La semana pasada nos enteramos por sorpresa de que Google mostró los que serían sus equipos estrella para este año, los Pixel 6 y 6 Pro. Sin embargo, una de las noticias que tuvo mayor atención en ese mismo anuncio, fue el primer SoC (System on a Chip) móvil desarrollado por la empresa, que debutará precisamente en esos dos productos bajo el nombre de Google Tensor.
Mas allá de abordar una filosofía similar a lo que Apple hace con sus propios procesadores ARM, la compañía afirma que con este avance podrán hacer frente a las limitaciones naturales de otros procesadores en el campo de la inteligencia artificial y el machine learning. Algo evidente, considerando que el nombre hace alusión a la plataforma TensorFlow para aprendizaje automático.
Por otro lado, este movimiento lógico evitará que Google dependa enteramente de Qualcomm para que le suministre sus SoC móviles, más en una época marcada por la escasez de microchips debido a la pandemia.
Y tal como han venido afirmando algunos directivos de la compañía, este chip recopila las dos décadas de experiencia que tiene Google, tanto en hardware como en software. Pero antes de entrar de lleno en lo que sabemos de este nuevo SoC y lo que significa para el futuro de la compañía, veamos un pequeño repaso acerca de aquellos avances que pudieron influir —directa e indirectamente—en el diseño de este componente:
Google y su historia con el hardware propio
Si bien es mayormente conocida como una compañía de software dentro del sector, no sería la primera vez que Google experimenta con hardware propio para determinados propósitos. Incluso hablando a nivel consumidor.
Google Argos y las Tensor Processing Units
En abril, YouTube anunció discretamente que iban a utilizar sus propias unidades para codificación de video bajo el nombre Google Argos. Dichas placas son entre 20 y 30 veces más potentes que sus soluciones utilizadas hasta ese momento, con un consumo energético similar.
Estas nuevas tarjetas, desarrolladas por la misma compañía, demuestran directamente la importancia que tiene el procesamiento de video para Google. También, podrían marcar un posible punto de partida para una de las mejoras en cuanto a captura de video que podrían llegar con el Google Tensor.
A su vez, Google asegura que este SoC equipa una versión reducida —y de bajo consumo— de sus Tensor Processing Units, chips de aplicación específica, utilizados para acelerar el machine learning dentro de su plataforma en la nube.
De esta forma, podrán dotar de funciones muy específicas a sus nuevos productos, o acelerando especialmente aquellas tareas que requieran el uso de inteligencia artificial y aprendizaje automático en tiempo real.
Pixel Visual Core y Neural Core
Por su parte, el Pixel Visual Core vino a marcar el primer procesador móvil dedicado de imagen —o ISP— para la compañía. Fue introducido en el lanzamiento del Pixel 2 y 2 XL para mejorar el tratamiento de las fotografías.
Eso si, este pequeño chip fue co-creado junto a Intel.
La idea detrás de este ISP (Image Signal Processor), era dotar de una mayor capacidad de procesamiento para la fotografía computacional, en lugar de utilizar una cantidad absurda de cámaras como otros fabricantes han venido haciendo.
En cuanto al Neural Core, se trataba de un co-procesador introducido con el Pixel 4. Su tarea era acelerar aquellas funciones relacionadas con el aprendizaje automático y la fotografía computacional. Eso si, aparentemente fue descontinuado por Google al año siguiente, con el lanzamiento del Pixel 5.
Google Titan M
El Titan M es un chip especial de seguridad que fue lanzado en los Pixel 3 y 3 XL, como una medida extra para añadir cifrado en todo el dispositivo, protección contra manipulación y de arranque, junto a un desbloqueo más seguro en sus equipos.
A su vez, es una versión móvil del Google Titan, un chip TPM empresarial usado principalmente en los servidores de Google Cloud como una capa extra de seguridad ante manipulaciones.
El primer Moto X
Como apunte menor, hay que recordar a uno de sus primeros intentos de personalización de hardware móvil por aquel lejano 2013, con el lanzamiento del primer Moto X.
Este terminal fue desarrollado por Motorola Mobility, una empresa de Google en aquel entonces. Portaba un SoC Qualcomm Snapdragon S4 Pro, modificado con una mejor GPU y 2 co-procesadores para entender con mayor facilidad el lenguaje natural y el procesamiento contextual.
Todo este conjunto era denominado X8 Mobile Computing System, y tomaba su nombre de los 2 núcleos de CPU, 4 de GPU y 2 co-procesadores.
Esas modificaciones darían paso a la popular frase «Ok, Google Now» para lanzar una suerte de asistente virtual, así como el uso de gestos y otros sensores. Eso si, sin impactar agresivamente en la autonomía.
¿Qué sabemos del Google Tensor hasta el momento?
Lamentablemente, Google no reveló mucho sobre su Tensor, y los pocos detalles que conocemos, son rumores o especulación. Y por supuesto, toda la información oficial se revelará tras la presentación final de los Pixel 6 en unos meses.
A ciencia cierta, solo se sabe que será ARM y podría estar basado en los diseños de referencia de esa arquitectura, pero incorporando chips propios que ya hemos visto en los Pixel anteriores.
El misterioso Google Exynos AP (alias Whitechapel)
Tiempo atrás se corrió el rumor de que Samsung podría haber colaborado con el diseño del —ahora presentado— Google Tensor, con la posibilidad de que fuese una variante más de los SoC Exynos, al menos en una primera etapa.
El rumor tomó fuerza luego de que se estableció un equipo especializado en SoC personalizados dentro de Samsung SLSI, la división encargada de todo lo referente a Exynos. De igual forma, se esperaba que Samsung Foundry estuviera encargada de su fabricación, bajo su proceso litográfico de 5nm.
No obstante, Google afirma que este chip es el resultado de 4 años de desarrollo, lo que podría descartar una participación mayoritaria por parte del gigante surcoreano durante su diseño.
Estructura y rendimiento del Google Tensor
Aunque se espera que sea un SoC de gama alta, es posible que esta primera versión no se coloque en lo más alto de las listas en cuanto a rendimiento. Algunos medios apuntan a que podría encontrarse a la par de un Snapdragon 870, o en un escenario más comparable, al Exynos 2100 que encontramos en los Galaxy S21.
En cuanto a la estructura general del chip, es posible que llegue con un arreglo de hasta 8 núcleos, divididos en 3 clústeres. Estos núcleos serían uno o dos Cortex A76 y dos o tres A78 de alto rendimiento, junto a cuatro núcleos A55 de bajo consumo para tareas menos demandantes. La GPU, en este caso, apunta a ser una Mali G-78 de hasta 14 núcleos.
Al mismo tiempo, veríamos perfectamente integrados al Visual Core, Titan M y una versión mejorada del Neural Core. Este último, un componente descartado en el Pixel 5 que permitía acelerar tareas relacionadas con el machine learning.
La única foto disponible no nos dice mucho
Y gracias a una imagen muy poco comparativa que el mismo Sundar Pichai publicó en Twitter, podemos afirmar muy seriamente que el tamaño de este nuevo chip se encuentra entre 7.9 milímetros (el clip comercial más pequeño) y 9.28 metros, que es el récord mundial.
¿Cómo será el futuro de la compañía a partir de ahora?
Es difícil predecir lo que sucederá dentro del sector a partir de este momento. Pero lo que si está claro, es que Google busca seguir los pasos de Apple, Samsung e incluso Huawei en cuanto a tener un control relativamente pleno sobre los componentes que equipan sus dispositivos. Eso si, se trata de un movimiento que no solo afectará a los Pixel futuros, sino a todo el ecosistema Made by Google.
Actualizaciones de sistema por mucho más tiempo
Una de las cosas que me vienen más a la mente, es una política de actualizaciones que permita mantener los Pixel —y otros dispositivos de la compañía— con un soporte mejorado por más tiempo. Precisamente por el nivel de optimización que se podría alcanzar con una perfecta integración en hardware y software.
Y no es una idea tan mala, considerando que algunas filtraciones indican que la nueva línea de dispositivos Pixel que funcionen con el Google Tensor, podrían recibir hasta 5 años de actualizaciones de sistema, contra los 3 años que normalmente otorgan otros fabricantes.
Menor escasez y precios más bajos, más o menos
Esto ya ocurrió anteriormente con Apple y sus chips M1, donde la compañía de la que menos se esperaba un producto equilibrado, sale de pronto con una línea completa de productos que poseen un excelente balance entre potencia, calidad y precio. Especialmente al compararlos con sus contrapartes en x86.
¿La razón? Apple ya no tiene que comprar a Intel sus chips para ordenadores, y solo basta que se los mande a fabricar —sin intermediarios— a TSMC.
El caso de Google no sería muy distinto. Más si consideramos que ellos se encargarán de alistar el diseño para que otros lo produzcan, con pedidos a medida, y sin tener que competir con otras compañías para su adquisición. Lo último también garantiza que puedan enfrentar una escasez de chips, al tener la posibilidad de mandarlos a fabricar a distintas fundiciones a la vez, en lugar de un solo proveedor.
A su vez, se abre la posibilidad de integrar un mismo SoC en varios productos a la vez. Esto simplificaría enormemente su adquisición a gran escala, traduciéndose en un menor costo para el usuario, o más funciones por el mismo precio.
Variantes del Google Tensor para otros productos
Aunque sería una visión a mediano plazo, el hecho de que Google pueda desarrollar su «propia» arquitectura ARM, abre la posibilidad a distintas versiones de la misma familia de chips.
Estas versiones podrían alimentar wearables de ultra-bajo consumo —como un smartwatch o smartband—, dispositivos orientados a consumo multimedia —como el Chromecast y los Nest Home—, u ordenadores de escritorio, tablets y laptops con sistema operativo Chrome OS.
Conclusiones
Es claro que todo este anuncio representa una nueva etapa para toda la línea de productos Made by Google, aunque tendremos que esperar unos meses más para conocer a detalle de lo que es capaz este primer intento de SoC propio por parte del gigante tecnológico.
Y más allá de ser un acercamiento a una integración mejor trabajada por parte de Google, se trataría del resultado de los aciertos —y desaciertos— de la compañía en el mercado móvil, que podrían extenderse más allá de este sector.
Por último, es posible que todo esto propicie una sana competencia en la industria, a fin de que no se estanque la innovación con el tiempo, tal y como vimos en la época anterior a los Ryzen de AMD y el mercado de procesadores x86.