo que nuestra experiencia no necesariamente va a concordar con lo que pueda suceder cuando comience su producción y sea puesta a la venta en nuestro país. Además, la vuelta fue muy corta — fue un recorrido de no más de 3 kilómetros por el sector de Nueva Costanera y el Parque Bicentenario, pero al menos fue suficiente como para hacernos una idea de cómo se mueve en la ciudad.

Una de las particularidades de esta pick-up es que trata de disimular bastante que es un vehículo eléctrico. De hecho, de no ser por el nombre (y por el ploteo que tiene esta unidad en particular), no existen indicadores en el exterior que a simple vista te digan que es una camioneta de este tipo.

En el interior es la misma cosa. Salvo por el selector de cambios — el cual es una pequeña rueda que te deja seleccionar entre drive, neutro o reversa — y que en el tablero tienes un indicador de potencia en vez de un tacómetro, no hay nada de ese sello distintivo que uno acostumbra a ver en vehículos de este estilo, tales como pantallas gigantes o controles tácticles. Ah, y la llave es la típica de estilo navaja.

Todo esto se explica por tres motivos:

  1. Es un prototipo.
  2. Es la versión eléctrica de un modelo cuya plataforma está hecha para motores de combustión interna.
  3. Es un vehículo que seguramente buscará formar parte de una flota en faenas mineras o forestales, por lo que debe ser relativamente sencillo de utilizar sus controles en el interior.

De hecho, me pareció extraña la sensación de que, al girar la llave, mis sentidos no pudieran saber si la camioneta estaba encendida o no; y es que claro, uno espera sentir el ruido del motor y sus respectivas vibraciones (especialmente considerando que estas suelen ser petroleras, por lo que suenan y vibran bastante). Aquí, hay un testigo en el tablero que dice “Ready”, y nada más.

Al ponerla en marcha, uno se da cuenta de inmediato de una de las principales bondades de los vehículos eléctricos: silencio y tranquilidad. De hecho se siente aún más raro en una camioneta, porque, de nuevo, uno espera todos esos ruidos y vibraciones de los motores diesel.

Esto se traduce en un andar bastante suave en ciudad, con una dirección altamente asistida, que permite que la camioneta se sienta ligera a pesar del peso añadido de las baterías. De la suspensión no puedo decir mucho, porque no había donde probarla realmente; y lo mismo de sus capacidades off-road, aunque como hint: esta pick-up es 4×2 (con tracción trasera).

¿Y el rendimiento? Como fue una prueba rápida, no hubo mucho que probar, pero sí puedo decir con certeza que el presionar el acelerador a fondo puede ser algo adictivo gracias al torque instantáneo que ofrecen los motores eléctricos. Al menos para moverse dentro de la ciudad, el rendimiento parece ser más que adecuado, y te invita a ser responsable con el acelerador para obtener la máxima eficiencia posible.

De nuevo, la camioneta que probamos era un prototipo (de hecho, un aspecto clave que no tenía era el típico sonido que estos vehículos deben emitir a bajas velocidades), por lo que lo más probable es que existan cambios clave en todos estos aspectos.

Planes a futuro

La Maxus eT90 no fue lo único que Andes Motor tenía en muestra, de hecho, habían varios vehículos comerciales eléctricos de diversa índole. Además, la compañía incluso tiene un tractocamión eléctrico, el cual lamentablemente no estaba en la muestra.

Además de seguir expandiéndose en el área comercial, Andes Motor quiere empezar a acercarse a los vehículos eléctricos particulares, algo que en nuestro país lo hará a través de la marca sino-británica con esta camioneta, y con un SUV aún por presentar, las cuales ambas deberían arribar a finales de este año.

¿Y qué hay de los precios? Si bien es muy temprano para decirlo con certeza, desde la compañía estiman que la eT90 rondará los 40 millones de pesos, mientras que el SUV podría llegar alrededor de los 35 millones. Todo esto, obviamente, puede cambiar de aquí a finales de año.

Sí, los precios siguen siendo demasiado altos como para pensar en una rápida expansión de la electromovilidad en el país. Pero bueno, queda a esperar a que el desarrollo tecnológico permita que los costos de producción se reduzcan, para que así, en unos cuantos años más, podamos ver autos eléctricos cuyos precios sean atractivos y competitivos versus sus contrapartes con motores a combustión.