Pensando en esa lógica de Apple de aprovechar el espacio de mejor manera y optimizar de la mejor manera las restricciones que ofrece el diseño del Watch, el ya clásico desarme de iFixit demuestra que los de Cupertino hicieron que el cambio exterior poco evidente, pero al interior estamos hablando de un animal totalmente distinto.
Uno de los principales cambios a nivel técnico del nuevo reloj de Apple están en la batería, donde encontramos una batería de 273 mAh que podría no parecer sorprendente, pero que es prácticamente un tercio más grande que la batería de la generación anterior de dispositivos de pulsera de la estadounidense, pero eso no incide realmente en la autonomía real del equipo. El GPS integrado en esta nueva versión debe consumir mucha energía.
Es importante destacar que la versión del reloj desarmado era la de 38mm. El de 42mm tiene una más grande, claramente.
Esta pieza está sujeta con muchísimo adhesivo, lo que asegura que no se moverá para ningún lado, aunque con el mínimo espacio libre al interior del reloj es difícil que pueda ir muy lejos.
Otro cambio destacable es el parlante que expulsa el agua con su propia vibración y sin dejar que el líquido ingrese al dispositivo. Esto está acompañado de una gran cantidad de cintas aislantes que permiten mantener seco el interior del equipo.
Otras de las cosas más evidentes son el antes mencionado chip GPS, una nueva pantalla, nuevo procesador dual-core, nueva GPU, y una serie de otros elementos renovados que hacen de este nuevo reloj todo lo que podríamos haber esperado de su primera versión.