Intel confirmó que sus procesadores Arrow Lake han mejorado notablemente en rendimiento y eficiencia tras un año de optimizaciones. Los nuevos benchmarks muestran que el Core Ultra 9 285K es un 9% más rápido que en sus pruebas iniciales.
La mejora no proviene de cambios en hardware, sino de ajustes en microcódigo, kernel y compiladores que optimizan el funcionamiento. Estos avances permiten que el chip consuma alrededor de un 15% menos de energía en comparación con los resultados originales.
Las pruebas realizadas por Phoronix abarcaron escenarios reales como compilación de código, compresión de datos, benchmarks web y tareas de simulación. En todos los casos se registraron mejoras sin retrocesos, lo que refuerza la estabilidad del ecosistema Arrow Lake.
Intel también destacó que en Windows los usuarios pueden beneficiarse de la tecnología APO, que ajusta recursos en tiempo real. Según la compañía, este sistema ya logró hasta un 14% más de rendimiento en juegos y un 21% en estabilidad de cuadros.
El futuro apunta a un “Arrow Lake Refresh” previsto para el primer trimestre de 2026, con software más maduro desde el inicio. Estos resultados demuestran que la plataforma, criticada en su lanzamiento, ha evolucionado mejor de lo que muchos esperaban.
