La serie Samsung Galaxy S25 introducirá por primera vez las actualizaciones sin interrupciones en sus dispositivos principales, una funcionalidad que Android Nougat 7.1 presentó en 2016, pero que Samsung había tardado en adoptar. Este avance permite instalar actualizaciones del sistema operativo en segundo plano, requiriendo únicamente un reinicio rápido para completarlas, eliminando los tiempos de espera prolongados asociados con los métodos tradicionales.
El sistema utiliza un diseño de particiones duales: una activa (slot A) y una inactiva (slot B). Mientras el dispositivo opera en la partición activa, la actualización se instala en la inactiva. Al reiniciar, el sistema cambia a la partición actualizada. En caso de fallo, el dispositivo puede revertir al estado original sin inconvenientes. Aunque este método requiere espacio de almacenamiento adicional de forma temporal, esto no será un problema para los modernos dispositivos Galaxy con amplias capacidades de memoria.
Archivos filtrados confirman que el Galaxy S25 Ultra será compatible con esta función, y se espera que también esté disponible en el Galaxy S25 y S25 Plus. Hasta ahora, Samsung había implementado esta tecnología únicamente en el Galaxy A55, lo que hace de su inclusión en la serie Galaxy S25 un hito significativo.
Con esta mejora, Samsung se posiciona más competitivamente frente a otros fabricantes de Android que ya integran esta funcionalidad — como Motorola — ofreciendo a los usuarios de sus modelos insignia una experiencia más fluida y confiable durante las actualizaciones del sistema operativo.
