Black is the new black. Además de los ya «clásicos» plateado, dorado y rose gold, no fue una sino dos nuevas terminaciones las que fueron añadidas al catálogo de productos del iPhone de nueva generación presentado este miércoles.
El Space Gray dice adiós, dando paso a dos nuevas terminaciones negras que ya comienzan a convertirse en la obsesión de gente en todos lados. Acá te los mostramos.
Opaco
Primero, el color «negro» a secas. Esta terminación cumple perfectamente con lo que promete al entregar un teléfono total y absolutamente negro, donde lo único que es de otro color es el flash LED.
Su exterior opaco le da un look muy elegante y algo de resistencia a las huellas digitales, aunque igualmente las atrapa y las luce a poco andar. Hay que ver si resiste bien el castigo diario en el bolsillo junto con las llaves y monedas.
Brilloso
Pero también tienes la opción brillosa. Con el nombre Jet Black, esta nueva terminación no es ni de cristal ni de cerámica, sino que es un iPhone de aluminio pulido 9 veces, lo que le da un look que recuerda mucho al iPhone 3GS.
Pero todo este brillo no compromete en ninguna medida su agarre, por lo que sigue siendo muy fácil de tomar y manipular sin temor a que se te resbale. A menos, claro, que seas tan torpe como yo con las manos.
Ahora las malas nuevas. La propia Apple ha avisado en su sitio que dado el alto brillo de su terminación «podría presentar microabrasiones con el uso», invitándote a usarlo con una funda si esto te preocupa.
Citando a nuestro Jonathan Munizaga, el iPhone 7 y 7 Plus en Jet Black es un imán de huellas digitales, y derrocha elegancia. Sería un atentado a su diseño usarlo con una funda.
Bonitos, ¿no? Pero la versión Jet Black tiene una pequeña trampita: No está disponible en la versión más básica de 32GB, sino que tendrás que desembolsar lo suficiente como para adquirir uno de 128GB o 256GB.
¿Y tú qué prefieres… terminación opaca o brillosa? A mi me da igual, porque ahora sólo puedo pensar en un nuevo MacBook que tenga esa misma terminación para combinarlo. Así es como nacen las necesidades innecesarias.