Tras varios intentos, esta semana Samsung ha decidido rendirse y cerrar su última planta de fabricación de teléfonos en China.
Según un reporte de Reuters, la empresa decidió terminar con sus operaciones en Huizhou, pero no por las razones que todos podríamos pensar.
La razón detrás de esta medida no sería la guerra comercial entre China y Estados Unidos, sino que su fuerte competencia en la zona.
En este país, Samsung no sólo pelea contra Huawei, sino que también contra marcas como Xiaomi y Oppo.
Una serie de empresas locales, y que según analistas, son más populares entre los usuarios chinos que buscan teléfonos de bajo costo. En tanto, en la gama alta, estos clientes suelen optar por marcas como Huawei o Apple.
Esta noticia no fue una gran sorpresa para la industria, ya que la empresa había reducido sus operaciones en la zona durante el mes de junio.
No obstante, este cambio no afectará la venta de smartphones de Samsung en el país. A pesar de que su cuota de mercado es menor al 1%, la empresa quiere continuar sus intentos de ventas en China.
Por otro lado, la empresa continuará fabricando sus teléfonos en Vietnam, donde concentra el 50% de su producción. Además, mantendrá sus fábricas en Brasil, Indonesia e India.
