Por varios años, el iPhone fue el principal benchmark de fotografía dentro de la industria de los teléfonos móviles — y siendo honestos, para mucha gente lo sigue siendo –, por allá en el momento en donde los principales fabricantes de equipos Android se peleaban por quien tenía el procesador más rápido o quien tenía más memoria RAM, etcétera.
Sin embargo, a mi parecer, ocurrieron dos grandes «terremotos» que sacudieron el ecosistema de la fotografía móvil. Por un lado llegó Samsung con los Galaxy S6 y después con los S7, los cuales podríamos decir que fueron los primeros equipos que tenían una cámara similar o mejor en ciertos aspectos que la del iPhone. Pero no fue hasta llegó el primer Google Pixel para que la historia cambiara.
Claro, Apple logró popularizar la utilización de un segundo lente con el iPhone 7 Plus, pero con el Pixel nos dimos cuenta que el software podía ser un excelente aliado para mejorar la calidad de las fotografías de un equipo que siempre estará en desventaja antes las cámaras más grandes o profesionales.
Y desde entonces, la competencia ha ido adoptando estas características que Apple y Google popularizaron en sus dispositivos, y es gracias a esto que hemos visto maravillas fotográficas como las cámaras de los Samsung Galaxy S10, Huawei P30, Nokia 9 PureView, entre otros. Ya casi parece impensable contar con un teléfono de gama alta que no tenga por lo menos un lente extra — con la excepción de los Pixel, obviamente — y un modo nocturno.
Pero recién hoy, en el evento de lanzamiento de los nuevos iPhone 11, 11 Pro y 11 Pro Max, es que vimos una renovación importante en la fórmula fotográfica de estos teléfonos.
Nuevas especificaciones y algo más
Apple ya llevaba casi cuatro años utilizando la misma configuración de cámaras: un lente normal y un teleobjetivo, y salvo por leves diferencias a nivel de sensores, desde el iPhone 7 hasta el XS han sido pocas las novedades que hemos tenido, lo cual permitió al resto tomar ventaja.
La nueva fórmula de Apple para sus tres nuevos teléfonos es más acorde a lo que la mayoría de la industria ha adoptado durante los últimos dos años. Veamos en detalle:
Lente principal | Teleobjetivo | Gran angular | |
iPhone 11 | 12 MP ; f/1.8 ; 26mm | No | 12 MP ; f/2.4 ; 13mm |
iPhone 11 Pro | 12 MP ; f/1.8 ; 26mm | 12 MP ; f/2.0 ; 52mm | 12 MP ; f/2.4 ; 13mm |
iPhone 11 Pro Max | 12 MP ; f/1.8 ; 26mm | 12 MP ; f/2.0 ; 52mm | 12 MP ; f/2.4 ; 13mm |
Por un lado, notamos que el «hermano menor» de esta generación ahora viene con dos cámaras: un lente de distancia focal regular junto con un gran angular. Esto lo pone a la par — en cuanto a especificaciones — con su principal competencia: el Galaxy S10e, que cuenta con la misma configuración de cámaras (aunque, por supuesto, con distintos sensores y megapíxeles).
Por otro lado, los hermanos Pro se suben al carro de las tres cámaras: normal, teleobjetivo y gran angular. En mi opinión, esta es la combinación perfecta, ya que le otorga al usuario un mayor dinamismo y libertad a la hora de tomar fotos. Con esto, los iPhone 11 Pro se suman a los ya mencionados Samsung Galaxy S10/Note10 o al Huawei P30, entre varios otros buques insignia más.
La guinda de la torta se lo lleva el nuevo modo nocturno, el cual permitirá mejorar las fotografías con poca luz de forma bastante sustancial. Será interesante ver cómo se compara con Night Sight de Google.
Entonces… ¿El iPhone vuelve a reclamar la corona?
Ciertamente Apple apunta hacia eso, pero aún no podemos saber a ciencia cierta si es que los nuevos iPhone son mejores que sus actuales competidores. Queda esperar a que tengamos una unidad para probar, pero considerando que el Pixel 4 ya está casi a la vuelta de la esquina, me atrevo a decir que no, pero creo que será un digno luchador por el podio.
Lo que sí podemos esperar de estos nuevos iPhone es lo que siempre los ha caracterizado: buenas imágenes, con colores realistas y un excelente rango dinámico. Al ser un producto de Apple, creo que no es loco esperar una buena consistencia de colores y calidad entre las tres cámaras de los modelos Pro, ya que muchas veces, en el mundo Android, existe una reducción considerable en la calidad de imagen entre el lente principal y los secundarios. Además, no me cabe duda que los iPhone 11 seguirán siendo los mejores teléfonos móviles del mercado para grabar videos.
Personalmente me hace algo de eco que la compañía se haya tardado en actualizar sus cámaras — es como lo mismo que sucede con lo de reemplazar el conector Lightning con USB-C. Motivos tendrán, pero de todas maneras, el apartado fotográfico de un teléfono no es todo lo importante.
Llegaron algo tarde a la fiesta del nuevo hardware y software, por lo que me parece difícil que el otrora rey de la fotografía móvil recupere su trono. Aunque dudo mucho que aquello sea de gran preocupación para Apple.