Un nuevo estudio en Nature Computational Science estima que la inteligencia artificial generativa generará hasta 2,3 millones de toneladas de residuos electrónicos para 2030. Esta proyección sitúa el volumen de desperdicios tecnológicos en niveles preocupantes, similar a descartar 13.300 millones de smartphones. A medida que la IA avanza, crece también el desafío de gestionar el impacto ambiental de esta tecnología.
Aunque al utilizar IA para tareas cotidianas como la generación de texto o imágenes parezca una tecnología intangible, el esfuerzo en infraestructura detrás es notable. Empresas tecnológicas están empleando grandes cantidades de recursos y componentes para expandir sus centros de datos, imprescindibles para el desarrollo de modelos de IA generativa avanzados. Este crecimiento, sin embargo, trae consigo una carga ambiental importante.
El reporte estima que solo en 2023 la IA generativa produjo alrededor de 2.400 toneladas de residuos electrónicos. Si bien esta cifra ya es considerable, los expertos prevén que el aumento de demanda acelerará la obsolescencia de los centros de datos actuales, forzando una continua actualización de la infraestructura, lo que generará aún más residuos.
El volumen de desechos asociados al desarrollo de la inteligencia artificial resulta alarmante cuando se pone en contexto. Un modelo avanzado de IA como ChatGPT, por ejemplo, podría llegar a generar residuos electrónicos en un nivel similar al de millones de teléfonos inteligentes desechados. Además, incluso acciones simples como una consulta con ChatGPT o la generación de una imagen requieren recursos energéticos significativos, comparables al consumo de medio litro de agua o la carga completa de un dispositivo móvil.
El crecimiento de la IA no solo plantea cuestiones de eficiencia y rendimiento, sino también de impacto ambiental. Aunque el desarrollo de tecnología avanzada es crucial para la innovación, el sector enfrenta ahora el reto de gestionar el impacto de los residuos electrónicos. Expertos en sostenibilidad sugieren que el enfoque en la gestión de residuos electrónicos será esencial en los próximos años para equilibrar el avance de la IA y la preservación del medio ambiente.
¿Qué opinas sobre el impacto ambiental de la inteligencia artificial? ¿Crees que las empresas deberían tomar medidas más proactivas?