¿Qué sucede? Esa pregunta se deben formular varios en estos momentos respecto a io y OpenAI. Un mes atrás, la firma de Sam Altman anunciaba haber adquirido io, empresa de hardware fundada por Jonathan Ive. La compra supone (¿o suponía?) una inversión de 6.500 millones de dólares.
Ello implicaba poner a carga a Ive en «el diseño de todo OpenAI, incluido su software». 55 ingenieros de hardware, desarrolladores de software y expertos en fabricación se unirían a OpenAI como parte de la adquisición.
Peeero, ahora la intriga se ha sembrado. OpenAI eliminó de su sitio web y redes sociales las menciones a io. Sin embargo, un contacto establecido al medio The Verge aclara lo siguiente: el acuerdo sigue en curso.
No obstante, se borraron las menciones debido a una demanda de marca registrada de iyO. Esta última es una organización emergente de dispositivos auditivos surgida de la fábrica de proyectos ambiciosos (moonshot factory) de Google.
El post dedicado en el blog de OpenAI y el video con Ive y Sam Altman dejaron de estar disponibles. Kayla Wood, portavoz de la compañía de Altman, declaró: «Esta página está temporalmente inactiva debido a una orden judicial tras una demanda de marca registrada de iyO sobre nuestro uso del nombre ‘io’. No estamos de acuerdo con la demanda y estamos evaluando nuestras opciones». Eso mismo también colocaron desde la cuenta de OpenAI para prensa en X. Con el tiempo, se comprobará el impacto de iyO.
Ive y Altman comentaron en ocasiones previas trabajar en un nuevo dispositivo centrado en inteligencia artificial (IA). Muchos consideran a dicho producto como el sucesor del smartphone. Es decir, como el próximo «boom» en la tecnología, el siguiente gadget de moda. ¿El proyecto habrá dado un parate? ¿Los planes de io y OpenAI continúan su curso? ¿La demanda de turno querrá entrometerse en estos planes? Preguntas sobran, imprecisiones también.